Un estudio publicado en la revista Neurology asegura haber confirmado la utilidad de un biomarcador en sangre para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer sin necesidad de otras pruebas.
Marc Suárez - alzhéimer
Marc Suárez-Calvet
Neurólogo e investigador del Grupo de Investigación en Fisiología de la Cognición y Prevención del Alzhéimer del IMIM-Hospital del Mar y responsable del Grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BarcelonaBeta Brain Research Center en la Fundación Pasqual Maragall
El desarrollo de biomarcadores en sangre para detectar la enfermedad de Alzheimer ha sido uno de los avances más importantes en nuestro campo en los últimos años. Varios estudios han demostrado en cohortes de investigación que disponemos de excelentes biomarcadores en sangre. Sin embargo, existen todavía pocos estudios que evalúen estos biomarcadores en “el mundo real”, es decir en los pacientes que acuden a los servicios de Neurología de nuestros hospitales después de ser derivados desde su centro de atención primaria por problemas cognitivos.
El estudio publicado por el equipo del Hospital Clínico de Barcelona, y con Jordi Sarto como primer autor, demuestra que, efectivamente, estos biomarcadores en sangre pueden ser también útiles en la práctica clínica habitual. Las pruebas de referencia para el diagnóstico del alzhéimer continúan siendo la punción lumbar o el PET, pero la introducción de los biomarcadores en sangre puede ayudar a mejorar la selección de pacientes que se someten a estas pruebas más complejas.
En concreto, p-tau181 en sangre y, en menor medida GFAP, son especialmente útiles para detectar alzhéimer; la combinación de p-tau181 y NfL en sangre ayudan al diagnóstico de la demencia frontotemporal. Es más, los autores proponen unos puntos de corte para los biomarcadores y plantean como utilizarlos en varios escenarios clínicos: detectar patología amiloide (que define el alzhéimer), diagnosticar la demencia frontotemporal o determinar si los problemas cognitivos de un paciente son debidos a una enfermedad neurodegenerativa.
Todos estos escenarios son frecuentes en la práctica clínica diaria y las conclusiones de los autores serán sin duda muy útiles para mejorar la atención de nuestros pacientes. Ante estos resultados, debemos trabajar ahora en la implementación de los biomarcadores en sangre en nuestros centros y en el desarrollo de guía clínicas para su adecuada utilización.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
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