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Reacciones al plan de Japón de verter al Pacífico aguas residuales tratadas de la central de Fukushima

Esta semana, Japón ha empezado con las pruebas de unas nuevas instalaciones diseñadas para verter al Pacífico aguas residuales tratadas de la central nuclear de Fukushima Daiichi. El agua se ha utilizado para refrigerar el reactor fundido. Tras llenar más de 1.000 depósitos, el almacenamiento debería llegar a su máxima capacidad a principios del año que viene. 

21/06/2023 - 12:46 CEST
Reacciones

Tony Hooker - Fukushima

Tony Hooker

Director del Centro de Investigación, Educación e Innovación en Radiación de la Universidad de Adelaida (Australia)

Science Media Centre Australia

La propuesta de vertido de aguas residuales de la central nuclear de Fukushima Daiichi es controvertida. Considero que la Compañía Eléctrica de Tokio y el Gobierno japonés han desarrollado un plan sólido, utilizando su [legislación] y prácticas de protección radiológica actuales para, al menos, empezar a eliminar el agua a corto plazo.   

Este enfoque ha sido comprobado por el Organismo Internacional de Energía Atómica [IAEA por sus siglas en inglés] en sus informes posteriores. Estos incluyen informes de evaluación del sistema reglamentario japonés, misiones de revisión de seguridad y corroboración del muestreo independiente, de los datos y análisis, así como comparaciones entre laboratorios. 

Sin embargo, aunque este plan de eliminación cumple los requisitos científicos y reglamentarios para la eliminación de radiaciones en el mar, y es improbable que se observen repercusiones medioambientales o para la salud humana, cada vez se cuestiona más el uso del mar como vertedero cuando nuestros océanos ya están bajo presión y resistiendo.  

Diluir ya no es la solución a la contaminación, por lo que, aunque los japoneses puedan deshacerse de sus aguas residuales, mientras tanto, sería una buena oportunidad para estudiar otras metodologías de eliminación en el futuro. El Panel Científico del Foro de las Islas del Pacífico ha propuesto utilizar las aguas residuales para fabricar hormigón, encerrando así el tritio radiactivo residual.  

No declara conflicto de interés
ES

Nigel Marks - Fukushima

Nigel Marks

Catedrático de Física y Astronomía de la Universidad Curtin (Australia)

Science Media Centre Australia

Japón está a punto de empezar a verter en el océano Pacífico las aguas residuales tratadas de la central nuclear de Fukushima. Al principio, parece una idea terrible, pero en realidad es sensata y segura. Durante décadas se han producido vertidos similares en todo el mundo y nunca ha ocurrido nada malo. 

La radiactividad del agua de Fukushima es casi en su totalidad tritio, una forma de hidrógeno. Para dar una idea de las proporciones, el océano Pacífico contiene 8.400 gramos de tritio puro, mientras que Japón liberará 0,06 gramos de tritio cada año. La minúscula cantidad de radiación extra no supondrá la más mínima diferencia. El marisco de toda una vida capturado a pocos kilómetros de la desembocadura del océano tiene la radiación de tritio equivalente a un bocado de plátano. 

En Corea del Sur y en los países de la cuenca del Pacífico, una campaña de desinformación ha desatado el frenesí entre la población. En realidad, casi todo es radiactivo, incluido el océano Pacífico, donde el tritio representa un modesto 0,04 % de la radiactividad total. Aumentar esta ínfima cantidad por otra cantidad ínfima no es el fin del mundo. Es hora de que los científicos informados den la cara y se enfrenten a los catastrofistas. 

Conflictos de interés: ninguno. Anteriormente trabajó para la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear (ANSTO). Financiación del Consejo Australiano de Investigación, la ANSTO y el Laboratorio Nacional de Los Álamos sobre materiales de almacenamiento de residuos radiactivos.

ES

Robert Richmond - Fukushima

Robert Richmond

Director del Laboratorio Marino Kewalo de la Universidad de Hawái en Manoa y miembro del Panel de Expertos de Asesoramiento Científico del Foro de las Islas del Pacífico

Science Media Centre Australia

Sigue preocupando el inminente vertido de agua de refrigeración tratada y contaminada radioactivamente durante la catástrofe de la central nuclear de Fukushima. 

El plan de Japón de empezar a verter el agua de refrigeración tratada y contaminada en el océano Pacífico es prematuro y, en este momento, desacertado. El océano es un recurso precioso y compartido por toda la humanidad, ahora y para las generaciones venideras. La Evaluación de Impacto Ambiental Radiológico preparada por TEPCO es deficiente e inadecuada, al igual que los planes de monitorización, que no abordan la protección del ecosistema, sino solo la detección. 

El destino de determinados radionucleidos en los sedimentos marinos está notablemente ausente [en estos planes], al igual que estudios bien diseñados de absorción, transferencia trófica y bioacumulación en organismos marinos, en particular, especies comestibles de valor comercial y cultural. Y lo que es más importante, los posibles efectos negativos e impactos de esta actividad no son independientes de la multitud de factores de estrés que ya afectan a la salud de los océanos y de las personas que dependen de ellos, como la contaminación por pesticidas, metales pesados, residuos industriales, hidrocarburos, plásticos, cambio climático y alteraciones de los ecosistemas vinculadas a la sobreexplotación de los recursos. 

Las comunidades del Pacífico no contribuyeron a los problemas actuales y no tienen nada que ganar con el plan de Japón para la liberación de agua contaminada durante los próximos 30 años y en adelante, pero tienen mucho en riesgo para las generaciones venideras, con la violación del principio de precaución, así como las consideraciones de seguridad transfronteriza. 

Existen alternativas mejores y más seguras, incluido el uso del agua de refrigeración acumulada para mezclar hormigón para las estructuras necesarias. 

No declara conflicto de interés
ES

Tony Irwin - Fukushima

Tony Irwin

Profesor asociado honorario de la Universidad Nacional de Australia, director técnico de SMR Nuclear Technology Pty Ltd, y presidente del Panel de Ingeniería Nuclear de la División de Sídney de Ingenieros de Australia

Science Media Centre Australia

El vertido de agua de Fukushima no es un suceso sin precedentes. Las centrales nucleares de todo el mundo han vertido agua con tritio de forma rutinaria durante más de 60 años sin causar daños a las personas ni al medio ambiente, la mayoría, a niveles superiores a los 22 TBq [terabecquerel] anuales previstos en Fukushima. 

Por comparar, en Corea del Sur la central de Kori vertió 91 TBq en 2019, más de cuatro veces el vertido previsto en Fukushima. Siempre que los niveles de todos los radioisótopos peligrosos estén por debajo de los niveles reglamentarios, el vertido previsto en Fukushima es muy conservador. Así que la pregunta clave es si TEPCO mide con precisión lo que hay en los tanques que se van a verter. 

El IAEA ha llevado a cabo una serie de misiones. Su último informe, publicado en mayo de 2023, examina la determinación de radionucleidos en el agua tratada con ALPS [Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos, en castellano]. Se tomaron muestras del primer lote de agua tratada con ALPS que se prevé verter al mar. Fueron analizadas de forma independiente por TEPCO, por el IAEA en sus laboratorios de Mónaco, Seibersdorf y Viena, y en otros laboratorios externos de Francia, Corea del Sur, Suiza y Estados Unidos. Los resultados muestran un alto nivel de concordancia entre todos los laboratorios. Es importante señalar que ni el IAEA ni los laboratorios externos detectaron radionucleidos adicionales (es decir, radionucleidos más allá de los incluidos en el término fuente) en niveles significativos. 

El vertido previsto es ultraconservador. 

Conflicto de interés: Tony Irwin es director técnico de SMR Nuclear Technology, empresa independiente que asesora sobre el emplazamiento, desarrollo y explotación de tecnologías seguras de generación de energía nuclear. 

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