Los fármacos contra la obesidad se asocian a un 'rebote' de peso tras el tratamiento

La nota de prensa resume de forma fiel y clara los hallazgos principales del estudio, sin distorsionar resultados ni exagerar conclusiones. Aunque podría aportar un poco más de contexto cuantitativo y precisión técnica en algunos puntos, cumple adecuadamente su función informativa para el público general y especializado. Se podría considerar algún matiz como el siguiente: aunque el estudio demuestra un rebote estadísticamente significativo, la magnitud del peso recuperado fue en promedio entre 1.5 y 2.5 kg, lo cual puede no ser clínicamente alarmante para todos los casos. La nota podría haber dado un ejemplo cuantitativo para matizar.

El estudio es de buena calidad. Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis que sigue las directrices PRISMA y está registrado en PROSPERO, lo cual demuestra un enfoque riguroso y transparente. Se incluyeron 11 ensayos clínicos aleatorizados (RCTs), con un total de 2,466 participantes (1,573 en tratamiento y 893 en control), y el riesgo de sesgo fue evaluado como bajo en general.

Las conclusiones están respaldadas por datos estadísticamente significativos sobre reganancia de peso a partir de 8 semanas tras la discontinuación de los medicamente. Se evalúan distintos subgrupos en función del tipo de medicamente, IMC, indicación, intervención en el estilo de vida, entre otros, lo que fortalece la validez de los hallazgos.

El estudio amplía la literatura existente al enfocarse específicamente en la trayectoria de peso tras suspender los medicamentos antiobesidad (AOMs), una etapa poco explorada en otros metaanálisis. Los resultados confirman hallazgos previos sobre la recuperación del peso tras dejar fármacos como orlistat o semaglutida, y destacan que la reganancia también se da tras suspender GLP-1 y otros AOMs.

Además, compara estos efectos con lo observado en otras estrategias de pérdida de peso (cirugía bariátrica y programas conductuales), reforzando la idea de que la reganancia es un fenómeno común en distintos abordajes para la obesidad.

Los autores consideraron múltiples posibles factores de confusión como el tipo de AOM, presencia de diabetes tipo 2, IMC [Índice de Masa Corporal] inicial, continuación de intervención en estilo de viada y la magnitud y rapidez de la pérdida de peso. Sin embargo cuenta con algunas limitaciones como el número limitado de estudios, heterogeneidad entre los estudios. Además algunas investigaciones incluidas no tenían como objetivo primario la reganancia de peso, lo cual puede afectar la calidad del dato extraído. No se exploraron parámetros adicionales como lípidos, glucemia o composición corporal, efectos adversos o las causas específicas de suspensión del tratamiento.

El estudio tiene implicaciones significativas para el mundo real como evidenciar que se requiere continuidad o estrategias sostenidas a largo plazo en el tratamiento de la obesidad. Los profesionales de la salud deben preparar a los pacientes para el posible rebote de peso y considerar tratamientos a largo plazo mediante combinaciones entre tratamiento farmacológico y estrategias conductuales. Además, se pone de manifiesto una vez más la necesidad de personalizar el tratamiento según las características del paciente y la relevancia del efecto de los ciclos de reganancia de peso sobre la salud metabólica, lo cual no está todavía bien estudiado y debería minimizarse.