Pablo Gago
Científico titular en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua en el CSIC (IDAEA-CSIC) y profesor invitado en la SLU Swedish University of Agricultural Science (Suecia)
Este estudio está bien fundamentado y emplea una técnica robusta como la espectrometría de masas (ICP-MS) para cuantificar elementos tanto esenciales como potencialmente tóxicos en plátanos tras la erupción volcánica de La Palma. Es especialmente interesante que incluya elementos poco estudiados en contextos volcánicos, como las tierras raras, y que compare tanto el antes y después de la erupción como distintas zonas geográficas. Esta aproximación permite contextualizar bien los resultados.
Aunque se detectan incrementos en algunos elementos en los plátanos de la zona afectada, las concentraciones están muy por debajo de los niveles que podrían suponer un riesgo para la salud humana. Para el consumidor, el mensaje es claro: los plátanos siguen siendo seguros y nutritivos. El estudio también pone de relieve la importancia de mantener una vigilancia periódica sobre los cultivos en regiones volcánicas, especialmente ante fenómenos extremos que pueden alterar la composición química del suelo y del aire.