¿Qué es la covid persistente?
Las secuelas de la infección por SARS-CoV-2, que pueden durar meses, se aglutinan bajo el término de “covid persistente” (long covid en inglés). También reciben otros nombres como síndrome pos-covid-19, covid-19 crónica, condición pos-covid-19, secuelas posagudas del SARS-CoV-2, entre otros.
Sin embargo, una de las dificultades que tiene el estudio de algo tan amplio y complejo como un síndrome posinfeccioso es el reto de alcanzar una definición común para estudiarlo. La OMS estableció una a finales de 2021, España publicó la suya en 2022 y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos lo hicieron en 2023.
¿Qué síntomas tiene?
El motivo por el que es tan difícil alcanzar una definición precisa de la covid persistente es el ingente número de síntomas que se han asociado con la infección causada por el coronavirus, muchas veces a través de estudios observacionales, sin un grupo control o con limitaciones o errores en su diseño.
Esto ha provocado que existan más de 200 síntomas relacionados con este problema, lo que conlleva una mayor dificultad para el diagnóstico y estudio de la covid persistente. Aun así, algunos de los síntomas más repetidos y acotados por la literatura científica incluyen: pérdida en el sentido del gusto o el olfato, cansancio, tos y niebla mental.
¿A cuánta gente afecta?
El gran número de síntomas relacionados con la covid persistente, las diferentes definiciones y la publicación de estudios con sesgos —por ejemplo, a través de encuestas online que favorecen el sesgo de selección— hace que sea difícil conocer la prevalencia de este síndrome.
Como resultado, la respuesta a esta pregunta varía mucho según el estudio que miremos y es fácil encontrar porcentajes que oscilen entre el 10 y el 80 %.
¿Por qué se produce?
La respuesta corta es que no se sabe, pero se han planteado varias hipótesis, no necesariamente excluyentes entre sí, para explicar la covid persistente. Tres de ellas son: una desestabilización del sistema inmunitario tras la infección, la persistencia del virus en algunos tejidos y la formación de pequeños coágulos.
¿Se cura?
La literatura científica disponible muestra que la mayoría de los pacientes mejora e incluso se recupera por completo al cabo de un año. La respuesta depende una vez más de las definiciones de covid persistente y de recuperación, pero diversos estudios estiman que la inmensa mayoría de pacientes se recupera a partir de entre seis meses y un año.
¿Existen tratamientos o formas de prevenirlo?
De momento las opciones terapéuticas son escasas. Uno de los pocos tratamientos que ha mostrado cierta eficacia es la metformina, capaz de reducir la incidencia de la covid persistente en un 41 %, con una reducción absoluta del 4,1 %, según un trabajo publicado en The Lancet Infectious Diseases.
Además, la vacunación contra la covid-19 ha mostrado reducir las probabilidades de padecer secuelas. Estas también son menos comunes tras la primera infección.
¿Aumenta el riesgo con cada infección?
No todas las personas tienen el mismo riesgo de padecer covid persistente, por lo que este no aumenta necesariamente con cada infección. A pesar de que la gran mayoría de la población se ha infectado, y que el número de infecciones y reinfecciones es mayor ahora que al principio de la pandemia, los casos de covid persistente no solo no han aumentado proporcionalmente al número de infecciones, sino que algunos indicadores muestran que han disminuido.
¿Por qué hay tantas incertidumbres a estas alturas?
La covid persistente recuerda uno de los puntos ciegos de la medicina moderna, que muestra dificultades a la hora de entender y ayudar a pacientes con problemas crónicos de origen desconocido o poco comprendido.
Además, la falta de biomarcadores que faciliten el diagnóstico de los pacientes hace muy difícil que las empresas se interesen por la covid persistente, cuya prevalencia ni siquiera se conoce con exactitud, por considerarla una inversión arriesgada.
"Con tanta heterogeneidad entre los pacientes y pocos biomarcadores claros, intentar tratar la covid persistente es, de hecho, una de las apuestas más arriesgadas", aseguraba un artículo publicado en Fierce Biotech.