¿Y si me muerde una garrapata?
En este caso hay que distinguir dos posibilidades: que la garrapata todavía esté enganchada a nuestra piel o que ya se haya marchado.
Si encontramos una garrapata enganchada, como explicábamos en este artículo, se puede utilizar una pinza de borde romo para cogerla con cuidado, sin romperla, y sacarla tirando hacia arriba. Es importante evitar otras formas de extracción tradicional (aceite, algodón con alcohol, tijeras, calor o incluso tirar de ellas con los dedos) porque pueden facilitar el contagio de los patógenos que pudiera tener el animal. En caso de no saber o querer hacerlo, deberemos acudir a un centro de salud.
Nunca hay que esperar a que se desprenda por sí sola, sino extraerla lo antes posible, ya que el riesgo de infección aumenta con el tiempo. También es importante conservar la garrapata porque puede ser de gran ayuda para los médicos y ayudar al diagnóstico en caso de enfermedad. Se puede conservar en un bote con papel húmedo.
El riesgo de desarrollar una enfermedad tras una mordedura de garrapata es mínimo, pero es recomendable mantenerse en observación durante cuatro semanas por si aparecen manifestaciones clínicas. En ese caso es necesario acudir al médico —si no se ha hecho antes para la extracción del animal—.
¿Y si me pica una abeja?
Las abejas solo pueden picar una vez debido a su aguijón curvo, que se queda enganchado en la víctima provocando la muerte del insecto. Aun así, es buena idea alejarse de la zona, por si hubiera más dispuestas a atacar. Tras eso, el primer paso es quitar el aguijón, si sigue sobre la piel. Para ello lo mejor es rozarlo cuidadosamente con la uña o una gasa y no utilizar pinzas, que podrían hacer que se liberara más veneno.
A continuación, se puede aplicar una bolsa con hielo para reducir la hinchazón y tomar medicamentos contra el dolor como ibuprofeno.
Es muy importante vigilar a la persona afectada por si sufriera una reacción alérgica, sobre todo si ha recibido muchas picaduras o se trata de un niño. Si la inflamación se extiende a otras partes del cuerpo como la cara y el cuello, o muestra signos de dificultad respiratoria, náusea, urticaria o mareos, acude a Urgencias.
¿Y si es una avispa o avispón?
Los pasos que hay que seguir son similares a los de la abeja, con la salvedad de que estos insectos sí que pueden picar repetidas veces, por lo que es todavía más importante alejarse de la zona.
Es buena idea saber distinguir la avispa asiática del resto —mucho más grande y más oscura, por lo que no debe confundirse con el avispón europeo, de tono rojizo— porque su picadura es mucho más dolorosa y es más probable que necesite atención médica. De momento, se encuentra solo en el norte de España, pero se prevé que esta especie invasora se extienda por todo el país.
¿Y si me toca una medusa?
Como explicábamos en este artículo, la recomendación del Ministerio de Sanidad es avisar al socorrista cuanto antes además de:
- Lavar la zona con agua salada, sin frotar. No se debe usar agua dulce porque las células de la medusa podrían explotar y esparcir más veneno.
- Si han quedado restos de tentáculos en la piel, se deben retirar con pinzas, no con las manos.
- Para calmar el dolor y bajar la inflamación, se puede aplicar frío en la zona afectada. Pero no por mucho tiempo (unos 15 minutos).
- Durante los primeros días, es importante desinfectar la herida con alcohol yodado entre dos y tres veces al día. Además, se puede utilizar alguna pomada con corticoesteroides o tomar un antihistamínico bajo prescripción médica.
- Por último, las personas con alergias, los mayores o los menores podrían necesitar atención especial. Si aparecen síntomas como náuseas, mareos, calambres musculares, cefaleas o malestar generalizado se debe acudir al hospital e informar del tipo de medusa que pudo haber producido la picadura.
Aunque se han popularizado otros remedios, no todos son igual de recomendables. La orina no es adecuada; el vinagre, en cambio, es mucho más ácido y sí podría ser una opción, aunque su efecto es limitado.
¿Y si me pican chinches?
Las picaduras de las chinches se curan en una semana y, aunque molestas, no suelen conllevar mayores problemas. Mientras tanto, podemos aplicar algo frío a la zona afectada —manteniéndola siempre limpia— y evitar rascar las heridas para que no se infecten. Si el dolor es demasiado fuerte e impide dormir se puede utilizar una crema con esteroides o un antihistamínico siguiendo los consejos del farmacéutico.
¿Y un mosquito?
Es importante no rascarse para que la picadura no se infecte. En lugar de eso, es más útil lavarse la zona afectada y su alrededor con agua y jabón, como explicábamos en este artículo. A continuación, aplicar hielo o gel frío durante diez minutos para reducir la hinchazón y la picazón. Se puede añadir una pasta, mezclando una cucharada de bicarbonato de sodio con agua, que puede ayudar a mejorar los síntomas. También se puede recurrir a las cremas antihistamínicas o contra el picor que se venden sin receta.
¿Y si me muerde una araña?
Las mordeduras de araña son raras ya que, al igual que las abejas y las avispas, solo atacan cuando se sienten en peligro. Esto, sumado a que son animales tímidos, hace que la mayoría de las veces que pensamos que nos ha mordido una araña en realidad estemos equivocados. Además, y por suerte, en la península ibérica no existen especies capaces de matar a una persona sana.
Si la especie no es peligrosa —lo más probable en nuestro país— basta con limpiar y desinfectar la zona afectada, aplicar frío y tomar un analgésico o antiinflamatorio si fuera necesario, de forma similar a con otras picaduras.