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Qué sabemos de la efectividad de las vacunas frente a ómicron

La nueva variante B.1.1.529, apodada ómicron, se ha extendido por el planeta y nuevos países anuncian su detección cada día que pasa. Mientras se investigan cuestiones como si es más transmisible, la mayor pregunta es la que rodea su relación con las vacunas. ¿Dejarán de ser efectivas? ¿Será esta la variante que escape de nuestro sistema inmunitario? Varios expertos responden.

02/12/2021 - 11:15 CET
 
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Personal de un hotel coloca un cartel a la entrada de su restaurante avisando de la obligatoriedad del pasaporte covid. / EFE | Kai Försterling.

¿Cómo sabremos si las vacunas resistirán a ómicron?

Sonia Zúñiga, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología.

Para averiguarlo es necesario aislar la variante y enfrentarla a sueros de pacientes que hayan sido vacunados o infectados con el virus (idealmente infectados con variantes distintas). De este modo se puede conocer la capacidad de neutralizar el virus por la respuesta de anticuerpos que generan las vacunas. Para tener datos sobre la eficacia será necesario que pase más tiempo y se vea en los datos epidemiológicos, a nivel de la población, si la eficacia de las vacunas se mantiene o ha disminuido.

Ignacio J. Molina, catedrático de Inmunología de la Universidad de Granada.

El ensayo más rápido para saber si hay resistencia o no es usar el suero de individuos inmunizados con las vacunas(con anticuerpos frente a la variante original, que es la que se usó como inmunógeno) y enfrentarlos con ómicron. Esto nos indicará si esos anticuerpos tienen capacidad de neutralizar el virus o no. Si lo neutralizan, eso sugerirá que las vacunas probablemente sean eficaces. Esto hay que corroborarlo con otro ensayo, más complejo, para medir la inmunidad celular. También necesitaremos datos epidemiológicos, que nos dirán si las personas vacunadas se infectan más con la nueva variante.

José Jiménez, investigador del King's College London.

La forma de saber si las vacunas resisten o no a ómicron es analizando su efectividad en personas vacunadas e infectadas con esta nueva variante. Dicho con otras palabras, hay que ver si las personas vacunadas se infectan, enferman o mueren más con esta variante que con las anteriores, en comparación con lo que ocurre en personas no vacunadas.

África González, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo.

Necesitaremos tiempo. Comparar personas vacunadas y sin vacunar que se infectan con la variante, según los parámetros: contagios y enfermedad grave (hospitalización, UCI) y fallecimientos.

Salvador Iborra, inmunólogo de la Universidad Complutense de Madrid.

Necesitamos que pase un tiempo razonable para conocer cómo se propaga, si causa más o menos patología en la población vacunada en comparación a la no vacunada. Esta variante se detectó el 24 de noviembre de 2021 en Sudáfrica, y después en Botsuana, Hong Kong, Bélgica e Israel para finalmente aparecer en diversos países europeos y Canadá (10.1016/j.ijid.2021.11.040 ). Recordemos que la aparición de nuevas variantes de preocupación ha ocurrido de manera constante y hasta el momento no hay indicios de que las vacunas pierdan su eficacia por completo frente a las mismas, si no que hay una cierta pérdida de eficacia sobre todo en el caso de patologías leves.

Matilde Cañelles, investigadora del CSIC.

Hay dos tipos de datos que se utilizan con este fin: datos de reinfecciones y datos experimentales. Los datos de reinfecciones irán saliendo a medida que la variante se expanda e incluirán los números de personas que se han infectado a pesar de estar vacunadas, y el grado de gravedad de la enfermedad en esas personas. Los datos experimentales se obtienen enfrentando a la nueva variante con sueros de personas vacunadas y observando hasta qué punto los anticuerpos que contienen estos sueros son capaces de neutralizar al virus. Estos datos se compararán con datos semejantes de variantes anteriores para poder comparar.

¿Cuánto tiempo llevará saberlo?

Sonia Zúñiga.

Aún no sabemos cómo se va a comportar ómicron con respecto a las vacunas. Esto se está estudiando en distintos laboratorios del mundo y probablemente tengamos la respuesta en unas dos o tres semanas.

Ignacio J. Molina.

El ensayo de anticuerpos es relativamente rápido, podríamos tener datos en dos o tres semanas. El estudio de la inmunidad celular es algo más lento, quizá hagan falta un par de meses. El estudio de la infectividad sobre personas necesita aún más tiempo, probablemente alrededor de seis meses.

José Jiménez.

Todavía llevará un tiempo saberlo(no sabría decir cuanto) porque la variante ómicron es todavía muy minoritaria. Para obtener datos fiables hay que tener una muestra mayor y para que eso ocurra la variante ómicron debería desplazar, al menos parcialmente, a la variante delta y esto es algo que no sabemos todavía si ocurrirá. Bastante antes tendremos datos in vitro del poder neutralizante de los anticuerpos generados con las vacunas frente a esta nueva variante.

África González.

Los datos de laboratorio pueden llevar unas semanas, pues ya se tienen sueros de personas inmunizadas y se pueden testar frente a la nueva variante.

Salvador Iborra.

Por analogía respecto a la variante delta, esta fue detectada en diciembre de 2020 y los estudios que demostraban una cierta perdida en la eficacia vacunal, llegaron en el verano de 2021 (10.1056/NEJMoa2108891). Es decir, podrían ser necesarios meses. Pero todo dependerá de la rapidez con la que la se propague la variante ómicron, algo que ahora mismo tampoco sabemos, y de cómo avance el ritmo de vacunación el algunos países. Recordemos que en muchos países de África este proceso está siendo lento.

Matilde Cañelles.

Los datos de experimentos se suelen obtener en unas dos semanas. Si asumimos que se comenzaron en cuanto se detectó la variante, yo diría que para la semana que viene ya tendremos los primeros datos. Los datos de reinfecciones tardarán más, ya que se tendrá que ir observando en cada país. No podemos deducir lo que va a pasar en Europa basándonos en los datos de Sudáfrica, porque allí el porcentaje de población vacunada es mucho más bajo. Sí podremos hacernos una idea cuando comiencen a salir los datos de Reino Unido y países con niveles de vacunación semejantes.

¿Cómo deberemos interpretar los primeros datos obtenidos en el laboratorio?

José Jiménez.

Estos datos van a ser importantes y nos van a indicar si esta nueva variante tiene el potencial o no de evadir, al menos parcialmente, la respuesta de los anticuerpos. Sin embargo, si esto ocurre eso no significa que vaya a ocurrir lo mismo en personas porque no podemos olvidar que la respuesta inmune es mucho más que solo la generación de anticuerpos.

África González.

Los datos in vitro no son extrapolables completamente a la realidad. El sistema inmunitario es muy complejo. Yo lo muestro como un ejército de distintos soldados (centinelas ya preparados, con armas diferentes, y también soldados de élite). En los laboratorios se suele estudiar únicamente los anticuerpos totales y los neutralizantes (en pocos laboratorios, ya que se requiere el virus original o pseudovirus semejantes). Que los anticuerpos disminuyan algo el reconocimiento de una nueva variante no siempre tiene por qué reflejarse de forma directa en la realidad de las personas infectadas, pues no estamos viendo la acción de los otros “soldados”. Además, al ver el nuevo virus, nuestro sistema inmunitario también aprende de nuevo. Por esto, la única evidencia real será ver la eficacia en impedir enfermedad grave, hospitalizaciones y muertes en personas. Para eso los datos epidemiológicos serán claves.

Desde un punto de vista teórico, ¿qué podemos esperar con los datos disponibles hoy?

Sonia Zúñiga.

La variante preocupa porque contiene un número mayor de mutaciones en la proteína de la espícula y, además, muchas de ellas se concentran en la zona de unión al receptor celular. De modo que, al menos teóricamente, es posible que hubiesen cambiado las propiedades del virus en cuanto a su entrada en las células (lo que podría repercutir en su capacidad para transmitirse) y en cuanto a la capacidad de los anticuerpos de bloquear la infección (lo que podría repercutir en la eficacia de los tratamientos con anticuerpos o de las vacunas). En cualquier caso, en biología no es fácil predecir el efecto de tantos cambios combinados y hay que esperar a los resultados experimentales.

Ignacio J. Molina.

Los datos son muy escasos todavía y no permiten elucubrar sobre qué puede pasar. Es probable, como ha ocurrido con otras variantes, que la capacidad neutralizante de las vacunas existentes sea menor. Pero es posible que esa menor capacidad neutralizante todavía sea más que suficiente para protegernos del desarrollo de una enfermedad grave. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la variante delta.

José Jiménez.

Con los datos que tenemos hoy es difícil decir algo porque son muy pocos, las muestras muy pequeñas y poco representativas. Hay que tener en cuenta que de momento gran parte de las personas infectadas se han identificado en África, donde el porcentaje de población vacunada es bajo en comparación con otros lugares.

África González.

El sistema inmunitario ya ha visto una “foto del enemigo” por la vacuna y la infección, y aunque este cambie lo va a seguir reconociendo. Las vacunas seguirán siendo bastante efectivas por varias razones: las variantes del coronavirus no cambian tan drásticamente para perder toda la inmunidad, ómicron tiene mutaciones compartidas con otras variantes(beta, delta…) y las vacunas seguían siendo eficaces frente a ellas, aunque inicialmente los datos de laboratorio mostraban que podría haber una importante disminución en la protección, que luego no se reflejó en la clínica, sobre todo para enfermedad grave. Además, nuestro sistema inmunitario es capaz de adaptarse a nuevas variantes: nuestros anticuerpos también mutan y se seleccionan los que mejor reconozcan a las nuevas variantes.

Salvador Iborra.

Las dudas sobre si ómicron conseguirá resistir a las vacunas están basadas en una acumulación de mutaciones, cambios en la estructura de la proteína S que evitarían que fuese reconocida por anticuerpos neutralizantes. Sin embargo, ahora mismo es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos. Y recordemos que las vacunas frente a la covid-19 no protegen solo mediante la generación de anticuerpos neutralizantes, también generan linfocitos T capaces de combatir al virus, que son menos sensibles a la aparición de mutaciones.

Si se cumple el peor escenario, ¿qué habría que hacer?

Sonia Zúñiga.

En el peor de los casos, es decir, quela eficiencia de las vacunas disminuyese mucho, cualquiera de las vacunas que se está administrando se podría actualizar de forma rápida, lo que llevaría unos dos o tres meses.

Ignacio J. Molina.

Cambiar el inmunógeno en las vacunas de ARN mensajero es un proceso muy rápido, y estaría todo listo en un plazo de unos tres meses. De hecho, el contrato de ampliación del pedido de vacunas firmado por la Unión Europea y las farmacéuticas hace unos meses especifica que en caso de necesidad las nuevas versiones de vacunas deberían estar listas antes de 100 días.

José Jiménez.

Los peores pronósticos serían que esta nueva variante fuera más transmisible que la variante delta, más virulenta y también resistente a las vacunas. Si esto ocurre lo que habría que hacer es actualizar las vacunas actuales para introducir las mutaciones que tiene ómicron en la proteína de la espícula. Teóricamente esto es un procedimiento muy fácil de llevar a cabo (un par de semanas), pero a esto hay que añadir todo el proceso de producción a gran escala, por lo que imagino que todo en conjunto llevará unos dos o tres meses. Sin embargo, no podemos olvidar que la variante ómicron tiene 32 mutaciones en la proteína de la espícula. Por esta razón es posible que hubiera que hacer también algún ensayo para evaluar la seguridad dela vacuna actualizada antes de su comercialización a gran escala.

África González.

Por ahora lo mejor que podemos haceres vacunar a todos aquellos mayores de 18 años que aún no lo han hecho, enviar vacunas a países en vías de desarrollo y ayudar en la logística para que puedan vacunar a las personas más vulnerables, con el fin de evitar el desarrollo de nuevas variantes. Esta vacunación global podría hacerse en unas semanas, ya que hay vacunas disponibles. Sin embargo, no está ocurriendo así. Es un dolor que estén caducando vacunas y tirándose a la basura en países ricos cuando pueden salvar vidas. Es el procedimiento más barato y efectivo con el que contamos.

Salvador Iborra.

En el peor de los casos, si las vacunas pierden por completo su eficacia, podrían ser modificadas para adaptarse a esta nueva variante. La generación de estas vacunas se basa en técnicas de ingeniería genética y modificar la secuencia que codifica para la proteína S en las diferentes vacunas autorizadas por la EMA sería relativamente sencillo. El problema, probablemente, sería más a nivel logístico, en cuanto a su posterior producción. El plazo que han establecido algunas compañías para entregar dosis con la vacuna adaptada a la nueva variante es de unos 100 días.

Matilde Cañelles.

Si se confirma la tendencia de Sudáfrica y se mantiene la misma intensidad en otra zonas geográficas, vamos a tener que generalizar las dosis de refuerzo a un segmento más amplio dela población y vacunar a los niños lo antes posible.

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