Un estudio publica un análisis filogenético para explorar la evolución de los comportamientos sexuales del mismo sexo en el mundo animal. La investigación, que recoge la revista Nature Communications, la lidera la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Antonio Osuna - sexualidad animal
Antonio J. Osuna Mascaró
Investigador especialista en cognición animal de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria)
El artículo es uno de esos trabajos de primer nivel, de esos que aparentan ser sencillos y uno se pregunta cómo a nadie se le había ocurrido antes. El mérito radica en la idea y en el trabajo exhaustivo de documentación que hay detrás.
La idea de que el comportamiento homosexual sea resultado de la convergencia evolutiva entre mamíferos es sumamente interesante, como lo es el hecho de que solo en machos se relacione con la violencia letal entre adultos.
Al tratar un tema del que sabemos aún tan poco, es normal que queden muchas respuestas por resolver. Los autores han sido muy cuidadosos en plasmar las limitaciones de su estudio, y eso es siempre de agradecer.
Hay, sin embargo, algunas cuestiones que quizás podrían haberse tratado con mayor claridad, pues la forma en la que se expresan tanto en el artículo como en la nota de prensa creo que podrían llevar a confusión. Los autores afirman que la frecuencia del comportamiento homosexual es similar tanto en machos como en hembras, pero se refieren al hecho de que este comportamiento se haya documentado en una especie determinada o no, no al porcentaje de individuos que expresan ese comportamiento dentro de cada especie. El comportamiento homosexual en un sexo determinado podría ser mucho más común que en el otro, y esto podría ser muy informativo.
Una de las conclusiones de este trabajo es que la evolución del comportamiento homosexual en machos parece ser dependiente de la existencia previa de violencia letal entre ellos. Esto es sumamente interesante, pues sugiere que el comportamiento homosexual en machos podría haber evolucionado como una forma de mitigar la agresión intrasexual (entre miembros del mismo sexo), pero únicamente entre machos. Los autores no han encontrado esto en hembras, lo que me lleva a preguntar por la existencia de otras formas de agresión, que no son letales, pero que pueden tener un impacto en el éxito reproductor de otras hembras. Creo que estudiando únicamente la violencia letal se deja fuera la posibilidad de que el comportamiento homosexual cumpla con la misma función en ambos sexos: reducir los conflictos intrasexuales, letales o no.
También se afirma que el comportamiento homosexual es mucho más común en animales adultos que en animales jóvenes (251 especies contra solo 10), pero entiendo que con esto se refieren únicamente al individuo que lleva la iniciativa, no al que recibe esa acción. Habría sido interesante explorar cómo de común es que el otro individuo sea un juvenil. En primates el comportamiento homosexual se da con frecuencia entre adultos y jóvenes.
Este último punto me lleva a preguntar hasta dónde el factor oportunidad podría explicar la mayor presencia de comportamientos homosexuales en especies sociales. Quizás puedan compararse individuos de especies típicamente solitarias cuando se encuentran en libertad, o en condiciones de cautiverio donde las oportunidades sean probablemente mayores.
Estoy seguro de que este trabajo será de gran valor a la comunidad científica. El estudio del comportamiento homosexual ha estado muy limitado por razones que todos conocemos, tanto en humanos como en otras especies animales, y estas razones son puramente sociales. Es sumamente interesante descubrir que nuestros ancestros comunes con otros grandes simios ya mostraban, con gran probabilidad, estos comportamientos, y que son tan naturales como cualquier otro.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Animales
Gómez et al.
- Artículo de investigación
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- Estudio observacional
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