Sonia Zúñiga
Viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC)
No entiendo las vueltas que se le da a esto o la sorpresa, en caso de que alguien se sorprenda. Los protocolos de los ensayos clínicos de las vacunas, así como los resultados, se hicieron públicos en los informes de la FDA y la EMA al evaluar las vacunas. En prácticamente todos los casos, con excepción de AstraZeneca, ninguna empresa productora de vacuna estudió la eficacia en proteger de la infección. Los estudios se centraron en la eficacia en proteger de la enfermedad severa, hospitalización y muerte. Esto es, por otro lado, comprensible y, de hecho, lo que la OMS pedía es que hubiese una vacuna que evitase la enfermedad severa en, al menos, un 50 % de los casos. Estas vacunas estaban muy por encima de este umbral en eficacia en los ensayos clínicos.
Desde el principio, por los resultados en modelos animales y por la propia vía de administración, los científicos advertíamos de que estas vacunas eran muy buenas en evitar la enfermedad severa, pero no la infección. Esto no quita que estas vacunas estén siendo fundamentales para controlar la pandemia y para evitar las hospitalizaciones y muertes. Gracias a que las tenemos estamos en mejor situación frente al virus.