Un estudio detecta nanopartículas en leche humana materna

Una investigación en la que se analizaron 53 muestras de leche humana materna descubrió que en 42 de ellas había nanopartículas de sílice y metales. El estudio, publicado en PNAS, identificó los mecanismos de infiltración de las nanopartículas desde la exposición oral o respiratoria hasta los vasos sanguíneos y su posterior acumulación en la leche materna.  

12/05/2025 - 21:00 CEST
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Oliver Jones - nanopartículas leche

Oliver Jones

Catedrático de Química de la Universidad RMIT en Melbourne (Australia)

Science Media Centre Reino Unido

Este estudio constaba de dos partes. La primera consistía en intentar separar las nanopartículas de la leche materna humana. En este caso, se encontró algún material que podría ser nanopartículas, pero no creo que los resultados sean concluyentes. Además, todas las muestras humanas procedían de China, por lo que no nos dicen nada sobre el resto del mundo.  

Otra cosa que hay que recordar es que la detección por sí sola no significa gran cosa. Los equipos analíticos actuales son tan sensibles que podemos detectar casi cualquier cosa en cualquier lugar. Sin embargo, el hecho de que algo esté presente en cantidades minúsculas no significa que sea perjudicial. 

La segunda parte del estudio tenía como objetivo crear un tipo específico de nanopartícula (dióxido de silicio o sílice) y administrarla a ratones para investigar su paso a la leche. Aunque este tipo de experimento tiene su utilidad, la palabra clave es “en ratones”. Los ratones no son minihumanos, y las nanopartículas creadas en el laboratorio, así como las cantidades utilizadas, pueden no reflejar con precisión lo que se encuentra en el medioambiente. Por lo tanto, los resultados, aunque interesantes, no son directamente comparables. 

En realidad, sabemos desde hace más de 20 años que las nanopartículas pueden entrar en el organismo a través de los pulmones [1]. Se ha demostrado que muchos tipos de nanopartículas, como las de carbono, oro, plata, óxido de zinc, dióxido de titanio y óxido de manganeso, lo hacen [2], por lo que, en ese sentido, los hallazgos no son nuevos. 

Otra cosa que tener en cuenta es que los autores no evaluaron los posibles efectos de las partículas, sino que solo analizaron cómo podían llegar a la leche. Respirar partículas es diferente a ingerirlas. El tejido pulmonar es fino para facilitar el intercambio de gases. Esto hace que sea relativamente fácil que las partículas pequeñas entren en el cuerpo por esta vía. Por el contrario, el tejido del tracto intestinal es relativamente grueso y está bien controlado. Es muy posible que las nanopartículas ingeridas lo atraviesen y, por lo tanto, no causen ningún efecto. 

En resumen, aunque la contaminación por partículas es un problema real que debe estudiarse, no creo que haya que alarmarse todavía por las nanopartículas en la leche. 

Declara no tener conflicto de interés
ES
Publicaciones
Identification of nanoparticle infiltration in human breast milk: Chemical profiles and trajectory pathways
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Humanos
  • Animales
Revista
PNAS
Fecha de publicación
Autores

Qing Yang et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Humanos
  • Animales
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