Más de tres cuartas partes de la superficie terrestre sufrieron climas más secos entre 1990 y 2020, en comparación con las tres décadas anteriores, según un nuevo informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. En los últimos 30 años, el 40,6 % de la masa terrestre mundial, excluida la Antártida, se clasifica como tierras áridas, tres puntos porcentuales más que las tres décadas anteriores. El informe, que se presenta en la COP16 sobre desertificación que se está celebrando en Riad (Arabia Saudí), también muestra que en 2020 vivían en zonas áridas 2.300 millones de personas, una población que podría llegar hasta los 5.000 millones en 2100 en el peor de los escenarios de cambio climático.
César Azorín - informe ONU aridez
César Azorín Molina
Investigador del Laboratorio de Clima, Atmósfera y Océanos (Climatoc-Lab) en el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA)
El Global Threat of Drying Lands: Regional and global aridity trends and future projections representa una contribución decisiva sobre el estado de las zonas áridas en nuestro planeta. El informe constituye un esfuerzo pionero de la UNCCD [Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación] y sus países asociados, ya que aborda por primera vez y con alto rigor científico una revisión, evaluación y atribución de las tendencias de la aridez y las proyecciones futuras en el planeta. El informe aporta proyecciones de los escenarios de impacto, así como también explora las acciones potenciales de mitigación, prevención y adaptación frente a la aridez. Sin duda, este informe supone un punto de inflexión en la evaluación de las tendencias globales de la aridez, contrastadas con una sólida base científica a partir de modelos climáticos avanzados y metodologías estandarizadas para su cuantificación.
La aridez es una condición climática persistente determinada por una falta de humedad a largo plazo que afecta tanto a los ecosistemas como a las actividades humanas. A diferencia de las sequías, que son un fenómeno temporal de escasez de agua, la aridez es un estado permanente. El informe concluye que la aridez afecta actualmente al 40,6 % de la superficie terrestre (excluyendo la Antártida), y un 77,6 % ha experimentado un incremento durante el periodo 1991-2020 en comparación al periodo climático anterior (1961-1990). Además, el informe apunta que 4,3 millones de km2 de zonas húmedas se han transformado en zonas áridas en estos últimos 30 años. El aumento en la extensión de las zonas áridas tiene un alto impacto socioeconómico, puesto que afecta a un 30,9 % (2.300 millones) de la población mundial.
El informe afirma que el incremento de la aridez está asociado al cambio climático de origen antropogénico, y que las zonas áridas han aumentado en 1,5 millones de km2 respecto a la revolución industrial (1850) debido a los gases de efecto invernadero y al calentamiento global. Estos cambios observados de incremento de las superficies áridas del planeta también se proyectan a futuro, intensificándose en función de los distintos escenarios de desarrollo socioeconómico. Bajo un escenario medio (SSP3), se estima que un 7,2 % de la superficie terrestre se convertirá en zonas áridas, y un 2 % de zonas húmedas se transformarán en tierras secas. Este porcentaje se incrementará al 9,2 % bajo un escenario alto (SSP5) hacia final del presente siglo. El informe apunta a que este incremento de la aridez afectará a todos los continentes aumentando el número de población expuesta y que habita en ellos, principalmente en África, Asia, Latinoamérica y el Caribe bajo el escenario SSP3, y a Europa, Norte América y Oceanía bajo el escenario SSP5. El área mediterránea, y en particular España, son regiones críticas de este incremento de la aridez, que se proyecta que seguirá aumentando a lo largo del presente siglo si no se reducen las emisiones de carbono antropogénico.
En base a una revisión exhaustiva de más de 400 artículos científicos, el informe concluye que los impactos socioeconómicos y medioambientales del incremento de la aridez abarcarán un amplio espectro de sectores, desde la agricultura, la biodiversidad, los incendios forestales, la disponibilidad de recursos hídricos, las migraciones, la desertificación, la pobreza y la salud, entre otros muchos. El informe acaba concluyendo sobre la urgencia de adoptar medidas de adaptación para combatir los efectos del incremento de la aridez en el planeta, desde el uso sostenible del agua de riego, nuevas prácticas agrícolas y de pastoreo, o el desarrollo de servicios climáticos como herramienta útil para la monitorización de la aridez y la toma de decisiones.
En resumen, es un informe sólido basado en evidencia científica y que demuestra la urgencia de adoptar medidas frente al incremento incesante de la aridez en el planeta.
Conflicto de interés: César Azorín ha firmado publicaciones junto con Sergio Vicente, uno de los autores del informe.
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- Revisado por pares
Vicente-Serrano, S. M. et al.
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