Un estudio cuestiona la dominancia social de los machos en la mayoría de las sociedades de primates
Un equipo internacional ha estudiado las relaciones de dominación entre sexos en 253 poblaciones de 121 especies diferentes de primates. Los datos recogidos indican que la dominación clara por parte de uno u otro sexo es poco frecuente, a pesar de que durante mucho tiempo se creyó que los machos dominaban socialmente a las hembras en la mayoría de ellas. Según la nota de prensa que acompaña al artículo, el trabajo “pone en tela de juicio las opiniones tradicionales sobre los orígenes naturales de los roles de género”. Los resultados se publican en la revista PNAS.
Osuna - Dominancia primates
Antonio J. Osuna Mascaró
Investigador posdoctoral en el Messerli Research Institute de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria), especialista en cognición animal
El artículo me parece sumamente interesante y pertenece a una corriente de estudios que analizan las diferencias sexuales desde una perspectiva acorde con la que posee nuestra sociedad actualmente. Es muy interesante que en la mayoría de las poblaciones de primates no encuentren una clara dominancia de un sexo u otro, pero cuando esto se da lo es porque un sexo domina sobre otro en el control de la reproducción. Esta es la hipótesis que más fuertemente queda apoyada por los datos y dicho control de la reproducción se alcanza de diversas formas (desde el poder huir de los pretendientes no deseados, hasta el vivir en una sociedad monógama en lugar de polígama).
Es importante aclarar que los autores consideran dominancia cuando un mínimo de un 90 % de los conflictos son ganados por un sexo en concreto; a todas las especies (o poblaciones) que quedan por debajo de esto se las considera de dominancia "moderada" (aunque en un 89 % de los casos ganen unos u otros). Basándose en esto, encuentran que en un 38 % de las especies los machos dominan sobre las hembras y en un 21% las hembras dominan a los machos. Pero en la mayoría de los casos (41 %) no hay una clara dominancia de un sexo sobre el otro.
Algo especialmente interesante, y que quizás haga pensar en el ser humano, es que esto puede variar entre poblaciones dentro de una misma especie. Hay poblaciones en las que la dominancia varía en función de las condiciones ambientales y, mientras que en una población los machos o las hembras dominan claramente sobre el sexo opuesto, esto no sea tan claro en otras. Por eso los investigadores dan datos de poblaciones y no solo de especies, y ahí los números son aún más cercanos entre ambos sexos, con un 17 % de las poblaciones de primates estudiadas con dominancia de machos y un 13 % de poblaciones dominadas por las hembras. Una vez más, la gran mayoría se encuentra en un territorio intermedio, con un 70 % de poblaciones clasificadas como "moderadas".
En estudios futuros será interesante estudiar estas poblaciones que han quedado en la categoría "moderada". Alguien podría sospechar que los autores han clasificado como "moderada" a muchas especies o poblaciones en las que los machos dominan sobre las hembras alrededor del 80 % de los conflictos, pero no parece ser el caso. A falta de estudiar los datos que proporcionan los autores del estudio en el material suplementario, se puede intuir que estas poblaciones intermedias son muy variadas. En la primera figura del paper se pueden apreciar las proporciones de estas especies (y poblaciones) por debajo del 90 % de dominancia, y ciertamente son muy heterogéneas: en algunas las hembras tienen más éxito y en otras, los machos, sin una clara tendencia apreciable.
A nivel personal me ha parecido muy interesante cómo el abandonar la vida arborícola ha favorecido la dominancia de los machos. La incapacidad de las hembras de huir entre las ramas, la posibilidad de que se den importantes diferencias de tamaño entre machos y hembras, el desarrollo de "armas" (como los colmillos) y otros rasgos como resultado de la vida a nivel del suelo han dado algo de ventaja a los machos sobre las hembras. Los autores especulan brevemente acerca de la posibilidad de que esto haya ocurrido con los pinnípedos y que exista diferencia entre aquellas especies que se reproducen en el agua y aquellas que lo hacen en tierra.
También me ha parecido muy interesante cómo este estudio destaca a los bonobos como una rareza. Durante mucho tiempo se ha asumido que el origen de la dominancia de las hembras en los bonobos se debía a las coaliciones que son capaces de formar para enfrentarse a los machos, pero, después de estudiar a las 121 especies que se analizan en este estudio, parece ser que las coaliciones de hembras no son ni necesarias ni suficientes para explicar la dominancia de las hembras. Parece ser que los bonobos son una excepción, una rareza entre los primates y no porque las hembras dominen a los machos (porque esto ocurre en muchas otras especies, como muestran aquí) sino por la forma en la que lo han conseguido.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Animales
Huchard et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Animales