Reducir el consumo de sal es un recomendación para prevenir insuficiencias cardíacas, pero restringirlo demasiado podría empeorar un tipo común de esta insuficiencia, según sugiere una investigación publicada en la revista Heart.
Sergio Flores - sal insuficiencia cardíaca
Sergio Flores Villar
Área de Hospitalización y responsable de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario Mutua Terrassa
En el artículo publicado en la revista Heart, del BMJ, se presenta un estudio en el que se aboga por no restringir el aporte de sal en el cocinado de las comidas de las personas afectadas de una insuficiencia cardíaca con fracción de eyección normal [cuando la cámara inferior izquierda del corazón no es capaz de llenarse adecuadamente de sangre, lo que reduce la cantidad de sangre bombeada al organismo], ya que observaron que la supervivencia de los pacientes a los que se les restringió el aporte de sal al cocinar era menor que los que no se les restringió.
Hasta la fecha, todas las asociaciones cardiológicas, nacionales e internacionales, y la evidencia científica, recomiendan una dieta sin sal añadida, con la intención preventiva de no empeorar la función cardíaca.
A nivel metodológico, compara dos grupos, uno que no añade sal en el cocinado y otro al que sí le añade, que a la vez lo subclasifica en: los que añade 1/8 de cucharilla, 1/4 cucharilla, 1/2 cucharilla y más de 1/2 cucharilla. Esta manera de distribuir los grupos de estudio puede generar un sesgo de precisión, dado que la variable de partición de la cantidad de cucharilla es poco precisa, en vez de utilizar gramos o miligramos de sal.
Posteriormente, los grupos que sí recibieron sal se vuelven a juntar para compararlos con los que no recibieron sal, encontrando unas diferencias en cuanto a supervivencia superior en el grupo que recibió sal con respecto a los que no recibieron. La pregunta que surge es: ¿cuál de los subgrupos es el que tiene mayor peso estadístico, el de 1/8, 1/4, 1/2 o más de 1/2 de cucharilla de sal?
Además, detecta una diferencia de supervivencia mayor en raza no blanca y también en los pacientes más jóvenes.
En estos dos puntos existe un sesgo de selección importante, ya que los pacientes seleccionados para el ensayo eran unas 6 veces más de raza blanca que de otras razas, y en cuanto a la edad, es una variable también sesgada, ya que el determinante de la progresión de la insuficiencia cardíaca es multifactorial; depende no solo de la edad, sino también del tiempo de progresión de la enfermedad o tipo de enfermedad que ha provocado la insuficiencia cardíaca. Aunque se reseña, no presentan un número equiparable para su comparación.
En conclusión, el uso de herramientas estadísticas ante dichos sesgos puede conducir a resultados que pueden ser mal interpretados al final, hasta el punto de que sean contradictorios con las recomendaciones actuales de las sociedades cardiológicas europeas y americanas. Serían necesarios más estudios para corroborar los resultados y las afirmaciones que presenta dicho artículo.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
Jiayong Li et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional