Un estudio de la Comisión Lancet en 2020 estimó que la pérdida de audición se asocia al 8 % de los casos de demencia en el mundo. Ahora, un trabajo ha analizado datos de más de 400.000 personas recogidos en el Biobanco de Reino Unido. Sus conclusiones son que el riesgo de desarrollar demencia es un 42 % mayor en las personas con problemas de audición, pero este aumento del riesgo desaparece en aquellas que utilizan audífonos. Según los autores, cuyo trabajo se publica en The Lancet Public Health, los datos “resaltan la necesidad urgente de introducir audífonos de forma precoz cuando alguien empieza a experimentar problemas auditivos”.
Audífonos - Dening
Tom Dening
Catedrático de Investigación sobre la Demencia de la Universidad de Nottingham (Reino Unido)
Se trata de un artículo importante y oportuno. En los últimos años ha habido un gran interés por las condiciones auditivas y su posible contribución al riesgo de desarrollar demencia, y se estima que la audición puede representar alrededor del 8 % del riesgo potencialmente modificable de desarrollar demencia. Esto plantea la cuestión de si el tratamiento de la pérdida de audición influirá realmente en el riesgo futuro de que una persona desarrolle demencia.
Es difícil realizar estudios convincentes para explorar esta cuestión, ya que se necesitan muestras grandes y periodos de seguimiento lo suficientemente largos. Sin embargo, empiezan a surgir pruebas que apoyan la idea de que el humilde audífono puede hacer mucho para luchar contra el gigante de la demencia. Este artículo es una contribución importante. Utilizando datos de casi medio millón de participantes del Biobanco del Reino Unido, un equipo internacional de investigadores descubrió que las personas con pérdida de audición no tratada tenían un 42 % más de riesgo de desarrollar demencia en comparación con las personas sin problemas de audición. Sin embargo, para las personas con discapacidad auditiva pero que utilizaban audífonos, el riesgo de demencia era casi el mismo que para las personas con audición normal.
El artículo también explora algunas de las posibles razones por las que los audífonos pueden funcionar, inclinándose por la idea de que son eficaces porque reducen el esfuerzo cognitivo que supone oír o reducen los efectos de la privación sensorial si no se puede oír. Los datos proporcionaban menos apoyo a la idea de que el riesgo de demencia relacionado con la pérdida de audición está mediado por el retraimiento social y el aislamiento.
Como persona que ha empezado a utilizar audífonos recientemente, me siento muy alentado por estos resultados, y como investigador clínico agradezco tener mejores datos en los que basar mis consejos a los pacientes. Tenemos que utilizar estudios como este para animar a la población a que no se avergüence de sus problemas auditivos y busque una evaluación y un tratamiento cuanto antes.
Audífonos - Marshall
Charles Marshall
Catedrático de Neurología Clínica en el Centro de Neurología Preventiva del Instituto Wolfson de Salud Poblacional (Queen Mary University of London)
Este estudio proporciona pruebas de alta calidad de que las personas con pérdida de audición que utilizan audífonos tienen menos riesgo de padecer demencia que aquellas con pérdida de audición que no los utilizan. Esto plantea la posibilidad de que una parte de los casos de demencia podrían prevenirse utilizando audífonos para corregir la pérdida de audición. Sin embargo, la naturaleza observacional de este estudio hace que sea difícil estar seguro de que los audífonos sean realmente la causa de la reducción del riesgo de demencia.
Los audífonos producen un sonido ligeramente distorsionado, y el cerebro tiene que adaptarse a ello para que sean útiles. Las personas que corren el riesgo de desarrollar demencia en el futuro pueden sufrir cambios tempranos en el cerebro que afecten a esta adaptación y esto puede hacer que decidan no utilizarlos. Esto confundiría la asociación, creando la apariencia de que los audífonos reducían el riesgo de demencia, cuando en realidad su uso solo identificaba a las personas con cerebros relativamente sanos.
Esperemos que los datos de este estudio conduzcan a la realización de ensayos aleatorios sobre el uso de audífonos que proporcionen una base más sólida para el asesoramiento de salud pública sobre si corregir la pérdida de audición puede ayudar a prevenir la demencia.
Audífonos - Griffiths
Tim Griffiths
Catedrático de Neurología Cognitiva de la Universidad de Newcastle (Reino Unido)
Las cifras son impresionantes y han permitido a los autores evaluar múltiples factores que podrían afectar al riesgo de demencia, aparte de la pérdida de audición. Sin embargo, este estudio observacional debe interpretarse con cautela.
Los datos de mejor calidad sobre la relación entre la pérdida de audición y demencia eran los estudios incluidos en un modelo desarrollado por la Comisión Lancet basado en pruebas de audición (audiogramas) y en el seguimiento de los pacientes para ver si desarrollaban demencia. Los datos del Biobanco del Reino Unido no incluyen pruebas de audición: los datos de audición se basan en autoinformes que no son fiables.
Los efectos de los audífonos son difíciles de interpretar por dos razones:
- las personas que tienen audífonos a menudo tienden a no utilizarlos (aunque eso iría en contra del efecto del uso de audífonos que se muestra aquí);
- es difícil estar seguro de si la asociación de no utilizar audífonos refleja que la demencia causa un menor uso de audífonos y no lo contrario.
Por lo tanto, el efecto sugerido es interesante, pero lo que realmente necesitamos son estudios prospectivos sobre el uso de audífonos que midan la sordera como los estudios de la Comisión Lancet y evalúen cuidadosamente el uso de dispositivos y la demencia incidente. En la actualidad se está llevando a cabo un gran estudio multicéntrico en Estados Unidos financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
- Artículo de investigación
- No aleatorizado
- Estudio observacional
- Humanos
Jiang et al.
- Artículo de investigación
- No aleatorizado
- Estudio observacional
- Humanos