Un artículo publicado hoy en la revista Science analiza el potencial de los fármacos basados en el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), como la semaglutida, a la hora de tratar enfermedades que van más allá de la diabetes y la obesidad. Por ejemplo, estudios recientes sugieren que podrían mejorar condiciones que van desde la depresión a los trastornos neurológicos, pasando por patologías cardiovasculares y de riñón.
Josefa García Barrado - potencial GLP-1
Josefa García Barrado
Profesora titular de Farmacología e investigadora del grupo Neuroendocrinología y Obesidad de la Universidad de Salamanca
La nota de prensa refleja de una manera sucinta y comprensible el artículo que publica en Science el doctor Drucker. La revisión está basada en artículos bien contrastados y en ensayos clínicos, ya sea finalizados o en desarrollo. Es un buen estudio donde se abordan aspectos que actualmente se están investigando sobre otras posibles acciones de los análogos del GLP1 y el GIP. Evidentemente, es un tipo de publicación limitado en su texto, donde no tiene cabida una información más detallada, pero expresa los datos más relevantes de las investigaciones actuales tanto en ensayos preclínicos como con los ensayos clínicos bien referenciados.
Esta revisión toma como referencia ensayos clínicos como EVOKE, que todavía no ha publicado sus resultados definitivos, u otros como SELECT ya finalizados. También incluye las conclusiones de trabajos realizados en animales de experimentación explicando adecuadamente que no son extrapolables a humanos hasta que no se ensayen. Sencillamente presenta unas evidencias que abren nuevos campos de investigación en otras patologías que, como muy bien dicen, van más allá de la diabetes y la obesidad.
El artículo está basado en los resultados de experimentos con animales; sus resultados siempre son básicos para una posterior investigación clínica. Evidentemente, no pueden abarcar múltiples campos, pero son resultados fruto de un diseño bien elaborado. Respecto a los datos que aporta de ensayos clínicos, estos han sido aprobados por las agencias reguladoras como la todopoderosa FDA, lo que es un signo de la garantía en cuanto a su diseño.
Considero que las aportaciones que pueden producir estos nuevos hallazgos relacionados, en algunos casos, con las comorbilidades asociadas a la diabetes y la obesidad y, en otros, como neuroprotectores frente a enfermedades neurológicas o desordenes psiquiátricos son realmente importantes. El papel de la inflamación en todos ellos es el hilo conductor y, aunque siempre es conveniente ser prudente y no crear falsas expectativas, la ciencia tiene que seguir avanzando y este es un paso importante para ello.
- Revisado por pares
Daniel Drucker et al.
- Revisado por pares