CEIGRAM
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Investigadora en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios Medioambientales (CEIGRAM)
Economista agrario especializado en Política agraria Común y mercados agrarios, investigador asociado del CEIGRAM, miembro del Consejo Asesor de Asuntos Europeos de la Comunidad de Madrid y del Comité de expertos de Foro Agrario
La adopción de patrones alimentarios basados en plantas podría remodelar el empleo agrícola en todo el mundo. Es la principal conclusión de un estudio internacional que estima que, para 2030, se necesitaría entre un 5 % y 28 % menos de mano de obra agrícola, es decir, entre 18 y 106 millones de puestos de trabajo menos a tiempo completo. Los países más afectados serían los de una agricultura basada en gran medida en la ganadería, mientras que otros, especialmente los de bajos ingresos, podrían necesitar entre 18 y 56 millones de trabajadores más para cultivar frutas, verduras, legumbres y frutos secos. El estudio se publica en The Lancet Planetary Health.
[Este artículo ha sido retractado por Nature el 3 de diciembre de 2025]. La economía mundial podría llegar a perder, de media, el 19 % de ingresos de aquí a 2049 debido al incremento de las emisiones de carbono durante las últimas cuatro décadas, según un análisis publicado en Nature. Para estimar los futuros daños económicos del cambio climático, los autores usaron datos de temperatura y precipitaciones en 1.600 regiones del mundo de los últimos 40 años. Los países de bajos ingresos se verán más afectados por estas pérdidas que los de ingresos más altos, advierten los autores.
El 82 % de las subvenciones agrícolas de la Unión Europea articuladas a través de la Política Agraria Común (PAC) financiaron la producción ganadera de altas emisiones en 2013, según un estudio publicado en Nature Food. El análisis, que se basa en datos de 1986 a 2013 –el último año del que se tienen registros–, destaca que ese 82 % se destinó a productos animales en las siguientes proporciones: el 38 %, de forma directa y el 44 %, para la producción de piensos. Los autores destacan que los alimentos de origen animal están asociados al 84 % de los gases de efecto invernadero emitidos por la producción alimentaria de la UE.