Un estudio calcula cómo cambiará el empleo agrícola por la transición a dietas más saludables y sostenibles

La adopción de patrones alimentarios basados en plantas podría remodelar el empleo agrícola en todo el mundo. Es la principal conclusión de un estudio internacional que estima que, para 2030, se necesitaría entre un 5 % y 28 % menos de mano de obra agrícola, es decir, entre 18 y 106 millones de puestos de trabajo menos a tiempo completo. Los países más afectados serían los de una agricultura basada en gran medida en la ganadería, mientras que otros, especialmente los de bajos ingresos, podrían necesitar entre 18 y 56 millones de trabajadores más para cultivar frutas, verduras, legumbres y frutos secos. El estudio se publica en The Lancet Planetary Health.  

04/11/2025 - 00:30 CET
Reacciones

Fernado Pinto - Lancet empleos agricultura

Fernando Pinto Hernández

Profesor de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC)

Science Media Centre España

El estudio presenta una contribución de notable calidad metodológica al analizar cómo la transición global hacia dietas más basadas en plantas podría alterar la estructura del empleo agrícola. El trabajo combina inventarios detallados de requerimientos laborales con un modelo biofísico global de sistemas alimentarios, ofreciendo un mapa por países de los posibles cambios en la demanda de trabajo. Esta aproximación tiene el mérito de cuantificar un fenómeno apenas explorado (la relación entre transformación dietética y estructura del empleo rural), aunque debe leerse como un ejercicio de simulación, no de predicción. El modelo no incorpora las respuestas de precios, productividad o sustitución tecnológica que caracterizan la dinámica real de los mercados laborales y agrarios.  

En términos generales, los autores concluyen que la reducción de la ganadería intensiva disminuiría la demanda laboral global entre un 5 % y un 28 %, mientras que la expansión de la horticultura podría generar entre 18 y 56 millones de nuevos empleos. Este desplazamiento de la mano de obra refleja un proceso de reasignación más que una pérdida neta, siempre que exista capacidad de adaptación y políticas de transición bien diseñadas. Las magnitudes son coherentes con la evidencia histórica de cambios estructurales en la agricultura, donde la mejora de la productividad y la mecanización han reducido el empleo, pero aumentado el valor añadido y los ingresos.   

Para España, el impacto sería previsiblemente limitado, dado el elevado grado de mecanización, la diversificación productiva y el menor peso relativo de la ganadería extensiva en comparación con otros países. Sin embargo, algunas regiones podrían experimentar ajustes relevantes. La clave estará en combinar sostenibilidad y eficiencia: acompañar la transformación del sistema alimentario con innovación tecnológica, formación laboral y apertura comercial, evitando enfoques normativos rígidos que distorsionen la asignación de recursos o comprometan la competitividad del sector agrario. 

No declara conflicto de interés
ES

Tomás García - Lancet empleos agricultura

Tomás García Azcárate

Economista agrario especializado en Política agraria Común y mercados agrarios, investigador asociado del CEIGRAM, miembro del Consejo Asesor de Asuntos Europeos de la Comunidad de Madrid y del Comité de expertos de Foro Agrario

Science Media Centre España

¿El estudio es de buena calidad? 

“El estudio es interesante y original, ya que aborda con rigor un tema hasta ahora nada abordado, al menos, según mis conocimientos, las consecuencias laborales (o necesidades en mano de obra) de un cambio de dieta a escala planetaria, cambio que tendría sin duda consecuencias positivas para la sostenibilidad del planeta”. 

¿Qué limitaciones tiene? 

“Tanto en la introducción como en las conclusiones, importantes limitaciones del trabajo no son explicitadas. Se trata de un ejercicio académico que no incorpora en su metodología el cambio tecnológico que reducirá las necesidades laborales ni la impracticabilidad de un cambio de estas dimensiones. Tampoco mencionan los otros efectos colaterales que un cambio de esta magnitud tendría sobre el medio ambiente, como son (entre otros) el aumento de las necesidades de agua generado por los nuevos cultivos, en particular, las frutas y hortalizas; las inversiones necesarias o el impacto medioambiental sobre el territorio del retroceso de la ganadería extensiva”. 

¿Qué repercusiones tendrá para España este cambio?  

“La incentivación de un cambio en la dieta alimentaria es un elemento importante de la necesaria estrategia de adaptación y mitigación del cambio climático, pero el artículo demuestra sus limitaciones y pone el foco sobre uno de los obstáculos que se erigen en su camino.  

Como ejercicio intelectual y académico tiene, por lo tanto, interés, incluso en el caso español. Sus resultados confirman la necesidad de una estrategia para la sostenibilidad compleja, multisectorial y multifactorial para hacer posible lo necesario”. 

No declara conflicto de interés
ES

Carlos Astrain - Lancet empleos agricultura

Carlos Astrain Massa

Director del Área Bosques y Agrosistemas de la empresa pública del Gobierno de Navarra ‘OREKAN Gestión Ambiental de Navarra’

El trabajo que los autores elaboran y que se nos presenta en este artículo responde a un importante tratamiento a nivel mundial de datos de producciones agrícolas y ganaderas, así como de mano obra implicada sobre los distintos ámbitos del sector primario bajo la perspectiva modelizada por la asunción a futuro por la población humana mundial de diversas dietas alimenticias más saludables y sostenibles. Todo ello bajo las premisas establecidas por los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en cuanto a escenarios de mitigación del cambio climático. 

El trabajo desarrollado está muy bien sustentado sobre un importante número de países analizados, de sectores económicos productivos implicados y de variabilidad de las dietas exploradas. Sobre estas bases, se puede afirmar que el trabajo es consistente, bien argumentado y con unos resultados fiables sobre la base de las hipótesis y cálculos establecidos.  

Efectivamente, los cambios que se esperarían en la mano de obra necesaria para mantener las dietas deseables y sostenibles ambientalmente a nivel global son acordes con resultados de estudios elaborados en ámbitos menores, incluso con resultados y recomendaciones ya a nuestro nivel local en diversos informes por la propia Unión Europa. Sobra, en nuestra dieta como países de altos ingresos, proteína animal y debe reforzarse la proteína vegetal, o en consecuencia según expone el artículo en cuestión, y dicho de una manera muy simplista, debería producirse un traslado de la fuerza laboral productiva de la ganadería hacia la producción vegetal, e incluso hacia la desaparición de parte de esta. Por todo, ello el articulo sugiere plantear políticas que vayan avanzando en los retos que este teórico futuro cercano nos va a plantear.  

Pero afortunadamente o desafortunadamente, según se mire, la población humana no responde mayormente de forma tan automática como si lo hacen los modelos. Y no lo hace porque interfieren muchas otras cuestiones aparentemente simples que interrelacionadas entre sí alteran los resultados inicialmente esperados. Otros aspectos económicos a los incluidos en el artículo, además de otras cuestiones culturales y sociales intrínsecas a cada ámbito geográfico del planeta, así como la adopción de otras medidas políticas simultáneas aplicadas en otros ámbitos, pueden hacer replantearse el escenario planteado. 

Un ejemplo evidente puede ser la reducción por debajo del 5 % de los trabajadores que actualmente trabajan en el sector primario en Europa, como establece el modelo; nos llevaría a una pérdida de la soberanía alimentaria a todo el continente, colocándonos a merced de las importaciones de terceros en una cuestión vital como es la alimentación de la población. Y todo ello en una situación actual geopolítica de total incertidumbre en la que se están redefiniendo alianzas estratégicas bajo nuevas perspectivas proteccionistas. Véase la cláusula introducida por el gobierno de Estados Unidos en su reciente acuerdo comercial con China de compra de cantidades ingentes de soja que altera todo que teóricamente estaría establecido. 

E igualmente podríamos introducirnos en las posibles derivas migratorias de personas de los países categorizados como de ingresos bajos hacia los de altos ingresos antes de permanecer como fuerza laboral necesaria en sus propios países para la estimulación productiva de proteína animal y vegetal que los modelos establecen para los países de ingresos bajos. Y ni que decir tiene la situación de debilidad en la que se encuentra la Agenda Global contra el Cambio Climático establecida por Naciones Unidas de cara a poder continuar con el cumplimiento de sus objetivos. 

Por todo ello, a pesar de la fortaleza del trabajo realizado por los autores del artículo y de sus correctas conclusiones sobre los resultados que obtienen, estas pueden quedarse muy lejos de lo que la escena geopolítica global actual en la que estamos inmersos acabe estableciendo; esperemos, siempre en favor del bien del conjunto de la humanidad. 

Conflictos de interés: “No tengo conflicto de intereses ninguno con el tema del artículo, la revista ni con los autores. La opinión que sobre él se refleja es únicamente mía y no tiene por qué reflejar la de la empresa en la que trabajo”. 

ES
Publicaciones
Labour requirements for healthy and sustainable diets at global, regional, and national levels: a modelling study
    • Artículo de investigación
    • Revisado por pares
    • Modelización
Revista
The Lancet Planetary Health
Fecha de publicación
Autores

Yiorgos Vittis et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Modelización
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