Este artículo presenta la relación entre las concentraciones de ozono y la mortalidad. Puntos clave, que determinan la publicación del análisis, son el alcance continental del estudio, ya que incluye casi la totalidad de los países europeos, y también el impacto del transporte del ozono. Este es un punto en el que el artículo incide, puesto que el ozono puede transportarse e impactar en lugares alejados de los sitios de origen. De hecho, uno de los resultados más llamativos es que los mayores niveles de mortalidad no se dan en las zonas de mayores concentraciones.  

Entre los puntos débiles se encuentra el periodo analizado, 2015-2017, que puede no responder a la situación actual, y la incertidumbre asociada a los datos, especialmente las defunciones, en el sentido de si las cantidades que se manejan corresponden efectivamente a defunciones cuyo único origen son las altas concentraciones de ozono o si concurren causas adicionales. En general, los resultados se presentan siguiendo los límites geográficos administrativos, que pueden ser muy desiguales, por lo que se trata de un artículo orientado a gestores de la contaminación o a público en general. Por último, del análisis se desprende la necesidad de controlar las emisiones de precursores del ozono y la colaboración internacional para lograr resultados satisfactorios.