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Reacciones al estudio que asocia la falta de sueño en la adolescencia con mayor riesgo de esclerosis múltiple

Un estudio realizado en Suecia ha encontrado una asociación entre la falta de horas de sueño o el sueño de mala calidad durante la adolescencia y un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple con posterioridad. Cifran el aumento del riesgo relativo en un 40 %. Los resultados se publican en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry. 

24/01/2023 - 00:30 CET
 
Reacciones

Pablo Villoslada - sueño esclerosis

Pablo Villoslada

Jefe del servicio de neurologia del Hospital del Mar y director del programa de neurociencias

Antes neurólogo líder del grupo de Neuroinmunología del IDIBAPS – Hospital Clínic y profesor adjunto en la Universidad de Stanford

Science Media Centre España

El grupo del Instituto Karolinska lleva años trabajando en la epidemiología de la esclerosis múltiple y hacen estudios muy rigurosos, como es este caso. 

Hasta ahora no había una evidencia clara de que la falta de sueño en adolescentes fuese un factor de riesgo. Por supuesto, se conoce bien que con la adolescencia cambia el patrón de sueño y que la mayoría de adolescentes están faltos de sueño, pero esto no tiene por qué aumentar el riesgo de la esclerosis múltiple. En este estudio demuestran que dormir menos de siete horas aumenta ligeramente ese riesgo. Como ellos dicen, no quiere decir que esto sea la causa, podría ser la consecuencia de estar ya incubando la enfermedad (lo que se llama el pródromo de la enfermedad en medicina).  

Estos resultados ayudan a diseñar políticas de salud pública, promoviendo el sueño saludable en adolescentes. Respecto a las personas que ya tienen la enfermedad, mejorar su sueño ayudará a que mejore su salud general, aunque probablemente no cambie cómo evoluciona su enfermedad. 

Respecto a cómo podría causar la falta de sueño un mayor riesgo de esclerosis múltiple, podría deberse a una peor regulación de la respuesta inmunitaria debido al estrés crónico de la falta de sueño. Todas las funciones fisiológicas como sueño y respuesta inmunitaria están muy relacionadas entre sí. 

Como todo estudio epidemiológico, tiene las limitaciones de que la población que estudian es limitada y que, al no poder cambiar el factor de riesgo durante el estudio, en este caso la falta de sueño, no se puede establecer si este factor es causa o consecuencia o tan solo otro factor más. La recogida de datos se basa en cuestionarios y estos siempre están sujetos a sesgos de recuerdo y de percepción, más aún en esta población tan susceptible a las influencias sociales. El estudio está bien controlado para los factores de confusión como edad, sexo, etnicidad, tabaco, antecedente de mononucleosis infecciosa y exposición solar (que determina los niveles de vitamina D, muy bajos en Suecia y que son un factor de riesgo para la esclerosis múltiple). En un segundo análisis ajustaron por obesidad, un factor de riesgo para dormir mal.

No declara conflicto de interés
ES

Luis Querol - sueño esclerosis

Luis Querol

Neurólogo de la Unidad de Enfermedades Neuromusculares - Neurología Autoinmune del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau e investigador del Institut de Recerca Biomèdica Sant Pau en Barcelona

Science Media Centre España

Se trata de un estudio de casos y controles que, si bien está metodológicamente bien planteado, implica un diseño vulnerable a diferentes sesgos, como el de selección. Aun siendo un estudio de base poblacional, no se recoge cuál es el porcentaje de pacientes con esclerosis múltiple (EM) de todo el país que decidieron participar y responder a los cuestionarios que recogían la información de forma retrospectiva. Por otro lado, el hecho de que la información respecto a la calidad del sueño de hace años fuera recogida retrospectivamente está sujeta a sesgo por diferentes motivos: el primero y más claro es que los pacientes pueden aportar respuesta influidas por su calidad de sueño o por su estado anímico actual y, además, porque aunque el diagnóstico de la EM se hiciera años más tarde, algunos de los síntomas de la enfermedad, entre los que podría estar la fatiga o la calidad del sueño, pueden ser considerados incluso prodrómicos. 

Algunos de los factores confusores son muy difíciles de controlar. Un aspecto que podría haberse considerado es si la presencia de síntomas actuales que influyan en la capacidad de responder de forma negativa se correlacionaba con el número de horas de sueño previas reportadas. En otras palabras, si alguien está cansado, deprimido o muy discapacitado ahora quizá tienda a ver su calidad de vida en general, y también la de su sueño en particular, como peor de lo que en realidad era en aquel momento. Ver esas correlaciones con escalas de depresión, fatiga o discapacidad podría haber sido interesante para descartar que esos condicionantes tuvieran un papel 

Se trata de un estudio que señala hacia un posible factor de riesgo con algunas limitaciones metodológicas, como mencionábamos previamente, relativamente claras, y que detecta una magnitud del efecto del factor de riesgo relativamente menor si se considera la magnitud del efecto de otros factores, como por ejemplo la infección por el virus de Epstein-Barr. Esto hace que las implicaciones prácticas en el día a día de la enfermedad sean menores, aunque pueda ser una idea interesante a explorar en estudios de cohortes futuras. Por otro lado, las implicaciones concretas incluirían la necesidad de garantizar una buena calidad de sueño a los niños y adolescentes, algo que, por otro lado, es una recomendación de salud general que, de cualquier manera, debería seguirse independientemente de su influencia en la EM.

Luis Querol ha recibido fondos de investigación del Instituto de Salud Carlos III – Ministerio de Sanidad (España), CIBERER, GBS-CIDP Foundation International, Fundació la Marató de TV3, Roche, Merck, UCB y Grifols. Ha proporcionado asesoría como experto a CSL Behring, Novartis, Sanofi-Genzyme, Merck, Annexon, Alnylam, Biogen, Janssen, Lundbeck, ArgenX, UCB, LFB, Octapharma y Roche. Es investigador principal del ensayo CIDP01/CIDP04 de UCB y es miembro de los comités asesores de los ensayos clínicos de Sanofi Genzyme en CIDP y de Roche en neuropatías autoinmunes. 

ES

Celia Oreja-Guevara - sueño esclerosis

Celia Oreja-Guevara

Jefa de Sección de Neurología y coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple en el Hospital Clínico San Carlos

Science Media Centre España

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a mujeres jóvenes. No se conoce la causa que la produce hasta ahora. Sin embargo, hay una serie de factores de riesgo que influyen en la aparición de esta enfermedad, como la infección por el virus de Epstein Barr, la obesidad en jóvenes, poca vitamina D, mala dieta, etc. Además, el trabajo por turnos sí que influye en la enfermedad. 

En otros estudios de enfermedades neurológicas como el deterioro cognitivo sí se ha visto una relación entre la escasez de horas de sueño y la mala calidad del sueño y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. 

Este estudio indaga en otros factores que pueden influir en la aparición de esta enfermedad, como es el dormir pocas horas y el sueño de poca calidad. El estudio en global está bien hecho y se basa en el registro sueco, que tiene datos de buena calidad. Como ellos comentan, las limitaciones son que no han podido descartar al cien por cien otros factores como estrés y hábitos dietéticos. 

Es un estudio muy interesante y se necesitará que se repliquen estos datos en otras poblaciones, ya que este es un estudio solo de Suecia. 

El estudio concluye que el sueño insuficiente de menos de siete horas y de mala calidad durante la adolescencia aumenta el riesgo de aparición de la esclerosis múltiple. Otro punto importante es que un cambio en las horas de sueño entre los días laborables y el fin de semana no influye en la enfermedad. 

El estudio aporta un nuevo e importante factor de riesgo, porque es un factor prevenible y evitable. Se podría educar a los adolescentes a dormir por lo menos siete horas y no reducir las horas de sueño por el uso de las redes sociales, entre otras cuestiones. 

En general me parece un estudio interesante que hay que replicar en otras poblaciones, muy bien hecho, basado en un registro nacional y que, si se confirma, puede ayudar a evitar ese factor y por lo tanto a reducir el riesgo de aparición de la esclerosis múltiple.

Declara no tener conflicto de interés
ES

Caminero - Esclerosis sueño

Ana Belén Caminero

Coordinadora del grupo GEEMENIR (Grupo de Estudio de Esclerosis Múltiple y Enfermedades Neuroinmunológicas Relacionadas) de la Sociedad Española de Neurología y jefa de Sección de Neurología del Complejo Asistencial de Ávila

Science Media Centre España

Se trata de un estudio epidemiológico observacional retrospectivo analítico de casos y controles que evalúa la relación entre unos factores de exposición o riesgo (sueño de corta duración y baja calidad del sueño en edades comprendidas entre los 15 y 19 años) y el desarrollo posterior de Esclerosis Múltiple (EM). Se expresa el resultado en OR (‘odds ratio’), que nos indica cuánto más frecuente ha sido la exposición al factor de riesgo en los casos (pacientes con EM) que en los controles (población general procedente de la misma zona geográfica, Suecia en este caso, y de la misma edad, sexo y área residencial).  

La OR en este estudio es de 1.4, lo que significa que la exposición a dichos factores (sueño insuficiente y de mala calidad) aumenta el riesgo de EM en un 40% frente a la no exposición. El diseño del estudio es de buena calidad con una fuente de información fiable, así como la definición de casos y la selección de controles, pero con las limitaciones inherentes a este tipo de estudios: riesgo de sesgos, es decir de errores sistemáticos en la valoración de los resultados (sesgo de selección, sesgo de información, sesgo de recuerdo). Este tipo de estudios no permite establecer una relación causal entre el o los factores de exposición (sueño insuficiente y de mala calidad) y el desarrollo de la enfermedad (EM), pero sí permite establecer una asociación o vínculo de dependencia entre dichos factores y el desarrollo de la enfermedad (EM). El propio artículo hace referencia al riesgo de los sesgos antes mencionados, indicando que han sido minimizados y parcialmente controlados, e incluso a la posibilidad de causalidad inversa, es decir, que sea la enfermedad (EM) la causante de una deficiencia cuantitativa y cualitativa del sueño. 

Pese a estos sesgos, hay plausibilidad biológica para pensar que un sueño insuficiente y de mala calidad pueden aumentar el riesgo de EM y contribuir junto con otros factores conocidos ambientales (hábito tabáquico, haber padecido mononucleosis infecciosa, exposición al sol, niveles séricos de vitamina D, índice de masa corporal en la adolescencia) a su desarrollo. En esta enfermedad, se cree que el conjunto de factores ambientales involucrados (algunos conocidos y otros muchos aún no) actúan en un individuo genéticamente predispuesto para el desarrollo de esta enfermedad. Hay ya evidencias alineadas con este estudio y se ha visto que el trabajo con cambios de turno, que también incide en el sueño y en los ritmos circadianos, puede aumentar el riesgo de EM (estudio hecho en Noruega), así como evidencias de que el sueño insuficiente y de mala calidad producen una serie de cambios celulares y moleculares que alteran la homeostasis inmune y la secreción de melatonina, todo lo cual incide en el desarrollo de enfermedades inflamatorias crónicas. 

Conocer este nuevo potencial factor de riesgo ambiental (parcialmente) modificable, es importante para educar a la población adolescente en el desarrollo de hábitos de vida saludables, entre ellos dormir un número de horas suficiente cada día, y tratar de que el sueño sea de buena calidad y reparador, con la finalidad de prevenir el desarrollo de enfermedades como la EM. Los adolescentes y la población deben conocer, además, que la compensación en horas de sueño durante los días festivos o durante algunos días semanales no revierte los cambios inmunitarios producidos que conducen a la enfermedad y, por tanto, dormir de más otros días no modifica este riesgo. Un sueño bueno en cantidad y calidad es necesario para un buen funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.

Declara no tener conflicto de interés
ES
Publicaciones
Insufficient sleep during adolescence and risk of multiple sclerosis: results from a Swedish case-control study
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Estudio observacional
  • Humanos
Revista
Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry
Fecha de publicación
Autores

Åkerstedt et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Estudio observacional
  • Humanos
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