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Un compuesto contra la malaria para tratar el síndrome de ovario poliquístico

Las artemisininas, antipalúdicos de origen vegetal, pueden servir como tratamiento del síndrome de ovario poliquístico —que afecta a millones de mujeres en el mundo y puede provocar infertilidad—, según un nuevo estudio que se publica en Science. Estos compuestos suprimieron la producción de andrógenos ováricos en roedoras, así como en una pequeña cohorte de 19 pacientes humanas durante 12 semanas, en las que condujo a ciclos menstruales más regulares sin efectos secundarios. 

13/06/2024 - 20:00 CEST
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Cristina Carrasco - malaria ovarios

Cristina Carrasco

Profesora sustituta e investigadora del departamento de Fisiología, facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Extremadura

Science Media Centre España

Esta investigación demuestra la efectividad de la aplicación terapéutica de compuestos procedentes de la planta Artemisia, las artemisininas, en el síndrome del ovario poliquístico. Se trata de uno de los trastornos endocrinos más comunes en mujeres en edad reproductiva, que merma su calidad de vida e incluso su capacidad reproductiva. En líneas generales, se caracteriza por un exceso de hormonas masculinas o andrógenos, el cual es la principal responsable de algunos de los síntomas típicos, como las alteraciones en la ovulación, numerosos quistes en los ovarios y, en algunos casos, problemas metabólicos. Actualmente, las opciones terapéuticas disponibles son escasas, limitadas a aliviar la sintomatología y con efectos secundarios indeseables. De ahí la importancia de encontrar nuevos tratamientos eficaces y seguros, que actúen directamente sobre la sobreproducción de andrógenos.  

En este interesante estudio que publica la revista Science, el equipo investigador explora en profundidad el efecto fisiológico de las artemisininas y sus derivados, no solo en células aisladas y modelos animales de este síndrome, sino también en pacientes. A través de sucesivos experimentos llevados a cabo de manera minuciosa, identifican con exactitud la diana terapéutica de estos compuestos, descartando que afecten a los niveles de otras hormonas o proteínas implicadas en el proceso, o las propias células productoras de andrógenos. Así, los resultados muestran que las artemisininas son capaces de reducir los niveles de la enzima responsable del primer paso de la síntesis de andrógenos, la llamada CYP11A1. En concreto, estos derivados vegetales actuarían como ‘pegamento molecular’ entre esta y la proteína LONP1, localizada en la mitocondria y responsable de su degradación, inhibiendo en último lugar la sobreproducción ovárica de andrógenos, como la testosterona. Tras estos hallazgos moleculares, los investigadores realizaron un estudio piloto en 19 mujeres con síndrome de ovario poliquístico que confirmó la efectividad de la administración oral de artemisinina durante 12 semanas, reduciendo los niveles séricos de andrógenos, mejorando la morfología de los ovarios poliquísticos y restaurando los ciclos menstruales en el 63% de las pacientes. 

Cabe destacar que este sería el primer estudio sobre la potencial aplicación terapéutica de las artemisininas, ampliamente reconocidas como tratamiento frente a la malaria, en el síndrome de ovarios poliquísticos. No obstante, como en todas las investigaciones, existen ciertas limitaciones que podrían influir en los resultados obtenidos. En este sentido, los autores señalan que es necesario desarrollar modelos animales que reproduzcan con exactitud la patología en mujeres para poder así extrapolar la evidencia experimental y determinar tanto la dosis óptima, como los efectos a largo plazo. 

En resumen, esta brillante investigación refuerza el futuro prometedor en la investigación, desarrollo y aplicación clínica de extractos vegetales en trastornos reproductivos femeninos, que muestran experimentalmente una mayor eficacia y seguridad que los tratamientos convencionales. En este caso, además, estaríamos hablando del reposicionamiento de un fármaco antimalárico para su uso en salud femenina. Sin duda alguna, son necesarios más estudios científicos como este, que contribuyan a ampliar nuestro conocimiento sobre la fisiopatología de las enfermedades de alta prevalencia entre las mujeres, como paso previo imprescindible para un tratamiento exitoso en todos los aspectos. 

Declara no tener conflicto de interés
ES

Cornelia Jaursch-Hancke - malaria ovario poliquístico

Cornelia Jaursch-Hancke

Jefa del departamento de Diabetología y Endocrinología de la Clínica DKD Helios de Wiesbaden (Alemania)

Science Media Centre Alemania

Además de los anticonceptivos orales, disponemos actualmente de un tratamiento muy eficaz para el síndrome de ovario poliquístico (SOP): la metformina. Se trata de un fármaco que utilizamos desde hace más de 30 años, que ofrece un alto nivel de seguridad y que solo puede causar efectos secundarios menores a corto plazo en el tracto gastrointestinal, que normalmente pueden evitarse con un régimen de dosificación adecuado. Además, se están debatiendo muchas opciones de tratamiento alternativas, como el inositol, el resveratrol, la pimienta de monje, la coenzima Q10, el ginseng, la curcumina y otras. Existen estudios similares que han demostrado los efectos de estos, pero no mostraron un efecto suficiente en estudios de seguimiento controlados con placebo. Solo el inositol se menciona en las directrices internacionales como ‘podría considerarse’. Algunos incluso tienen efectos negativos.  

El principio activo artemisinina a base de plantas de la artemisa también se utiliza para otras indicaciones. Entre ellas se encuentran los principios activos a base de artemisinina contra los parásitos de la malaria, aunque la OMS ya advierte de la aparición de resistencias en este caso. Aún no conocemos los efectos exactos de la artemisinina en el organismo humano. El estudio de Liu et al. solo examina cómo afecta la artemisinina a las enzimas que intervienen en el SOP, pero no investigaron qué otros efectos puede causar el fármaco. Estos también podrían ser efectos secundarios indeseables.  

El estudio está metodológicamente bien hecho. Proporciona buenas pruebas del mecanismo de acción sobre la producción de testosterona en roedores. Lo que no muestra son efectos positivos sobre el metabolismo, no hay ninguno. Como ya se ha mencionado, falta investigar los efectos en el resto del organismo. En general, podría haber incluso un efecto perjudicial. El estudio observacional sobre 19 pacientes que solo fueron tratadas durante 12 semanas no es suficiente. 

Lo que necesitamos es un ensayo controlado aleatorizado que demuestre un efecto en las pacientes que vaya más allá del efecto placebo. Entonces podríamos volver a analizar los resultados. Basándome en mi experiencia con estudios sobre otros candidatos a fármacos, no veo perspectivas para la artemisinina por el momento. El resveratrol, por ejemplo, mostró inicialmente efectos similares sobre la producción de testosterona, pero los resultados de los ensayos controlados aleatorizados no pudieron mostrar ningún efecto significativo. 

Declara no tener conflicto de interés
ES
Publicaciones
Artemisinins ameliorate polycystic ovarian syndrome by mediating LONP1-CYP11A1 interaction
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Humanos
  • Animales
Revista
Science
Fecha de publicación
Autores

Yang Liu et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Humanos
  • Animales
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