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Proponen la vuelta al hormigón romano para hacer más sostenible la industria de la construcción

Con el hormigón del imperio romano se construyeron acueductos, puentes y edificios que han durado más de dos mil años. Un estudio analiza si volver al material antiguo ayudaría a descarbonizar el cemento actual. Según los autores, reproducir la receta requeriría una cantidad similar de energía y agua, con emisiones parecidas de CO2; sin embargo, su durabilidad podría convertirlo en una opción más sostenible. El estudio se publica en la revista del grupo Cell Press iScience. 

30/07/2025 - 17:00 CEST
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Manuel Herrador - imperio romano

Manuel F. Herrador

Doctor ingeniero de caminos, profesor de Estructuras de Hormigón, investigador del Grupo de Construcción (gCONS) del CITEEC (Centro de Innovación Tecnolóxica en Edificación e Enxeñaría Civil) de la Universidade da Coruña

Science Media Centre España

Este artículo es interesante y de buena calidad, y se puede aprender de él si uno está familiarizado con el tema, pero para gente de fuera del campo del hormigón puede generar expectativas un poco desmedidas. Para empezar, la formulación del hormigón romano es bien conocida, porque nos ha quedado por escrito. Efectivamente sabemos que es un hormigón más durable que los que se usan habitualmente hoy en día, pero también que es menos resistente, tarda más en fraguar, depende de componentes (como las cenizas volcánicas) que no se pueden obtener con facilidad en cualquier sitio, y en algunos de sus usos más vistosos (me refiero a las mezclas con agua de mar) son incompatibles con las armaduras de acero que son imprescindibles en nuestras estructuras de hormigón armado y pretensado.

Las lecciones del hormigón romano ya las tenemos aprendidas, y tanto es así que se pueden fabricar hormigones similares de acuerdo a las normativas, que contemplan el uso de adiciones de cenizas; de hecho, se emplean con normalidad en estructuras con requisitos especiales de durabilidad, y sus inconvenientes se tienen en cuenta en el proyecto.

Todos los estudios que contribuyan a la descarbonización del cemento (problema muy real y bien planteado en el artículo) son bienvenidos, pero hoy en día hay líneas de investigación de los llamados «cementos verdes» mucho más prometedoras, con el uso de otros subproductos industriales como las cenizas de fondo de los altos hornos o los residuos de la industria maderera. 

No declara conflicto de interés
ES

José Luis García Calvo -hormigón romano

José Luis García Calvo

Responsable de la Unidad Técnica Laboratorio de Hormigones, vicedirector técnico del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja del CSIC

Science Media Centre España

El trabajo sobre la sostenibilidad de los morteros y hormigones romanos está fundamentado en un estudio serio y de buena calidad. Asimismo, las conclusiones aportadas por los autores están basadas en datos objetivos. Es más, las limitaciones del estudio y la dificultad de poder trasladar ciertos aspectos de la construcción de este tipo de material a la época actual están bien fundamentadas. El mayor inconveniente que se puede achacar al artículo es el hecho de que al leer los aspectos destacados (highlights), parece que el empleo de morteros y hormigones romanos era mucho más sostenible que el empleo de los morteros y hormigones actuales; sin embargo, al leer el artículo, este aspecto queda mucho mejor explicado y se evalúa en qué casos específicos eso podría ocurrir.  

Las principales implicaciones o conclusiones del estudio, las cuales son claramente acertadas en base al conocimiento reciente, es que el empleo de lo que actualmente se denomina “materiales alternativos” al cemento Portland, como puede ser la biomasa empleada en los morteros y hormigones romanos, disminuye claramente la huella de carbono del material resultante. Eso sí, la utilización actual de estos materiales de baja huella de carbono no debe limitar las propiedades de los hormigones. El segundo aspecto clave que trata el artículo es que la durabilidad de los materiales de construcción y, por ende, de las estructuras construidas, va de la mano de la sostenibilidad. Es decir, garantizar una elevada durabilidad en una estructura o edificación, va a ser más sostenible por el menor consumo de recursos a la larga que si hay que demoler la edificación y volverla a construir o existen elevados costes de mantenimiento, entre otros aspectos. En este sentido, es cierto que los hormigones romanos han mostrado una elevada durabilidad en el tiempo, pues en muchos casos han resistido casi intactos hasta nuestros días, si bien la durabilidad de una estructura siempre va a estar influida por el uso al que está sometida. ¿Podrían emplearse hormigones romanos para la construcción de grandes rascacielos? Es muy probable que no, pero en la lectura del artículo esto queda claramente patente.

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    • Artículo de investigación
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How sustainable was Ancient Roman concrete?
    • Artículo de investigación
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Revista
iScience
Fecha de publicación
Autores

Martinez et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
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