¿Por qué se llama “extremo” el incendio ocurrido esta semana en la provincia de Lleida?
Se trata de un incendio de sexta generación, caracterizado por una gran incertidumbre de comportamiento, según explica al Science Media Centre España Edgar Nebot, subinspector del Cuerpo de Bomberos de Cataluña. En este artículo publicado en 2023, detallábamos las características de estos fuegos, así como las dificultades para extinguirlos y prevenirlos.
“Los incendios extremos son producidos por procesos complejos cuando el fuego interactúa con la atmósfera, lo que genera una gran incertidumbre en su predicción porque el comportamiento del incendio no depende únicamente de las variables meteorológicas en superficie, sino que también intervienen procesos en las capas altas de la atmósfera”, explican desde el departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña.
En el caso del fuego de la provincia de Lleida, “no ha habido excepcionalidad, sino una coincidencia” de condiciones propicias, dice Nebot, que llevaron a que las llamas registraran una velocidad de hasta 28 km/h, cuatro veces superior a las cifras habituales. Así, coincidieron dos frentes de tormenta y se formó un pirocumulonimbus, una inmensa nube que ascendió a 14 kilómetros, “en un paisaje vulnerable, porque era el momento de cosecha después de dos semanas con temperaturas de hasta 40 grados”, explica el bombero, que forma parte de la unidad GRAF (Grup d’Actuacions Forestals). “El incendio se pudo beneficiar de este combustible fino y muy disponible como es el cereal”, dice Guillem Canaleta, técnico de proyectos de paisajes resilientes de la Fundació Pau Costa, en declaraciones al SMC España.
Varios estudios han demostrado que periodos de precipitaciones abundantes –como ocurrió esta primavera en Cataluña– después de una sequía “pueden aumentar el riesgo y la severidad de incendios al generar un exceso de biomasa fina (hierbas, arbustos jóvenes y hojarasca) que actúa como combustible”, apunta al SMC España Dominic Royé, investigador Ramon y Cajal en la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC).
¿Hay investigación aplicada sobre la extinción de este tipo de fuegos?
Estos incendios se vienen estudiando de forma empírica en los últimos años, analizando casos de piroconvección en otros países como Chile y Portugal, según explica Nebot. Instituciones de nuestro país participan en proyectos europeos de investigación como EWED (Extreme Wildfire Events Data Hub for Improved Decision Making) y FIRE-RES para desarrollar conocimientos útiles para las operaciones de terreno. “Pero los hechos van por delante de los productos que se van generando”, y los equipos de emergencia aún no disponen de las herramientas que permitan anticipar el comportamiento de estos incendios, dice el bombero al SMC España.
¿Qué tiene que hacer la población en caso de incendio?
Para estar informada, la ciudadanía cuenta, a nivel estatal, con mapas actualizados de AEMET que incluyen niveles de riesgo de incendio. También los publican comunidades autónomas, como por ejemplo en Cataluña.

En el caso del fuego de Lleida, se decretó una zona de confinamiento que afectó a unas 25.000 hectáreas y a más de 14.000 personas durante varias horas. La población recibió alertas en sus teléfonos móviles y, cuando se levantó el confinamiento, se le pidió limitar desplazamientos para facilitar el trabajo de los equipos de emergencia.
En sus recomendaciones, el gobierno español urge máxima precaución y a no trabajar nunca solo o sola en caso de fuego. También recuerda que, si una persona es requerida para participar en la extinción de un fuego forestal, "tiene el deber legal de asistir”.
Si un incendio llega a una casa, hay que llamar al 112 y refugiarse en el interior, cerrando puertas y ventanas, recomienda la Generalitat de Cataluña.
Otras de sus recomendaciones oficiales son:
- Si te hacen desalojar, cierra los interruptores de la luz y del gas, coge lo que sea imprescindible (documentación, dinero y medicamentos) y marcha donde te digan los servicios de seguridad.
- Llena de agua la bañera y los fregaderos, rocía de agua las puertas y las ventanas y coloca toallas mojadas debajo de las puertas.
- Cierra todos los suministros de combustible y protégete con ropa de algodón o de lana. Si hay mucho humo, deja las luces encendidas y respira a ras de suelo.
- Si un incendio te sorprende en campo abierto, aléjate en dirección opuesta al viento y, si puedes, entra en zona ya quemada. Moja un pañuelo y tápate la cara para evitar el humo. No te refugies en pozos ni en cuevas. Cerca del mar o de ríos, acércate al agua y, si es necesario, métete.
- Si estás en el coche, detente en un lugar protegido, cierra las puertas y ventanas y apaga la ventilación del coche. Enciende los faros para que puedan encontrarte en medio del humo.
¿A nivel individual, qué puede hacer la ciudadanía para prevenir incendios?
El verano será difícil, con situaciones que pueden comprometer vidas, advirtió ayer el inspector Moisés Galán, jefe de apoyo de intervención de los bomberos de la Generalitat en un comunicado de prensa. “Tenemos que convivir con los incendios de forma responsable”, dice.
Aparte de las recomendaciones básicas para quienes salen de excursión o de acampada —como no tirar colillas ni vidrio, ni encender hogueras, petardos o cohetes—, el Gobierno pide a las personas que viven en casas de campo o en urbanizaciones:
- Mantener limpios los caminos y carreteras.
- Evitar que los jardines tengan excesiva frondosidad y vegetación seca.
- Evitar el uso de motosierras, desbrozadoras y otras herramientas que puedan provocar incendios.

Por su parte, la Generalitat de Cataluña agrega las siguientes recomendaciones preventivas:
- Mantener una distancia de seis metros entre los árboles y evitar que las copas se toquen entre ellas y en la fachada.
- Alejar de la casa las reservas de leña.
- Tener a punto herramientas básicas contra incendios (mangueras, hachas) y alguna reserva de agua.
¿Cuál es el papel de la agricultura en la prevención?
El sector primario es clave para generar un paisaje heterogéneo, con discontinuidades “que los servicios de extinción utilizan como oportunidades para limitar la propagación del fuego”, dice Canaleta. “Cuando tienes un mundo rural activo, incluyendo agricultura, ganadería y aprovechamientos forestales, estás gestionando el territorio, reduciendo el combustible que utilizaría el propio incendio”, agrega el técnico.
Según Nebot, los agricultores son conocedores del riesgo de incendios y sus prácticas están adaptadas a ello. El bombero sí destaca un elemento que se podría mejorar en zonas rurales: limpiar los alrededores de las masías y granjas, para evitar que haya hierba seca, pilas de neumáticos u otros trastos combustibles cerca de las edificaciones.
¿Qué se puede hacer a nivel de políticas públicas para evitar incendios?
En esta tribuna que publicamos en 2023, Eduardo Rojas Briales, profesor de la Universitat Politècnica de València, abogaba por medidas políticas a largo plazo y explicaba por qué apostar solo por la extinción es insuficiente y agrava el problema.