Un estudio de asociación genética con datos de más de tres millones de personas ha encontrado cerca de 4.000 variantes asociadas con el consumo de tabaco y alcohol. Los resultados se publican en la revista Nature.
Costas - Gwas
Javier Costas
Investigador líder del grupo de Genética Psiquiátrica del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) y miembro de la Red de Investigación en Atención Primaria de Adicciones (RIAPAd)
El consumo de alcohol o tabaco son conductas que se ven afectadas por múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales. A nivel biológico, parte de la predisposición a su consumo se debe a la existencia de múltiples variantes genéticas de efecto muy pequeño distribuidas a lo largo del genoma. En los últimos años se están generando gran cantidad de biobancos poblacionales que incluyen muestras biológicas, información clínica y de hábitos de vida, con el objetivo de avanzar en la medicina de precisión. Dado su impacto en salud, variables referidas al consumo de alcohol y tabaco son incluidas de forma habitual en estos biobancos.
El presente trabajo hace uso de esta información para identificar variantes genéticas asociadas al número de bebidas alcohólicas consumidas por semana y a una serie de conductas relacionadas con el tabaco, como ser fumador regular, edad de inicio del uso regular de tabaco, número de cigarrillos fumados por día o haber logrado dejar de fumar tras su consumo regular. Como sucede de forma habitual en estudios de genética médica, el trabajo es fruto de una colaboración de multitud de personal investigador de decenas de instituciones de diversos países agrupados en un consorcio, en este caso, el GSCAN. Dicho consorcio había publicado un estudio similar con un número mucho menor de muestras en 2019. Respecto a ese estudio, se pasó de analizar 1,2 millones de individuos a 3,4 millones. Como consecuencia, el número de variantes genéticas identificadas se incrementó considerablemente, de 566 a más de 3.800 en el estudio actual.
Quizá lo más importante del estudio es que, como sucede habitualmente en genética médica, los principales resultados están disponibles libremente para que cualquier persona investigadora pueda hacer uso de los mismos. Por tanto, el estudio puede considerarse como un punto de partida sobre el que se realizarán gran cantidad de análisis posteriores para comprender mejor los factores biológicos implicados en consumo de tabaco y alcohol, así como sus consecuencias. En este sentido, en este trabajo ya se presentan análisis que ponen en evidencia que muchas de las variantes genéticas identificadas lo hacen a través de tipos celulares implicados en el sistema de recompensa cerebral (de acuerdo con los mecanismos propuestos para adicciones).
El efecto conjunto de las distintas variantes genéticas identificadas explica una parte apreciable de la variación existente a nivel poblacional. Por ejemplo, los individuos en el 10 % superior de predisposición genética a uso de tabaco, fuman como promedio el doble de cigarrillos por día que los del 10 % inferior de predisposición (14 cigarrillos frente a 7). Sin embargo, existe un problema en genética médica relacionado con una representación muy mayoritaria de personas con origen europeo (la mayoría de los biobancos son europeos o de los Estados Unidos). Como consecuencia, la variabilidad explicada por las estimas de predisposición genética es muy inferior en poblaciones de otro origen geográfico.
Este trabajo, al lograr juntar un número tan grande de muestras individuales sí logró llevar a cabo una serie de estudios pioneros en relación al diferente efecto que las variantes genéticas identificadas pudiesen tener en las distintas poblaciones, según su origen geográfico. A pesar de los diferentes contextos culturales, la mayor parte de las variantes genéticas identificadas tienen efectos similares con independencia de la ancestralidad, el origen geográfico de los sujetos analizados. Las pocas variantes que sí se ven claramente afectadas por la ancestralidad (menos del 5 %) podrán dar nuevas pistas sobre las influencias culturales en relación al consumo de alcohol y tabaco (interacción gen-ambiente).
La principal limitación del trabajo es la definición de los caracteres bajo estudio, generalmente declarados por las propias personas participantes y muy poco concretos. Por ejemplo, dos patrones muy distintos de consumo de alcohol, como un consumo habitual de alcohol con las comidas o un consumo de botellón semanal, pueden dar lugar al mismo número de bebidas alcohólicas consumidas por semana. También se sabe que las personas con problemas de salud tienden a declarar un consumo de alcohol y tabaco inferior al real.
En resumen, el presente trabajo ha generado un conjunto de información genética de gran valía para una mejor comprensión de los mecanismos de predisposición genética al consumo de alcohol y tabaco, así como de sus consecuencias. Dado el impacto de estas sustancias en la salud, esta información tendrá probablemente una gran relevancia en el futuro, en línea con la medicina de precisión.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos
- Artículo de investigación
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- Estudio observacional
- Humanos