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Sequía en España: agravada por el aumento de temperaturas y la sobreexplotación de los recursos hídricos

La sequía hidrológica, meteorológica y agrícola que se está viviendo en España, especialmente en algunas regiones, llega tras un 2022 que fue el más cálido y uno de los más secos desde que se tienen registros. Las investigadoras Sandra García Galiano (UPCT) y Annelies Broekman (CREAF) participaron en una sesión informativa del SMC España en la que analizaron las causas, consecuencias y posibles soluciones con las que afrontar este complejo fenómeno natural.  

27/04/2023 - 09:45 CEST
 
embalse

Vista del embalse de Rialb (Lleida), que almacena solo un 5,69 % de su capacidad, cuando la media de los últimos diez años en esta misma semana fue del 78,66 %. Autor: EFE/Alex López.

“Si comparamos con periodos de sequía previos, como el de 1991-1995, aún no hemos llegado a esa situación tan crítica. Quizás vamos hacia ese camino”, apuntaba Sandra García Galiano, profesora titular del área de Ingeniería Hidráulica del departamento de Ingeniería Minera y Civil de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), en la sesión informativa organizada por el Science Media Centre España hace unos días. La sesión coincidía con la reunión de la mesa de la sequía convocada el pasado 19 de abril por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 

Desde hace meses, España está registrando una sequía hidrológica, meteorológica y agrícola que ha provocado que, en regiones como Cataluña, se hayan impuesto restricciones al uso del agua en más de 200 municipios en los que viven 6 millones de personas, al declararse la situación de “excepcionalidad” hace más de un mes. Ciudades como Sevilla también han anunciado acciones similares si la situación no mejora. 

No obstante, el fenómeno varía por regiones. “Existe diversidad por las condiciones naturales, pero también por las infraestructuras de las diferentes cuencas. El nivel crítico depende de dónde nos encontremos y la capacidad de respuesta”, señalaba Annelies Broekman, investigadora del equipo Agua y Cambio Global del CREAF en la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Ambas investigadoras coincidieron en que el aumento de temperaturas ligado al cambio climático está agravando el fenómeno natural de las sequías. El año 2022 fue el más cálido y uno de los más secos de la serie histórica en España, lo que se traduce en el actual nivel de reservas de los embalses: de media en España, están al 50,1 % de su capacidad, frente a la media de los últimos diez años del 67,95 %.  

En España, Portugal, Grecia e Italia estamos crónicamente sobreexplotando nuestros recursos

Annelies Broekman

“En España, Portugal, Grecia e Italia estamos crónicamente sobreexplotando nuestros recursos, con un desajuste entre la demanda y el recurso disponible. Cuando llega la sequía, nuestra vulnerabilidad se dispara”, explicó Broekman, que también es miembro del Observatorio Ciudadano de la Sequía

Diferencias entre consumo urbano y agrícola 

En cuanto a las medidas que tomar para hacer frente a esta situación, las expertas recordaron que España cuenta con planes especiales de sequía en los que se definen las actuaciones que se deben ir tomando según los indicadores registrados. 

“La demanda urbana es la última que se toca porque es la que tiene mayor prioridad. Tendría que ser una situación de emergencia muy crítica para llegar a ese punto, de restricciones en el agua de boca”, resaltó García Galiano, responsable del grupo Gestión de Recursos Hídricos de la UPCT.    

“El agua de boca no está en peligro ahora mismo. Es más bien un reto para todos los usos económicos que se basan en el agua como input fundamental para su proceso productivo”, reiteró Broekman. 

Respecto a la situación del sector agrario —COAG ha informado de que la falta de agua ya afecta al 60 % del campo, con más de 3,5 millones de hectáreas dañadas—, las investigadoras coincidieron en que no existe una única agricultura ni un único uso del agua en ese sector. 

“Falta definir prioridades dentro de la misma agricultura. No podemos ‘castigar’ a todo lo que llamamos actividades agrarias o agrícolas. Dentro de demanda agraria deberíamos identificar diferentes niveles de prioridad que hoy no se están identificando”, destacó García Galiano. 

“Es muy importante no enfrentar sectores, entender que la problemática es muy compleja y específica en cada lugar”, afirmó la investigadora del CREAF. “Abogo por que haya espacios de debate legitimados por las administraciones para que se puedan acordar sistemas de recorte que beneficien a las poblaciones locales”, añadió. 

Falta definir prioridades dentro de la misma agricultura. No podemos ‘castigar’ a todo lo que llamamos actividades agrarias o agrícolas

Sandra García Galiano

A juicio de la investigadora de la UPCT, abandonar los cultivos de regadío para transformarlos en secano no es una solución, ni tampoco hacerlo a la inversa, puesto que las previsiones del Sexto Informe del IPCC, si no disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero, apuntan a que sigan descendiendo las precipitaciones, lo que favorecerá una mayor frecuencia y severidad de las sequías. 

“Es duro de decir y es difícil de aceptar que quizás esto nos lleva a una reconversión del sistema económico”, afirmó. En esa línea, Broekman puso sobre la mesa la reconversión de otros sectores, como el turismo. “Ahora en Barcelona estamos esperando a las hordas de turistas. ¿Cómo se van a duchar? No lo sabemos. Muchas veces se habla de que sufre la agricultura. Sufrimos todos”, destacó, y apostó por la ciencia como parte de la solución. “Esta complejidad se necesita abordar con metodologías basadas en la ciencia”, afirmó. 

Sin una Directiva Europea de Sequías  

En otros países como Francia o en el norte de África también están atravesando una situación complicada por la falta de lluvias. García Galiano reclamó una Directa Europea de Sequías que, a día de hoy, no existe. 

“Podría ser muy importante en esta situación, puesto que vamos hacia una emergencia hídrica a nivel nacional, que desde el Gobierno central se presione un poco a las autoridades a nivel europeo para que se pueda llevar a cabo una aprobación de esta directiva”, reclamó la experta.  

En este sentido, no se ha llegado a un consenso sobre qué es sequía, cuáles son los indicadores que se tienen que utilizar para poder evaluar las diferentes situaciones en los países miembros, ni se ha definido una línea de financiación de ayudas en situaciones de emergencias hídricas, destacó la investigadora. 

Respecto a si la calidad del agua del grifo podría empeorar si disminuyen más los recursos hídricos, Broekman lo negó tajantemente. “No nos vamos a tener que acostumbrar a agua del grifo no potable ni vamos a tener problemas de este tipo porque la Directiva de aguas potables dice qué tipo de calidad puede tener un agua para entrar en el grifo. Hemos de fomentar que la gente confíe en el agua que sale del grifo. Está muy controlada y los estándares son muy altos”, recordó. 

Hemos de fomentar que la gente confíe en el agua que sale del grifo. Está muy controlada y los estándares son muy altos

Annelies Broekman

No obstante, si las masas de agua de las que procede el agua de consumo humano no se encuentran en las mejores condiciones, será más costoso económica y energéticamente esa potabilización, según la experta del CREAF. Antes que invertir en tecnología, “restaurar las masas de agua debería ser la primera prioridad”, afirmó.  

A juicio de García Galiano, incorporar tecnologías para optimizar el uso del agua también es importante como, por ejemplo, disminuir las pérdidas en tuberías o con contadores inteligentes en las duchas. “Impactamos positivamente en las masas de agua porque tendremos más masas de agua disponible”, indicó. 

Previsiones poco esperanzadoras 

¿Hasta cuándo va a durar esta situación? Las previsiones de AEMET no son nada halagüeñas: el trimestre mayo-junio-julio tiene una mayor probabilidad de ser más cálido de lo normal y, aunque no está claro qué sucederá con las precipitaciones, no parece probable, salvo que mayo sea muy lluvioso, que salgamos de la sequía meteorológica esta primavera. 

“Esto no se resuelve con una gran lluvia. Estamos hablando de medias, de periodos grandes, no de eventos puntuales. Para recuperarse de una sequía normal, mediterránea, que dura cuatro años, necesitamos dos años con una media hidrológica más alta de lo normal”, destacó Broekman. 

“Desde que comenzó el año hidrológico [las precipitaciones medias acumuladas] han subido un 21 % menos del valor normal, 334 litros por metro cuadrado frente a 425. ¿Que llueva un 20 % más solucionaría el problema? Hay que hablar de recuperación de los embalses y no se recuperan en un mes. Cualquier precipitación ayudaría, evidentemente”, añadió la investigadora de la UPCT. 

¿Que llueva un 20 % más solucionaría el problema? Hay que hablar de recuperación de los embalses y no se recuperan en un mes

Sandra García Galiano

En cuanto al papel de los trasvases cuando el agua escasea, ambas investigadoras coincidieron en que no son la solución y menos en sequía, puesto que es un evento que puede llegar a afectar a toda la península ibérica. En opinión de García Galiano, hay que pensar en otro tipo de alternativas como la desalación si se abaratan los costes y se introducen energías renovables en el proceso.  

“Los trasvases son ingeniería del siglo pasado”, señaló Broekman. “Generan conflictos, ambas cuencas sufren sequía y tienen un coste energético, un 30 % mayor que la desalación”, calculó. A su juicio, tampoco sería una solución construir nuevos embalses confiando en que tendrán agua cuando no se sabe si será así por la incertidumbre del cambio climático. “Nuestros embalses naturales son los acuíferos”, afirmó y abogó por una mejor gestión y un cambio en sus usos. 

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