ictus

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La contaminación del aire y los factores de riesgo metabólicos impulsan el aumento global de los ictus

El número de personas que sufren un accidente cerebrovascular, mueren por ello o viven con una discapacidad posterior, ha aumentado considerablemente en todo el mundo entre 1990 y 2021, según un estudio publicado en The Lancet Neurology. La contribución de las altas temperaturas a la mala salud y la muerte prematura por accidente cerebrovascular ha aumentado un 72 % desde 1990. Por primera vez, el estudio revela la alta contribución (equiparable al tabaquismo) de la contaminación del aire por partículas a la hemorragia subaracnoidea (hemorragia cerebral fatal). 

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Reacción: un estudio asocia la menstruación precoz con un mayor riesgo de diabetes e ictus en la edad adulta

Una primera menstruación (menarquia) temprana ―comparada con la media de 13 años― está asociada a un mayor riesgo de diabetes tipo 2 en mujeres menores de 65 años y también, a un mayor riesgo de sufrir ictus entre las que viven con diabetes, según afirma un estudio publicado en BMJ Nutrition, Prevention & Health. La investigación analiza datos de una encuesta nacional de salud en Estados Unidos, enfocándose en mujeres entre 20 y 65 años entre 1999 y 2018.  

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Reacción: los ictus podrían provocar casi 10 millones de muertes al año en 2050, según estima una comisión especializada

La Comisión de Neurología de la New World Stroke Organization y The Lancet ha calculado que las muertes por accidentes cerebrovasculares aumentarán de 6,6 millones en 2020 a 9,7 millones en 2050, con una brecha cada vez mayor entre los países de ingresos bajos y medianos y los de ingresos altos. El análisis económico indica que el tratamiento, la rehabilitación y los costes indirectos de los ictus se duplicarían, de 891.000 millones de dólares en 2020 a hasta 2,3 billones de dólares en 2050. 

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Reacciones: la exposición a la contaminación puede aumentar el riesgo de ictus también a corto plazo

La exposición crónica a diversos agentes contaminantes en el aire se ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, pero los efectos a corto plazo han sido menos estudiados. Una revisión que incluye 110 trabajos y más de 18 millones de casos de ictus muestra que la exposición reciente —en los cinco días previos al accidente cerebrovascular— también aumenta la probabilidad de sufrir este tipo de episodios. Los resultados se publican en la revista Neurology. 

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