Una combinación de tres nutrientes mejora rasgos sociales y neuronales en modelos de autismo de ratón
Un estudio publicado en PLOS Biology ha analizado si la suplementación con zinc, serina y aminoácidos de cadena ramificada —valina, isoleucina y leucina— mejora síntomas relacionados con el autismo en tres modelos de ratón. A dichos nutrientes se les atribuye la capacidad de regular la formación y la actividad sináptica. Los resultados muestran que la combinación de los tres nutrientes, a dosis bajas durante siete días, mejoraba rasgos cerebrales afectados —como la hiperactividad e hiperconexión de la amígdala— y el comportamiento social de los animales. La suplementación de forma individual no mostró dichas mejoras.
2015 12 02 Victor briz autismo ratones
Víctor Briz
Científico Titular en el Instituto de Salud Carlos III, en el área de Toxicología Ambiental del Centro Nacional de Sanidad Ambiental
Los trastornos del neurodesarrollo, tales como el autismo y la discapacidad intelectual, pueden ser originados por múltiples factores genéticos y medioambientales. Mientras que sus causas genéticas se han investigado en profundidad a lo largo de los últimos años, el conocimiento sobre los diferentes factores ambientales implicados en estos trastornos neurológicos es mucho menor. En el estudio publicado en la revista PLOS Biology, los autores utilizan varios modelos de ratón del trastorno del espectro autista (TEA) para demostrar que la suplementación en la dieta de varios nutrientes durante solo una semana es capaz de mejorar la sintomatología neurológica de estos ratones, lo que se ve reflejado en una mejora de su conducta social y de sus habilidades cognitivas (memoria). Además, los autores correlacionan dichas ‘mejoras conductuales’ en los ratones con el restablecimiento de la actividad y conectividad de una región cerebral concreta como es la amígdala basolateral, implicada en la memoria asociativa ante situaciones de miedo o dolor. Así, la combinación de dosis bajas de cinc (Zn), serina y otros aminoácidos de cadena ramificada (como leucina, isoleucina y valina), pero no cuando se administran de manera individual, tiene un efecto beneficioso aliviando los déficits sociales relacionados con el TEA en estos ratones.
Los autores se basan en trabajos previos para explicar los mecanismos de acción de estos suplementos alimentarios. Aunque muestran mediante experimentos de proteómica que dichos nutrientes aumentan los niveles de ciertas proteínas sinápticas con funciones importantes en la comunicación neuronal, no demuestran que los síntomas de TEA sean causados por déficits en esas proteínas o en dichos nutrientes. En mi opinión, para entender mejor las alteraciones moleculares implicadas, el análisis proteómico y la validación posterior mediante inmunoblot debería haberse realizado en las áreas del cerebro afectadas (la amígdala basolateral) y no en todo el cerebro, ya que probablemente eso haya enmascarado los datos más relevantes para el estudio.
Aunque interesantes y prometedores, estos resultados han de tomarse con cautela; convendría llevar a cabo estudios epidemiológicos y clínicos para que sean validados en humanos.
2025 12 02 Tobias Bast autismo ratones
Tobias Bast
Profesor asociado en la facultad de Psicología de la Universidad de Nottingham (Reino Unido)
Yo evitaría referirme a ‘ratones autistas’. El autismo es una afección humana, mientras que los modelos de ratones utilizados en este estudio muestran características genéticas y conductuales relevantes para el autismo, pero claramente no todo el espectro de la afección. Los investigadores y periodistas deben tener cuidado de no exagerar la similitud entre los modelos animales y las afecciones humanas.
La evidencia de que el trío de suplementos nutricionales mejora las alteraciones conductuales en los modelos de ratones son limitadas debido a problemas con los análisis estadísticos y con el diseño de los experimentos. En primer lugar, para respaldar de forma convincente la afirmación de que las deficiencias conductuales en los ratones con características genéticas relacionadas con el autismo, en comparación con los ratones de control, son menores tras el tratamiento con el trío de suplementos que tras otros tratamientos (suplementos individuales o agua, que se utilizó como tratamiento de control), sería necesario demostrar una interacción estadística significativa entre los tratamientos y el genotipo de los ratones. Sin embargo, salvo los efectos del tratamiento en una prueba de comportamiento social en uno de los modelos de ratón, no se demostró esta importante interacción estadística. Este es un ejemplo de afirmación falsa de ‘diferencias entre diferencias’ (diferentes diferencias/deficiencias de comportamiento en diferentes grupos de tratamiento) sin el respaldo estadístico adecuado para tales diferencias, un error relativamente común en los estudios de neurociencia.
En segundo lugar, varios de los experimentos compararon el impacto de diferentes tratamientos mediante pruebas repetidas del comportamiento social en los mismos ratones, pero siguiendo diferentes tratamientos. El problema es que el tratamiento de control (agua) siempre se probó primero, mientras que el trío de suplementos se probó en último lugar. Por lo tanto, cualquier mejora observada con el trío de suplementos podría estar reflejando la repetición de las pruebas, en lugar de la acción beneficiosa del trío de suplementos.
Conflicto de interés: "He recibido financiación para investigación de varios socios de la industria, entre ellos Boehringer Ingelheim, Neuro-Bio y b-neuro."
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio experimental
- Animales
Tzyy-Nan Huang et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio experimental
- Animales