Un fragmento facial humano descubierto en 2022 en el yacimiento de la Sima del Elefante de la Sierra de Atapuerca (Burgos) y datado entre hace 1,1 y 1,4 millones de años representa el rostro más antiguo conocido en Europa occidental. El fósil, apodado “Pink", no pertenece a Homo antecessor, sino que ha sido provisionalmente catalogado como Homo affinis erectus. El hallazgo, que se publica en la revista Nature, podría indicar que Europa occidental estuvo poblada por, al menos, dos especies de homínidos durante el Pleistoceno inferior: Homo affinis erectus y, más tarde, Homo antecessor.

Fósil original (ATE7-1) junto al lado derecho reflejado mediante técnicas de imagen virtual en 3D de la cara de un homínido asignado al Homo aff. erectus encontrado en el nivel TE7 del yacimiento de la Sima del Elefante | Créditos: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA / Elena Santos / CENIEH.
Juan Manuel Jiménez Arenas - cara
Juan Manuel Jiménez Arenas
Director del ProyectORCE y profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada.
¿La nota de prensa refleja el estudio con precisión?
“Sí, sin dudas. La nota de prensa explica de forma clara y concisa el hallazgo, su contexto cronológico y medioambiental, que incluye los aspectos climáticos y del ecosistema en el desarrolló su vida Pink y su relevancia en el contexto general, de ahí la prolija comparación con fósiles del propio sistema Atapuerca y de otros lugares de África y Eurasia. Por otro lado, presenta un marcado carácter institucional remarcando la participación de instituciones españolas señeras en los estudios de evolución humana (IPHES de Tarragona y CENIEH de Burgos)”.
¿El estudio es de buena calidad? ¿Están las conclusiones respaldadas por datos sólidos?
“Por supuesto. Hace 50 años dos célebres paleontólogos, David Pilbeam y Stephen Jay Gould, advirtieron que en paleoantropología ocurre como en la teología o la biología extraterrestre: hay más estudiosos (especialistas en evolución humana) que objetos de estudio (fósiles) lo que, necesariamente, entraña que otros investigadores planteen propuestas alternativas, diferentes. Por tanto, que en el futuro se cuestione alguna de las conclusiones de este trabajo no implica que adolezca de falta de calidad. Todo depende de cómo se mire, de qué lentes usamos para analizar esa realidad concreta.
Aunque existen posturas intermedias, cuando se clasifica los practicantes de una disciplina se aglutinan en torno a dos facciones: los lumpers (partidarios del agrupamiento) y los splitters (partidarios de las separaciones). Los lumpers, siempre recurrirán a argumentos para no definir nuevas especies y los splitters para plantear que las diferencias observables se deben a que se trata de especies distintas”.
¿Cómo encaja este trabajo con la evidencia existente?
“En cuanto al apartado paleoantropológico, se trata de un trabajo clásico y muy bien ejecutado. Las comparaciones con fósiles similares son prolijas y llevan a los autores de este trabajo a una conclusión parsimoniosa: se trata de un individuo muy parecido a los Homo erectus ya conocidos. Por eso se añade la abreviatura aff. (del latín affinis = afín a), porque no comparte todos los rasgos con dicha especie (Homo erectus).
Bajo mi punto de vista es relevante poner de manifiesto que los humanos hemos sido –y seguimos siendo– tremendamente variables. Esta diversidad es debida a diferentes factores: edad, sexo, patologías, condiciones de vida, etc. Y todos ellos se reflejan en la morfología de los escasos fósiles que estudiamos. Por eso, y bajo mi punto de vista, hay que ser tremendamente cautos cuando nombramos una nueva especie. En este caso se ha optado por la prudencia”.
¿Han tenido en cuenta los autores los factores de confusión? ¿Hay limitaciones importantes?
“No existen factores de confusión. El trabajo está muy bien enmarcado y no olvida ningún aspecto, fósil o yacimiento importante digno de ser descrito o comparado.
No obstante, me gustaría remarcar dos cuestiones interesantes:
- La primera; durante el proceso de publicación de este trabajo vio la luz un artículo sobre un yacimiento (Grăunceanu) en la actual Rumanía que eleva la edad del primer poblamiento humano de Europa a casi 2 millones de años de antigüedad. Esto nos habla del dinamismo de todo lo relacionado con la evolución humana. Es una disciplina (o un conjunto de ellas) tremendamente dinámica. Por tanto, nuestras conclusiones pueden ser efímeras.
- La segunda tiene que ver con que se trata de la primera cara de un individuo adulto que se encuentra en el Pleistoceno Inferior de Europa. La otra faz conocida, la que apareció en la Gran Dolina, y que adquiere gran protagonismo en el estudio comparativo, perteneció a una chica de entre 9 y 11 años de edad. Y los individuos infantiles presentan rasgos diferentes respecto a los adultos. Sobre todo, si nos detenemos minuciosamente en los detalles. Esperemos que el futuro aparezca una cara completamente adulta en la Gran Dolina o una infantil en la Sima del Elefante y se puedan comparar individuos en el mismo estado de desarrollo”.
¿Cuáles son las implicaciones para el mundo real?
“Un irreverente grupo de Vigo, Siniestro Total, tituló una de sus canciones “Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos”. Esto da muestra que una de las grandes preocupaciones de la humanidad es su origen. Por tanto, la evolución humana nos causa fascinación por la siguiente paradoja: percibimos a nuestros antepasados lo suficientemente cercanos como para crear un vínculo con ellos y lo suficientemente lejanos como para jactarnos de nuestra capacidad de progreso.
Por otro lado, nos debemos congratular que en España tengamos dos de los mejores conjuntos de yacimientos para entender el primer poblamiento humano de Europa: Orce y Atapuerca".
José Yravedra Sainz de los Terreros - cara
José Yravedra Sainz de los Terreros
Catedrático del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid
El estudio evidentemente tiene una gran calidad, pero la solidez de los datos es relativa, debido a que el registro fósil siempre es muy escaso y las conclusiones de los estudios nunca son completamente robustas, pero son todo lo sólidas que pueden ser hasta que se encuentren nuevos restos que pongan a prueba las conclusiones que vamos haciendo.
El estudio se basa en los resultados obtenidos, y las limitaciones son como consecuencia de la escasez de fósiles sobre los que comparar.
Los resultados obtenidos por el descubrimiento hecho hace dos años por la doctora Rosa Huguet tienen una gran relevancia, ya que permiten situar a Homo erectus en el continente europeo en una cronología anterior al millón de años. Esto es relevante, porque antes de este descubrimiento los restos humanos encontrados en Europa en cronologías anteriores al millón de año no eran completamente diagnósticos en cuanto a una identificación taxonómica precisa. De este modo, este estudio permite poner cara a los homininos que habitaron la Sierra de Atapuerca hace más de un millón de años y saber quiénes fabricaron las herramientas de piedra y comieron los animales presentes en el yacimiento.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
Huguet et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares