Las mujeres que beben más de 300 mililitros de leche al día –más de un vaso y medio– presentan un mayor riesgo de sufrir cardiopatía isquémica e infarto agudo de miocardio respecto a aquellas que ingieren menos de esta cantidad, según un estudio basado en datos de más de 100.000 adultos en Suecia. Los resultados muestran que, a partir de los 300 mililitros, el riesgo es mayor cuanta más leche se ingiere, pero solo en mujeres, no en hombres. Tomar leche fermentada –como yogur y kéfir– no tiene correlación con estos riesgos, según la investigación que se publica en BMC Medicine.
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Matthias Schulze
Jefe del departamento de Epidemiología Molecular del Instituto Alemán de Nutrición Humana (DIfE) en Potsdam-Rehbrücke (Alemania)
Metodología del estudio
“Los puntos fuertes del estudio son el gran número de participantes, el registro repetido de sus hábitos dietéticos y otra información durante largos periodos de seguimiento, y la amplia gama de hábitos de consumo en relación con los productos lácteos. En los análisis también se tuvieron en cuenta muchos factores de riesgo establecidos para las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, llama la atención que las personas con un consumo muy elevado de productos lácteos no fermentados tendían a presentar características ‘poco saludables’, como un menor nivel educativo o una mayor proporción de fumadores actuales. Aunque los autores controlaron estos factores de confusión, en última instancia no se pueden descartar los factores de confusión residuales en los estudios observacionales”.
Valoración de los resultados
“El aumento del riesgo del consumo elevado de leche solo afectó a las mujeres del estudio, pero no a los hombres. Aparentemente, esto sólo era perceptible a partir de cantidades de consumo superiores a 300 mililitros al día. Cuanto mayor era el volumen de consumo, mayor era el riesgo: en comparación con las mujeres que bebían 100 mililitros de leche al día, las mujeres que consumían 400 mililitros tenían un riesgo un 5 % mayor, y con 800 mililitros (cuatro vasos) un riesgo un 21 % mayor. Por tanto, no se puede descartar que un consumo muy elevado de leche aumente el riesgo de cardiopatías en las mujeres”.
Implicaciones del estudio para las recomendaciones dietéticas
“Dado que el aumento del riesgo solo se observó con niveles de consumo muy elevados, que son más frecuentes en Escandinavia que en otros lugares, es probable que los resultados no afecten a la mayoría de las consumidoras de otros países europeos”.
Conflicto de interés: "Soy miembro del consejo científico de la Sociedad Alemana de Nutrición".
Esther López-García - leche mujeres cardio
Esther López-García
Catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Epidemiología
Los productos lácteos son fuente fundamental de proteínas de alto valor biológico, calcio y otros minerales, vitaminas A, D B6 y B2, y grasas saturadas. Además, los lácteos no fermentados contienen lactosa, un azúcar que causa problemas digestivos en personas con intolerancia a este nutriente.
La literatura científica que ha examinado la asociación entre el consumo de lácteos y el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular es amplia. Dos metaanálisis recientes de estudios observacionales concluyeron que el consumo de lácteos se asociaba a menor riesgo de hipertensión, diabetes, enfermedad coronaria e ictus. En particular, el consumo de lácteos fermentados tenía un efecto más beneficioso.
El estudio que se acaba de publicar llega a conclusiones contrarias a la evidencia anterior. En dos poblaciones diferentes de personas que viven en Suecia, se midió el consumo de lácteos durante 30 años de seguimiento. Se observó que las mujeres que consumían mayor cantidad de lácteos (300 mL/día o 1,5 vasos/día) tuvieron más riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, en comparación con las personas con consumos bajos (menos de 1 vaso/día). Esta asociación no se encontró en hombres, y tampoco para el consumo de lácteos fermentados, fundamentalmente yogur. Además, identifican algunas proteínas en sangre que parecen mediar en los mecanismos biológicos implicados en la asociación encontrada.
Aunque estos resultados podrían atribuirse a la cantidad de grasa saturada que se ingiere con los lácteos, ya que el consumo de tres productos al día puede aportar una cantidad de grasa saturada en la dieta por encima de lo recomendado, los resultados fueron similares cuando se examinó de forma separada el efecto de los lácteos enteros, semidesnatados y desnatados.
Una posible explicación a estos resultados puede ser que el alto consumo de lácteos en este país escandinavo permita observar efectos perjudiciales que no han sido posibles observar en países con consumos menores. Por ello, más que fijarse en estos resultados, conviene adherirse a las actuales recomendaciones dietéticas para la población española, publicadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que sugieren un consumo de hasta tres productos lácteos al día, fermentados si existe intolerancia a la lactosa, como fuente de proteínas y calcio, evitando aquellos con azúcares añadidos y alto contenido en sal.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos
Karl Michaëlsson et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos