Hallan relación entre diagnósticos de dolor de cabeza e intentos de suicidio

Los resultados de un estudio de cohortes con más de 100.000 personas revelan la asociación sólida y persistente de los diagnósticos de cefalea con el intento de suicidio y el suicidio consumado. Los autores sugieren que la evaluación y el tratamiento de la salud conductual pueden ser importantes para estos pacientes. El trabajo se publica hoy en la revista JAMA Neurology

03/02/2025 - 17:00 CET
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Susana - dolor suicidio

Susana Al-Halabí

Investigadora de la Universidad de Oviedo y coordinadora del grupo de investigación CIPRES (Ciencia y Divulgación en Prevención y Salud Mental)

Science Media Centre España

Se trata de un estudio muy interesante desde un punto de vista metodológico, pues el diseño, el tamaño muestral y el análisis de los datos le otorga un elevado grado de excelencia. Aplaudo la iniciativa del equipo de investigación de abordar la conducta suicida de las personas diagnosticadas con varios tipos de dolor de cabeza caracterizados por la intensidad y la complejidad del dolor (migraña, cefalea tensional, cefalea postraumática y cefalalgia autonómica del trigémino). Los datos obtenidos son claros y robustos. 

La experiencia de dolor crónico supone un elevado sufrimiento en la vida de las personas y constituye un factor de riesgo clásico para la conducta suicida. Es fundamental contribuir a su conocimiento y sensibilización en los profesionales médicos que, siendo expertos en aspectos neurológicos, pueden desconocer el alcance o las características de este fenómeno psicológico. La conducta suicida está vinculada a la vivencia de un profundo malestar y desesperación, particularmente si se percibe el dolor como algo irresoluble e inescapable. Los autores demandan, en sus conclusiones, un diagnóstico temprano y tratamientos más efectivos, lo que, sin duda, sería muy bienvenido para la población con este tipo de diagnósticos. 

Como contrapartida constructiva, y sin restar calidad metodológica y epidemiológica al estudio, podría decirse que cierta terminología del artículo denota la ausencia de expertos en el campo de la conducta suicida entre los autores del estudio y en las referencias utilizadas. Quizás sería necesario contar con modelos más comprensivos y menos reduccionistas o diagnosticocéntricos. El uso del lenguaje en determinados términos está alejado de los nuevos paradigmas de conocimiento en Psicología. Tal sería el caso del uso de "completed suicide" o del término "risk of" en el título, que puede conducir al establecimiento de relaciones simples y directas, cuando no es así. La conducta suicida ("suicidal behavior") es conducta, y como tal, debe ser abordada. La conducta es funcional y operante, y no el mero resultado de una asociación directa con un diagnóstico, incluso siendo un factor importante, que no causal. Todo está relacionado con casi todo, particularmente si hablamos de decisiones tan complejas y existenciales como acabar con la propia vida. El sentido de la vida, las razones para vivir y la vivencia particular de las dificultades son aspectos fundamentales para contemplar la muerte por suicidio, más allá de la asociación con un diagnóstico, incluso cuando se trata de una correlación particularmente robusta. La literatura científica ya ha puesto de manifiesto que debemos abandonar el paradigma de "riesgo" en suicidio, pues se puede prevenir, pero no predecir. El dolor tiene un importantísimo componente psicológico y, en mi opinión, deben proponerse abordajes psicológicos para su manejo, concretamente en un artículo sobre conducta suicida, cuyo tratamiento de elección también es la terapia psicológica. 

En cualquier caso, felicito a los autores por su sensibilidad, por la elección del tema y por su excelente trabajo, que, sin duda, apuntala el rol que desempeña el dolor en los pensamientos de suicidio, particularmente durante los episodios de dolor intenso y moderado, como se señala en el artículo. Es imprescindible seguir investigando para mejorar la calidad de vida de las personas con dolor crónico.

Declara no tener conflicto de interés
ES

Suelves - dolor suicidio

Josep Maria Suelves

Jefe del Servicio de Prevención y Control del Tabaquismo y de las Lesiones en la Agencia de Salud Pública de Cataluña y vocal de la Junta Directiva del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo

Science Media Centre España

El suicidio es un importante problema social y de salud pública que causa anualmente la pérdida prematura de miles de vidas y el sufrimiento de un número mayor de supervivientes. Algunos grupos de personas, como aquellas que padecen esquizofrenia, depresión o trastornos relacionados con el uso de alcohol y otras drogas están expuestas a un mayor riesgo de desarrollar ideas y comportamientos suicidas. 

Como la mayoría de los problemas de salud, el suicidio no obedece a una única causa ni se debe exclusivamente a factores individuales. La edad, el género, la soledad no deseada, el desempleo o el fácil acceso a medios para llevar a cabo un suicidio son algunos de los determinantes conocidos de la conducta suicida. También hay datos que muestran que las personas que padecen ciertas enfermedades crónicas tienen un mayor riesgo de morir por suicidio.  

En el estudio que acaba de publicar JAMA Neurology se investigó la asociación entre diferentes formas de cefalea (dolor de cabeza) y la conducta suicida. Para ello, los autores llevaron a cabo un estudio de casos y controles investigando un amplio registro poblacional para comparar la incidencia de suicidios mortales y no mortales entre 119.486 personas a quienes se había diagnosticado una cefalea y 597.430 controles emparejados con características similares en cuanto a edad, sexo y otras variables sociodemográficas. Durante los 15 años posteriores al diagnóstico, se observó una mayor incidencia de suicidios no mortales y suicidios mortales entre las personas con cefalea. Se obtuvieron también resultados que parecen indicar que la incidencia de conductas suicidas mortales y no mortales habría sido mayor en los casos de cefalea más severa –como las cefaleas autonómicas del trigémino o las posteriores a un traumatismo– pero no se observaron diferencias en la intensidad de la asociación entre cefalea y suicido según la edad, las condiciones sociales o el sexo.  

Los resultados de este trabajo son particularmente robustos por el elevado número de casos estudiado y muestran un mayor riesgo de suicidio entre quienes padecen un trastorno crónico como el dolor de cabeza, que afecta negativamente la calidad de vida. De acuerdo con esos resultados, y tal como concluye el estudio, es razonable pensar que un tratamiento temprano y adecuado de las cefaleas y otras enfermedades crónicas podría contribuir a reducir la mortalidad por suicidio, y que convendría incluir la evaluación del riesgo de suicidio y el apoyo conductual en el seguimiento de las personas que padecen este tipo de trastornos.

Declara no tener conflicto de interés
ES
Publicaciones
Risk of Attempted and Completed Suicide in Persons Diagnosed With Headache
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Estudio observacional
  • Humanos
Revista
JAMA Neurology
Fecha de publicación
Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Estudio observacional
  • Humanos
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