El actual cambio climático de origen antropogénico tiene entre sus principales efectos el aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, en particular, de los episodios de calor extremo. Mientras que estos episodios de calor extremo se han caracterizado relativamente bien tanto mediante observaciones como mediante modelización numérica, sus efectos económicos no se conocen tan bien. Los autores de este trabajo hacen una estimación de las pérdidas acumuladas en el PIB global para el periodo 1992-2013 por efectos de los episodios de calor extremo atribuibles al cambio climático.  

Concluyen que existe una marcada diferencia en las pérdidas económicas entre las regiones con menor y mayor PIB, demostrando que los efectos del cambio climático impactan de forma muy desigual entre los países ricos y los países pobres. Estos efectos son particularmente agudos en las regiones más pobres y cálidas del planeta que se localizan principalmente en los trópicos y que se encuentran en serio riesgo de cruzar el umbral fisiológico de temperatura y humedad para la morbilidad y mortalidad humanas. El trabajo destaca el efecto amplificador de los episodios de calor extremo en la desigualdad entre países, dañando desproporcionadamente a los países con menor PIB y, por lo tanto, incrementando la desigualdad entre países con mayor y menor PIB. 

Las principales limitaciones del trabajo están asociadas a la escasez de datos económicos para las regiones más cálidas y con menor PIB, lo que obliga a los autores a soslayar esta carencia con datos económicos estimados y modelizados para ciertas zonas. Además, el trabajo también se ha centrado en la intensidad de los episodios de calor extremo y no en otros aspectos muy relevantes como son su frecuencia y duración que también inciden muy negativamente en la población con consecuencias económicas muy apreciables. En cualquier caso, constituye una contribución apreciable en la estimación de las consecuencias económicas globales del calor extremo al que, no olvidemos, habría que sumar el resto de los efectos negativos del cambio climático como por ejemplo, una mayor frecuencia de lluvias intensas, sequías, aumento del nivel del mar, etc.