En quienes corren maratones, el contenido de mielina de regiones específicas del cerebro se reduce de forma reversible, según afirma un estudio llevado a cabo en el País Vasco. Esta observación concuerda con pruebas en animales que sugieren que los lípidos de la mielina –una sustancia que rodea a las neuronas– pueden actuar como reservas de energía en condiciones metabólicas extremas, como detallan los autores en Nature Metabolism. El análisis se basa en imágenes de resonancia magnética de ocho hombres y dos mujeres antes y después de correr una maratón. Según el estudio, el contenido de mielina se recuperó por completo dos meses después de la carrera.

Eduard Guasch - maraton cerebro
Eduard Guasch
Jefe del grupo de investigación Arritmias y Actividad Física del IDIBAPS, electrofisiólogo cardiaco en el Hospital Clínic Barcelona, profesor asociado de Medicina en la Universitat de Barcelona e investigador del CIBERCV
La evidencia científica que demuestra que el ejercicio moderado aporta numerosos beneficios a la salud es muy sólida. Sin embargo, los cambios y consecuencias del ejercicio extremo, cuya práctica ha ido en aumento en los últimos años son, en gran parte, desconocidos. El ejercicio extremo genera una sobrecarga y un estrés hemodinámico y energético mucho mayor y de más larga duración al organismo, generando incluso un periodo proinflamatorio transitorio tras el ejercicio.
Para estudiar su impacto en el cerebro, en este trabajo un equipo de investigadores realizó una resonancia cerebral a 10 maratonianos (ocho hombres y dos mujeres) pocas horas antes, pocas horas después y a las semanas de una carrera, centrándose en la determinación de un parámetro que estima la cantidad de mielina. La mielina es el recubrimiento que recubre las neuronas y les permite un adecuado funcionamiento. Los hallazgos sugieren que durante la carrera se reduce la cantidad de mielina de forma selectiva en determinadas áreas del cerebro, para volver progresivamente a la normalidad entre dos semanas y dos meses después de la carrera. Este trabajo se suma a otros estudios previos que demostraban cambios agudos y transitorios en la estructura del cerebro tras el ejercicio, generalmente una reducción de su volumen.
Se trata de un trabajo muy llamativo, interesante y que abre las puertas a estudios futuros, pero debe considerarse preliminar. Las causas de la reducción de la mielina se desconocen y, en especial, si se reduce su cantidad como estrategia celular para generar energía y mantener su viabilidad, tal como hipotetizan los autores. Pero quizás lo más importante sería identificar si esta reducción tiene un impacto clínico a corto y largo plazo. A largo plazo, deberían estudiarse cuáles serían las consecuencias, especialmente en atletas altamente entrenados que llegan a completar varias maratones anuales, potencialmente sin recuperar niveles de mielina previos a la carrera. A nivel cardiovascular, por ejemplo, se ha sugerido que tras cada episodio de ejercicio de muy elevada intensidad podría infligirse un microdaño al corazón y que su acumulación a lo largo de los años sería el sustrato para el desarrollo en algunos pocos atletas de arritmias.
Los autores reconocen las limitaciones del estudio, entre las cuales quizás la más importante: el número muy reducido de atletas incluidos. La adaptación física y la realización de un ejercicio extenuante ocurren de forma muy variable entre las distintas personas y el pequeño tamaño muestral de este trabajo no permite tener en cuenta esta heterogeneidad interpersonal. ¿Cuál es la variabilidad en esta reducción? ¿Es mucho mayor en unos atletas que en otros? ¿Qué impacto tiene en aquellos atletas con reducciones más importantes? Tampoco permite estudiar si existen diferencias entre la adaptación de hombres y mujeres. Finalmente, entrenar y finalizar una maratón es un hito que pocos llegan a completar y debe estudiarse si ocurren cambios parecidos, a intensidades menores, en personas no entrenadas. Para poder abordar estas incertidumbres, pero también para confirmar las conclusiones, especialmente necesario cuando hablamos de estudios pequeños, son precisos nuevos estudios con tamaños muestrales mayores.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Humanos
Pedro Ramos-Cabrer et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Humanos