Los picos de desnutrición infantil en Gaza coinciden con los periodos de bloqueo de ayudas por parte de Israel

Estudio científico imprescindible y necesario. Que una agencia de las Naciones Unidas (UNRWA, en este caso) cuyo objetivo principal sea proporcionar asistencia humanitaria y servicios esenciales, como educación, sanidad y protección, realice estudios de investigación relevantes que terminen publicados en la revista médica más prestigiosa a nivel mundial es ya, por sí solo, un mensaje que debería hacer reflexionar a muchas administraciones sanitarias públicas (y privadas).

Los resultados del estudio son difíciles de creer, no desde el punto de vista científico, sino desde el punto de vista moral y humano. ¿Cómo la comunidad internacional ha podido permitir que casi 55.000 niños menores de cinco años lleguen a un estado de desnutrición a un nivel que conlleve necesidad de nutrición terapéutica y atención médica urgente? Y casi 13.000 con desnutrición aguda grave. Todo ello evitable, pues ha sido debido a la insuficiente cantidad de alimentos disponibles. Pero si miramos hacia adelante el panorama sigue siendo desolador. Los niños afectados requieren tratamiento regular con alimentos terapéuticos que siguen sin poder entrar en la franja de Gaza y, en los casos extremos, necesitan hospitalización, en una zona donde se han destruido casi todos los hospitales. Más allá de quedar como un dato que apoye la acusación de genocidio, pues las consecuencias se arrastrarán hasta futuras generaciones (si sobreviven), el dato nos debería avergonzar a todos y todas.

El estudio es muy relevante porque la desnutrición infantil en Gaza, debida el bloqueo de Israel a la entrada de ayuda alimentaria desde octubre de 2023, ha hecho que más de medio millón de personas sufran hambruna y otro 1,14 millón adicional esté en nivel catastrófico de inseguridad nutricional (Fase 4 de la CIF), siendo esta hambruna provocada en Gaza la más grave actualmente tras la de Sudán del Sur.

El estudio de vigilancia nutricional utiliza fuentes fiables amplias y se llevó a cabo en 16 centros de salud del Organismo de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina y 78 puestos médicos de albergues escolares y campamentos de tiendas de campaña en las cinco gobernaciones de Gaza, donde se han examinado a más de 219.000 niños entre seis y 59 meses de edad usando la circunferencia media del brazo (CMB) como parámetro de medición. Este es un sistema ampliamente empleado en el terreno desde finales de los años 50 por numerosas organizaciones como OXFAM, AICH, PMA, FAO y Médicos Sin Fronteras, y ha sido ampliamente validado por numerosos estudios, siendo el sistema de elección en la evaluación nutricional rápida de emergencia en población de entre seis y 59 meses. El estudio muestra la extensión e intensidad creciente de los niveles de desnutrición aguda en fechas recientes en Gaza y sus hallazgos son esenciales para orientar los programas de intervención en emergencia nutricional, especialmente, en nutrición suplementaria, complementaria y terapéutica.

El estudio se apoya en datos de calidad y metodología adecuada dadas las limitaciones del contexto bélico. El hecho de que sea longitudinal durante más de 1,5 años y la inclusión de múltiples puntos de recogida de datos da solidez al estudio, pudiendo estimar que los datos reflejan tendencias reales de malnutrición en la población preescolar.

En comparación con trabajos previos sobre malnutrición infantil en Gaza, este estudio aporta información longitudinal y de calidad sobre los efectos de la guerra y las restricciones humanitarias en la prevalencia de desnutrición aguda. Destaca como novedad la capacidad de vincular aumentos y disminuciones de la malnutrición con eventos concretos (bloqueos, envíos de ayuda, ceses de fuego), mostrando diferencias según edad y ubicación geográfica, lo que permite una comprensión más detallada de la dinámica del hambre en contextos de conflicto.

Las limitaciones están bien definidas, como el hecho de un sesgo de selección al incluir solo a niños/as que acudieron a los centros incluidos en el estudio, pero aun así los resultados son muy relevantes para la práctica y para el análisis del impacto del conflicto en la malnutrición infantil. Esto subraya la necesidad de intervenciones rápidas y sostenidas de ayuda humanitaria, monitoreo continuo y priorización de grupos vulnerables, así como la coordinación internacional para garantizar la seguridad alimentaria y sanitaria en contextos de conflicto prolongado.

Los datos son detallados y el método que se ha utilizado en este caso es un estudio observacional con la metodología de medición de la malnutrición infantil estandarizada tanto por UNICEF como OMS. El cribado se ha realizado de forma sistemática con la vacunación, acudir a un Centro de UNRWA por malnutrición y/otras enfermedades. A pesar de las dificultades de su desarrollo (desplazamientos, capacidad de UNRWA para la atención), presenta una metodología sólida con análisis estadísticos ajustados por periodo, población, sexo y edad. 

La malnutrición y su medición en los países de bajo nivel socioeconómico o en conflictos armados, desplazamientos se viene realizando por ONGs y Agencias Internacionales como UNICEF y OMS desde hace décadas. En este caso, la novedad es la relevancia de este conflicto en la desnutrición infantil debido al conflicto, a los desplazamientos forzados y fundamentalmente al bloqueo de la ayuda humanitaria, ya que desciende cuando se permite su paso y se incrementa de forma significativa en los últimos meses del estudio. 

Las limitaciones: las condiciones de trabajo de las clínicas y los desplazamientos forzados pueden sesgar la prevalencia, que está reconocida por las personas autoras; así como el sesgo de reclutamiento, que no ha sido poblacional. 

La recomendación principal es seguir la vigilancia epidemiológica de todos los casos, lograr el cese el fuego y el paso de ayuda humanitaria dado que la malnutrición infantil, que es mayor en niños más mayores (se prioriza a los más pequeños) es un riesgo de morbilidad y mortalidad evitable a corto y medio plazo, además de las secuelas a largo plazo.