Un estudio de metaanálisis publicado en la revista JAMA Network Open muestra que los niños que nacieron durante la pandemia presentan, al cumplir un año de vida, alteraciones en el desarrollo de la comunicación, pero no en otras áreas del neurodesarrollo. Será muy importante seguir estudiado a esta cohorte de niños para valorar si en la infancia presentan una mayor tendencia a padecer un trastorno del desarrollo del lenguaje, cuya prevalencia está fijada en el 7,5 %. 

Es un buen estudio que recoge una revisión sistemática de 8 estudios y un metaanálisis de 5 artículos. El procedimiento seguido para el estudio es muy riguroso (el estudio se registró en el PROSPERO; ha seguido las directrices del PRISMA; se han analizado 1210 artículos que representan una muestra de 21 419 bebés). 

Este artículo incluye una revisión sistemática y un metaanálisis, por tanto, ha hecho una revisión de los estudios previos que han analizado el riego de tener alteraciones en el neurodesarrollo tanto en los niños cuyas madres se infectaron del SARS-CoV-2 durante la gestación como de los bebés nacidos durante la pandemia. Los resultados muestran que, al año de vida, los niños criados en la pandemia presentan una mayor probabilidad de tener problemas de comunicación. Aquellos cuyas madres se infectaron del SARS-CoV-2 en la gestación, presentaron valores más bajos en motricidad fina. 

La principal implicación es que, al año de vida, los niños nacidos en pandemia no presentan valores más altos de alteraciones en el neurodesarrollo respecto a los niños nacidos en años anteriores, excepto en el área de desarrollo de la comunicación. 

El artículo revisa estudios en los que se evaluó el desarrollo de los niños a la edad de 12 meses mediante la prueba Cuestionarios de Edades y Etapas ASQ-3. Sin embargo, para analizar el impacto real en el neurodesarrollo de los niños nacidos en pandemia deberemos esperar a que la cohorte de los niños nacidos durante la pandemia se haga más mayor para poder analizar si la incidencia de los trastornos del neurodesarrollo es mayor en estos niños, puesto que estos se van detectando durante la infancia (algunos, como el autismo, se detectan alrededor de los dos años; otros, como el trastorno del desarrollo del lenguaje, alrededor de los 5 años; y hay incluso otros, como los trastornos del aprendizaje, que se diagnostican sobre los 7-8 años).

Las revisiones sistemáticas y metaanálisis producen una evidencia científica de gran calidad y, en este caso, este estudio confirma la poca repercusión de las infecciones maternas por SARS-CoV-2 en la salud neonatal y en el posterior desarrollo neurocognitivo de los bebés nacidos de madres expuestas o infectadas por este virus.  

La única diferencia encontrada destacable es en el desarrollo del habla durante el primer año de vida, atribuible más a las consecuencias indirectas de la pandemia –aislamiento, estrés parental, etc.– que no al efecto directo del virus.