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Reacciones: un modelo matemático analiza qué permite que coexistan diferentes lenguas

Un estudio dirigido por la Universitat de les Illes Balears propone un modelo matemático para entender de manera cuantitativa el impacto de las ideologías en la coexistencia de varias lenguas. Cuanto más se mezclan grupos de personas con diferentes preferencias lingüísticas, más difícil resulta para las distintas lenguas coexistir dentro de la misma sociedad, según afirman los autores, cuyo estudio publica la revista científica Chaos. El equipo afirma que este modelo podría ser útil para preservar lenguas minoritarias. 

14/11/2023 - 17:00 CET
 
Reacciones

lingüïstica - Magdalena Romera ES

Magdalena Romera

Profesora Titular en el área de Lengua Española

Science Media Centre España

Este trabajo presenta un avance en el estudio del comportamiento de los hablantes de variedades lingüísticas en contacto y su impacto en la vitalidad de estas.   

Desde un punto de vista matemático, los investigadores tratan de modelar la conducta de hablantes de variedades lingüísticas en contacto, incluyendo factores como el prestigio lingüístico, la preferencia por una u otra variedad o el grado de contacto entre los hablantes, para comprobar cómo afecta esto a la evolución y pervivencia de las lenguas. 

El esfuerzo es meritorio, puesto que estos modelos pueden resultar especialmente útiles en predecir cuál será la evolución de las lenguas en situaciones de contacto en distintas sociedades. En este trabajo se comprueban concretamente los efectos de la ideología lingüística de los hablantes. Este concepto, ampliamente tratado desde la sociología del lenguaje y la sociolingüística, hace referencia a las creencias, asunciones y sentimientos hacia una determinada variedad lingüística y a sus hablantes. 

Los resultados del modelaje indican que las actitudes lingüísticas pueden hacer que, en situaciones de contacto de lenguas con distinto grado de prestigio, la variedad menos prestigiosa se mantenga. Esto viene a corroborar los resultados de algunos de los estudios en el campo, en los que, a partir de datos de hablantes reales, se comprueba que las actitudes lingüísticas pueden actuar como una variable subjetiva de gran contrapeso a las relaciones de prestigio. Adicionalmente, el estudio también incluye datos a partir del grado de contacto entre individuos con diferentes ideologías, lo cual coincide igualmente con los resultados de estudios en poblaciones reales. 

Se trata de un acercamiento a una variable subjetiva como es la ideología lingüística, que abre el camino para incluir otras variables en este tipo de modelos como el contexto en el que se desarrolla la interacción, del que también sabemos que condiciona igualmente la preferencia por una u otra variedad lingüística.

Declara no tener conflicto de interés
ES

lingüística - José Ramón Uriarte ES

José Ramón Uriarte

Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la facultad de Ciencias Económicas

Science Media Centre España

Siempre son bienvenidos los esfuerzos de investigación para comprender, mediante modelos formales, el proceso por el que grupos de individuos de una sociedad cambian el uso de una lengua. En el caso que nos ocupa, un grupo de investigadores del IFISC (Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, centro mixto de la Universitat de les Illes Balears y el CSIC) aborda, una vez más, esta cuestión. Como es habitual en este grupo de investigación, los autores publican un trabajo serio que explora la implicación de introducir ideologías en las elecciones lingüísticas que hacen fracciones de personas de una sociedad determinada. Se trata de una línea de investigación novedosa. 

En concreto, los investigadores suponen que las ideologías moldean las preferencias lingüísticas y que cada individuo está dotado de una preferencia fija definida sobre un conjunto de dos variedades de una lengua: la variedad lingüística estándar, denominada X, y la vernácula, una especie de dialecto, denominada Y. Las preferencias son estrictas: o se prefiere siempre una variedad o la otra. Además, su preferencia por una variedad no coincide necesariamente con la variedad que habla. Dado que los agentes individuales pueden interactuar continuamente entre ellos, el conflicto entre preferencias es sensible a los efectos de imitación (siguiendo reglas precisas) de los agentes vecinos, de modo que la distribución de los agentes a favor de cada variedad cambia con el tiempo. Por ejemplo, un agente que prefiera X puede empezar hablando Y, pero a medio plazo podría verse influido por los vecinos y hablar X, para finalmente volver a Y más adelante. El modelo no tiene relación empírica con una situación sociolingüística concreta, pero los autores afirman que su marco teórico es lo suficientemente general como para abarcar una amplia gama de situaciones sociolingüísticas.  

En primer lugar, observamos que en su modelo de preferencias no se permite la indiferencia entre las variedades. Además, no existen barreras ni costes de ningún tipo (como los costes de aprender la variedad que se prefiere pero que no se habla). La gente puede pasar sin problemas de una comunidad de habla a otra.  

Ahora bien, supongamos que, en lugar de una lengua, el modelo se enfrenta a una situación sociolingüística de dos lenguas diferentes que compiten por los hablantes, la dominante A y la minoritaria B. Si he entendido bien su modelo, en esta nueva situación sociolingüística, como implicación de sus supuestos, todos los individuos deben ser bilingües (la existencia de un sistema educativo bilingüe permite este supuesto). Por lo tanto, el análisis dinámico del conflicto de preferencias se realizaría dentro de la comunidad de hablantes bilingües. Pero no están solos en este territorio analítico. Sin ir muy lejos, Uriarte y Sterlich (2021), un trabajo citado por los autores, estudiaron la dinámica del cambio lingüístico dentro de las comunidades de bilingües del País Vasco, Irlanda y Gales (estas tres sociedades tienen lenguas en contacto).    

Efectivamente, existen diferencias formales entre los dos modelos. En nuestro modelo, las elecciones lingüísticas se hacen bajo incertidumbre y la intensidad de las preferencias permite la indiferencia lingüística. Pero no es necesario discutir aquí esas formalidades. La cuestión relevante sería cómo se comportan empíricamente los dos modelos con respecto a su contexto sociolingüístico específico. Me atrevo a aconsejar al grupo IFISC que confronte su modelo con datos empíricos para ver su rendimiento.   

También hay otro mensaje empírico que me gustaría compartir (y que probablemente los autores ya conozcan). En determinados contextos sociolingüísticos (como el País Vasco, Cataluña y Gales, por mencionar algunos), cualquier modelo dinámico de cambio lingüístico que pretenda tener algún grado de validez empírica debería producir puntos fijos estables (es decir, convenciones o consensos lingüísticos) en el interior del espacio relevante, sin converger nunca en una convención lingüística en la que la lengua minoritaria B se extinga. ¿Por qué? Por la ideología de esos hablantes bilingües, su posición política y su lealtad a una lengua y a su cultura afín. En definitiva, por sus marcadas preferencias a favor de la lengua B. Esta es una de las razones que hacen verdaderamente relevante la investigación del IFISC. 

Declara no tener conflicto de interés
ES
Publicaciones
Modelling language ideologies for the dynamics of languages in contact
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Modelización
Revista
Chaos
Fecha de publicación
Autores

Pablo Rosillo-Rodes et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Modelización
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