Según los resultados de un ensayo de fase 2, una vacuna oral contra el norovirus generó una fuerte respuesta inmunitaria en la mucosa e incluso redujo la excreción del virus en los voluntarios vacunados. Los signos de eficacia de la vacuna respaldan su potencial para hacer frente a la falta de vacunas seguras y fiables contra este virus, que es una de las principales causas de infecciones gastrointestinales en todo el mundo. Los resultados se han publicado hoy en la revista Science Translational Medicine.

Dolores Fernández - norovirus
María Dolores Fernández García
Responsable del Laboratorio Nacional de Referencia de Virus Productores de Gastroenteritis del Centro Nacional de Microbiología - Instituto de Salud Carlos III
¿La nota de prensa refleja el estudio con precisión?
“Sí, de manera general sí refleja con precisión el estudio. Aunque creo que se podría precisar, por ejemplo, que el estudio se llevó a cabo exclusivamente en adultos “jóvenes” (18-49 años) sanos lo cual es relevante, ya que precisamente los niños pequeños y los adultos mayores constituyen los principales grupos afectados por norovirus a nivel global. Esta distinción es importante para interpretar con cautela el alcance del estudio (ver más adelante). En segundo lugar, se podría añadir que los resultados de eficacia obtenidos fueron moderados (una reducción del 30 % en la infección detectable por qPCR y un 21 % en la gastroenteritis, siendo esta última no estadísticamente significativa). Este dato es importante para no llevar a una interpretación excesivamente optimista de los resultados (ver luego la contextualización con otros ensayos de vacunas)”.
¿El estudio es de buena calidad? ¿Están las conclusiones respaldadas por datos sólidos?
“Sí, el estudio es de buena calidad y sus conclusiones están respaldadas por un diseño metodológico sólido, al tratarse de un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo. Además, se aportan datos inmunológicos robustos, como títulos de IgG e IgA y anticuerpos bloqueantes frente a HBGA, que apoyan la interpretación de los resultados. No obstante, el propio estudio reconoce algunas limitaciones importantes, como el hecho de que la evaluación se centró únicamente en el genogrupo GI. Esto limita la generalización de los resultados, especialmente considerando que la mayoría de las infecciones por norovirus en humanos se deben al genogrupo GII, mucho más prevalente a nivel global”.
¿Cómo encaja este trabajo con la evidencia existente?
“Aunque los resultados de eficacia del estudio pueden considerarse “modestos” (una reducción relativa del 30% en la infección detectable por qPCR y un 21% en la gastroenteritis por norovirus), siguen siendo clínicamente relevantes en el contexto del desarrollo de vacunas frente al norovirus, un virus que históricamente ha presentado grandes dificultades para la obtención de una protección vacunal eficaz. Aunque estos niveles de protección están por debajo del umbral ideal esperado para una vacuna (>50-60 %), son consistentes con lo observado en otros estudios de fase II de vacunas frente a norovirus. Es decir, este estudio ofrece resultados alineados con la evidencia existente, aunque no necesariamente superiores. La principal ventaja de esta vacuna es que se administra por vía oral, lo que permite generar una respuesta inmune directamente en las mucosas del intestino, donde el norovirus causa la infección. Esto la hace más efectiva para prevenir la replicación y transmisión del virus en el intestino, frente a las vacunas inyectables, que no tienen el mismo impacto directo en el intestino”.
¿Han tenido en cuenta los autores los factores de confusión? ¿Hay limitaciones importantes que haya que tener en cuenta?
“En general son varios los retos importantes que persisten en el desarrollo de vacunas frente al norovirus, especialmente en lo que respecta a la necesidad de lograr una protección duradera, demostrar eficacia en distintos grupos de edad y hacer frente a la elevada diversidad genética del virus. En este estudio, varias de estas cuestiones clave faltarían por abordarse.
Por ejemplo, el ensayo se centró exclusivamente en adultos sanos de entre 18 y 49 años, dejando fuera a los niños pequeños, que constituyen uno de los principales grupos de riesgo a nivel global. Tampoco se incluyeron adultos mayores (mayores de 65 años), otro grupo especialmente vulnerable a las formas graves de la gastroenteritis por norovirus, en quienes una vacuna eficaz podría tener un alto impacto en términos de prevención y reducción de hospitalizaciones. Por tanto, aunque los resultados sean prometedores, quedaría pendiente evaluar la seguridad y la eficacia de esta vacuna tanto en población pediátrica como en adultos mayores.
La vacuna evaluada es monovalente, lo que significa que fue diseñada para proteger contra un solo tipo de norovirus, específicamente el genotipo GI.1. Sin embargo, el genotipo GII.4 ha sido el más común en los últimos años, lo que podría hacer que esta vacuna fuera menos eficaz frente a las infecciones por ese tipo. Diferentes estudios sugieren que las vacunas multivalentes, que incluyen diferentes genotipos y genogrupos (GI y GII), ofrecerían una protección más amplia frente a distintos tipos de norovirus. Esta limitación es algo que los propios investigadores reconocen.
Un aspecto o limitación clave que considerar también es la duración del seguimiento, que en este estudio fue relativamente corta, de solo unos dos meses. En los ensayos de fase II de vacunas frente al norovirus, aunque están diseñados para evaluar principalmente la seguridad y la respuesta inmune inicial, y no tanto la protección a largo plazo, este seguimiento suele ser algo más extenso que los dos meses de este estudio, con una duración habitual de, al menos, seis meses o más. En este sentido, el tiempo de seguimiento en este estudio no es suficiente para evaluar con precisión la duración de la protección más que a muy corto plazo, por lo que es importante tratar los datos con cautela. Además, es importante señalar que la inmunidad frente al norovirus suele ser de corta duración, lo que hace aún más relevante contar con más tiempo de seguimiento.”
¿Cuáles son las implicaciones para el mundo real?
“Este estudio representa un avance importante en el desarrollo de vacunas frente al norovirus, al demostrar que una formulación oral puede inducir respuestas inmunes robustas (al menos en el corto plazo) y ofrecer protección parcial frente a la infección en adultos sanos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta lo anteriormente explicado de que su utilidad en la población pediátrica y adultos mayores aún no ha sido evaluada. Esto representa una limitación relevante, dado que constituyen uno de los grupos más vulnerables y afectados por esta infección a nivel mundial. Por tanto, futuros estudios deberán enfocarse en estos grupos de edad para determinar la eficacia y seguridad de la vacuna en la población del mundo real que más se beneficiaría de su implementación.
También es importante señalar que el genogrupo GII es el que causa la mayoría de las infecciones por norovirus en humanos, mientras que la vacuna utilizada en este estudio está formulada con el genogrupo GI. Esto tiene implicaciones importantes, ya que la vacuna podría no ser igualmente efectiva contra las infecciones más comunes causadas por el genogrupo GII. Dado que el genogrupo GII está estrechamente asociado con una gran proporción de los brotes de norovirus en diferentes partes del mundo, la efectividad de la vacuna podría estar limitada cuando se enfrenta a infecciones causadas por este genogrupo en lugar del GI. Esto reduce la aplicabilidad directa de los resultados obtenidos en este estudio a la realidad epidemiológica global real, ya que no se puede asumir que la vacuna tendrá el mismo nivel de protección en los casos más comunes de infección por norovirus.
Además, al igual que con la vacuna oral contra rotavirus, cuya eficacia ha demostrado ser significativamente menor en países de medianos y bajos ingresos (LIMCs) en comparación con países de altos ingresos, sería razonable pensar que factores como desnutrición, coinfecciones entéricas, microbiota alterada o condiciones sanitarias podrían afectar la eficacia de esta vacuna oral en entornos similares. Además, el estudio fue realizado en un entorno controlado, y no incluye datos de poblaciones vulnerables de LMICs, donde la carga de norovirus y la diversidad de genotipos es más alta y la necesidad de una vacuna eficaz es más urgente.
Por tanto, y en resumen, esta vacuna representa un avance significativo en el desarrollo de vacunas contra el norovirus. Un aspecto destacable de esta vacuna es que, al ser oral, no solo facilita la inducción de una respuesta inmune en las mucosas (algo más difícil de lograr con vacunas tradicionales inyectables), sino que también hace que su distribución y aplicación sean más sencillas, especialmente en lugares con recursos limitados, como los LIMCs. Sin embargo, será crucial probarla en estos contextos y con grupos de población clave, como niños y adultos mayores, quienes son más vulnerables a las infecciones por norovirus. Esto permitirá evaluar mejor su impacto en la salud pública en el mundo real”.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Ensayo clínico
- Humanos
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