Cada año se vierten más de 52 millones de toneladas de basura plástica en el mundo, según estima un estudio publicado en Nature que hace un inventario de la contaminación plástica en 50.702 ciudades del planeta. Concluye que la basura tirada directamente en el ambiente [littering] es la mayor fuente de emisiones plásticas en el norte del planeta, y la basura no recogida es la mayor fuente en el sur.
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Ethel Eljarrat
Directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC)
El nuevo estudio publicado sobre el inventario de la contaminación por macroplásticos pone de manifiesto aspectos importantes relativos a la contaminación por plásticos que deben ser considerados en las negociaciones que se están llevando a cabo para el establecimiento de un Tratado Internacional sobre los plásticos. Este estudio pone de manifiesto un punto clave, y es que la gestión de los residuos plásticos sigue siendo una asignatura pendiente por lo que no podemos plantear la solución del problema basado únicamente en la gestión de residuos. Las tasas de reciclaje son muy bajas, menos del 10%, y se produce la quema incontrolada de una gran cantidad de residuos con los problemas medioambientales que ello conlleva.
El problema de la contaminación por plástico debe abordarse desde perspectivas diferentes. La principal medida a tomar debe ser la reducción de la producción de plástico. No podemos seguir con este crecimiento exponencial en la fabricación de plástico. El objetivo primordial debe ser poner un tope a la producción mundial de plástico. Una vez limitada la producción, deben mejorarse los sistemas de gestión de residuos. Pero no lograremos disponer de una correcta gestión si la generación de residuos sigue creciendo también de manera exponencial.
Uno de los aspectos que quizás convendría también tratar en este trabajo es el relativo al problema de los aditivos químicos tóxicos asociados a los plásticos. Los plásticos están formados por polímeros a los cuales se les añaden diversos compuestos químicos, los cuales pueden constituir hasta más del 50% del peso del plástico. Existen más de 10.000 sustancias químicas diferentes asociadas a los plásticos, de entre las cuales existen más de 60 caracterizadas como sustancias de alto riesgo para la salud, siendo algunas de ellas sustancias persistentes, bioacumulables y tóxicas. Existen cientos de estudios científicos que demuestran que aditivos comunes del plástico son muy peligrosos para la salud. La mala gestión de los residuos plásticos provoca la dispersión de estos compuestos tóxicos en los ecosistemas terrestres y acuáticos, afectando la biota y la salud pública.
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Carmen Morales
Profesora contratada en la Universidad de Cádiz, investigadora en el Instituto de Investigación Marina (INMAR) y de la Scientists Coalition for an Effective Plastics Treaty presente en Busán (Corea del Sur)
El trabajo realiza una aproximación a las emisiones de plásticos de diferentes países y regiones del mundo, y aunque se echa en falta una calibración y validación de los resultados del modelo, presenta una metodología algo más detallada respecto a pasados estudios. Las principales conclusiones identifican a algunos países de Asia meridional, África subsahariana y el Sudeste asiático como grandes emisores de plástico. En definitiva, sirve de recordatorio para lo que está en juego en noviembre en Corea del Sur, donde tendrá lugar la quinta (y última) sesión del Comité Intergubernamental de Negociación para desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación plástica, incluyendo el medio marino.
La contaminación por plástico abarca la triple crisis planetaria: emergencia climática, contaminación y pérdida de biodiversidad. Las propuestas suelen limitarse a la gestión de residuos y medidas de mitigación, sin embargo, es esencial abordar medidas preventivas, al principio de la cadena. Esto significa que deberían acordarse medidas que lleven a una reducción de los productos no esenciales y simplificación química del plástico, con un diseño seguro y sostenible de los productos plásticos, todo ello acompañado de incentivos para realizar cambios profundos bajo un enfoque holístico y una transición justa centrada en los derechos humanos y la naturaleza. Asimismo, necesitamos que las medidas involucren a todos los actores, se basen en evidencia científica y sea un proceso transparente y libre de conflictos de interés, así realmente tendremos un Tratado Mundial efectivo contra la contaminación por plásticos.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
Joshua W. Cottom et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares