Un 58,5 % de la microbiota del bebé procede de varias partes del cuerpo de su madre, según un estudio de la transmisión de microbios entre ambos en el primer mes de vida. La investigación, publicada en Cell Host & Microbe, se basa en muestras recogidas en 120 parejas de madres y bebés, con material de nariz/garganta, saliva, piel, leche, vagina y heces de ellas. Compara los bebés nacidos por cesárea y por vía vaginal, y confirma que la transferencia reducida de microbios fecales en los partos por cesárea se puede compensar parcialmente por otras vías de transmisión, como la lactancia materna.
Mireia Valles - microbioma madre bebe
Mireia Vallès-Colomer
Jefa de del Grupo de Investigación del Microbioma del departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra
El estudio complementa trabajos publicados anteriormente sobre la transmisión del microbioma de mamá a bebé. Sabemos que durante el parto adquirimos las primeras bacterias que van a formar nuestro microbioma, el cual desempeña un papel muy importante en nuestra salud. Por ello, los bebés que nacen por cesárea reciben menos bacterias del microbioma intestinal de sus madres que los nacidos por vía vaginal.
En este estudio, los autores analizan varios tipos de muestras de 120 madres en Holanda (heces, leche, piel, vaginal, saliva…) para estudiar la contribución de estos microbiomas en la conformación de los del bebé. Por el número de muestras, el estudio extiende el que publicaron Ferretti et al. en la misma revista en 2018, en el cual se incluyeron solo bebés nacidos por vía vaginal. La conclusión principal del estudio es que la menor transmisión del microbioma intestinal de la madre en los bebés nacidos por cesárea puede ser compensada por los otros microbiomas de la madre. Pero a nivel metodológico la técnica que se ha utilizado es problemática: los autores se limitaron a secuenciar parte del gen 16S de las bacterias, en vez de secuenciar todos sus genomas como en los otros estudios sobre transmisión que se han hecho hasta la fecha. Así, la resolución que se obtiene es limitada, por lo cual no se puede hablar inequívocamente de transmisión.
Sobre la nota de prensa, el título Whether born naturally or via cesarean section, babies receive essential microbes from their mothers es algo que ya se sabía: los bebés nacidos por cesárea reciben menos microbios intestinales de sus madres, pero una parte los reciben igualmente.
Carmen Muñoz - microbioma madre bebe
Carmen Muñoz Almagro
Jefa del grupo de investigación en Enfermedades Infecciosas y Microbioma y directora del Laboratorio de Microbiología en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona
Se trata de un estudio bien diseñado realizado por un grupo con amplia experiencia en el estudio del desarrollo del microbioma humano en los primeros meses de vida. Los investigadores demuestran gracias a una adecuada metodología cómo la transmisión microbiana de las madres a sus recién nacidos es un fenómeno multifactorial y confirma la relevancia de la lactancia materna. Así reportan cómo las diferencias de la microbiota en bebés nacidos por cesárea o por parto vaginal son no significativas, dado que la menor transferencia microbiana por cesárea sea compensada por una mayor transferencia gracias a la lactancia materna.
Christoph Härtel - microbioma madre bebe
Se trata de un estudio sólido y muy completo en el que el equipo investigador estudió las vías de transmisión microbiana de la madre al bebé después del nacimiento. Los autores del estudio examinaron minuciosamente diversos sitios de la piel y de las mucosas de 120 parejas madre-bebé durante las primeras semanas de vida. Al hacerlo, comprobaron sistemáticamente en qué partes del cuerpo del bebé se acumulan los microbios de la madre y de qué sitios [de su cuerpo] se originan.
Sabemos que los bebés nacidos por cesárea tienen ciertos riesgos de padecer asma y obesidad. Una de las razones podría ser un microbioma diferente al de los niños nacidos por vía vaginal. Una segunda posible razón podrían ser los antibióticos administrados a la madre durante la cesárea. Bajo este supuesto surgieron todas las ideas de la “siembra vaginal”. Los bebés nacidos por cesárea carecen del microbioma del canal del parto. Sabemos que en las últimas cuatro semanas antes del nacimiento, el microbioma de la madre cambia en el canal del parto para dar al bebé un impulso de bacterias “buenas” al nacer. Si eso falta, entonces el niño recibe bacterias de forma diferente, probablemente, y sobre todo, a través de la piel. La “siembra vaginal”, es decir, la inoculación de bacterias vaginales después del parto [frotar la cara del bebé con gasas impregnadas de secreciones vaginales de la madre] es un medio potencial para compensar esta carencia.
Las madres de bebés nacidos por cesárea —y sus progenitores en general— suelen preguntarse si hay algo que puedan hacer para ayudar el microbioma del bebé. El estudio proporciona un primer mensaje positivo, que en realidad siempre damos a las mujeres después del parto: muchos mimos, mucha lactancia materna. Esto compensa la falta de exposición con la flora vaginal. Y eso es lo que demuestra ahora también este estudio.
¿Se puede deducir de los datos que el método de “siembra vaginal” es redundante y puede sustituirse por la lactancia materna?
Todavía no se ha demostrado en estudios que la “siembra vaginal” tenga un efecto positivo a largo plazo sobre, por ejemplo, el riesgo de asma u obesidad. La siembra ha demostrado efectos positivos en el marco de estudios, pero también conlleva posibles riesgos, como la transmisión de virus, razón por la cual este método aún no ha sido recomendado por las sociedades profesionales. Ahora tenemos la primera prueba de que no necesariamente hay que hacerlo, lo cual es muy aliviador.
Los datos demuestran que los bebés nacidos por cesárea se benefician mucho de la lactancia materna y mucho más rápidamente que los nacidos por parto vaginal. Y la cantidad de mimos —el contacto con la piel de la madre para que el microbioma se transfiera al niño — proporciona una mayor diversidad de microbios, lo que de nuevo es protector. Sería interesante estudiar si los niños que recibieron muchos mimos y lactancia materna luego desarrollan, por ejemplo, menos asma.
¿La lactancia materna puede compensar cuantitativa (cantidad de microbiota) o cualitativamente (composición de la microbiota) la menor transmisión de microbiota en los bebés nacidos por cesárea?
Vemos diferencias en las bacterias pioneras, es decir, las primeras especies de bacterias que colonizan al niño, porque esta primera transmisión es diferente. Sin embargo, no se puede considerar el microbioma de forma aislada, sino que siempre hay que pensar en él como parte de un sistema complejo, porque también interactúa con el sistema inmunitario y metabólico, entre otras cosas. Los microbios producen productos metabólicos que, a su vez, contribuyen a la maduración de los órganos. Los microbios colonizan todo nuestro cuerpo y contribuyen a nuestra salud. Hay un microbioma específico en los pulmones y en el intestino: ¿cómo se comunican las bacterias entre sí?, ¿cómo se comunican los microbios del intestino con el cerebro? En fin, no se puede decir que probablemente se puedan resolver todos los problemas sólo con la lactancia materna. La lactancia materna puede tener un efecto beneficioso sobre la colonización intestinal y reduce el riesgo de asma, pero aún no hemos demostrado que esto se deba a que las bacterias pioneras sean diferentes en los pacientes asmáticos en comparación con los individuos sanos. Esto requiere estudios complejos a largo plazo que incluyan también los efectos sobre otros componentes, como el sistema inmunitario o el metabolismo. Pero los autores también comentaron estas limitaciones.
¿Hasta qué punto es plausible la afirmación de los autores del estudio que tiene sentido evolutivo que las vías de transmisión sean redundantes?
La naturaleza ha diseñado la maduración y el desarrollo de los niños para equiparlos de forma saludable. La naturaleza es capaz de adaptarse cuando una vía no puede seguirse. Otro ejemplo: algunos recién nacidos sufren un derrame cerebral, pero la plasticidad de la naturaleza consigue que en esta fase temprana del desarrollo broten vías auxiliares alternativas que ayudan a asumir la función de la zona del derrame por otras regiones cerebrales. Esto no ocurre en los adultos. Así que parece lógico que existan diferentes vías y adaptaciones para que el niño llegue al microbioma que necesita, aunque existan factores de riesgo, como que la madre no pueda dar el pecho o reciba antibióticos.
Declara recibir financiación del Ministerio Federal de Educación e Investigación en Alemania.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos
Debby Bogaert et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos