Instituto Español de Oceanografía
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Científica titular en el Instituto Español de Oceanografía, IEO-CSIC
Investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), presidente del Centro Europeo para la Información en Ciencia y Tecnología Marina (EurOcean) y ha sido coordinador del Informe Oceánico Mundial (2021-2022, Naciones Unidas)
Biólogo marino y desde junio de 2010 hasta febrero de 2020, director del Instituto Español de Oceanografía
Investigador en el departamento de pesca
Científico titular
Biólogo pesquero, especialista en atún rojo atlántico
La concentración de mercurio en el atún se ha mantenido estable entre 1971 y 2022, aunque se hayan reducido las emisiones de este metal por actividades humanas en el mismo periodo, según afirma un estudio. Se requieren objetivos de reducción de emisiones “agresivos” para conseguir un descenso medible de las concentraciones de este contaminante tóxico para el consumo humano, escriben los autores en la revista Environmental Science & Technology Letters. El Convenio de Minimata sobre el Mercurio, un tratado mundial que entró en vigor en 2017, prohíbe nuevas minas de mercurio y contempla la reducción de su uso, pero el mercurio ya se acumuló en el océano “durante siglos”, dice el artículo.
Según un nuevo informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), las actividades humanas han introducido más de 37.000 especies exóticas en regiones de todo el mundo. El documento denuncia que más de 3.500 de ellas son especies exóticas invasoras nocivas que a menudo son ignoradas hasta que es demasiado tarde.
Pasado el plazo marcado y después de dos noches maratonianas de reuniones, las delegaciones de los Estados miembros de la ONU han conseguido llegar a un acuerdo para que el conocido como Tratado de los Océanos –o Tratado BBNJ, Biodiversity Beyond National Jurisdiction– sea una realidad. La ciudad de Nueva York ha visto cómo el quinto período de sesiones de esta conferencia daba sus frutos con un acuerdo en cuanto a la formulación del texto, diecisiete años después de que empezaran las conversaciones y con el frenazo de las negociaciones el pasado mes de agosto ante la falta de acuerdo. El Tratado persigue proteger y regular el uso de las áreas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales, que representan más del 60 % de los océanos, lo que equivale a casi la mitad del planeta. Los recursos genéticos marinos y cómo repartir esos beneficios han sido uno de los principales escollos.
El conocido como Tratado de los Océanos, promovido por la ONU, se ha tenido que parar, que no concluir, ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo. Tras un proceso de más de 16 años, solo media sesión nos separa de la palabra fracaso. Esperemos que la reanudación de la última sesión, posiblemente en primavera de 2023, nos ofrezca el acuerdo que todos deseamos.
Según un estudio en costas de Francia, Italia, España, Croacia, Eslovenia y Grecia, las capturas de elasmobranquios amenazados son mayores en las zonas parcialmente protegidas que en las no protegidas, lo que sugiere que la pesca a pequeña escala puede estar afectando a estas especies.