Un equipo de investigadores ha analizado la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en 72 productos textiles comprados online en Estados Unidos y Canadá en 2020 y 2021. Los resultados, publicados en la revista Environmental Science and Technology Letters, muestran concentraciones altas en los uniformes escolares y más elevadas en los de 100 % algodón, en contraposición a los sintéticos.
Miquel Porta - PFAS uniformes
Miquel Porta
Investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), catedrático de salud pública en la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del libro Vive más y mejor
Creo que el estudio tiene una calidad técnica alta. Por ejemplo, creo que tienen razón al decir que “es difícil medir los PFAS desconocidos que pueden utilizarse en los productos de consumo debido a la falta de información relacionada con la producción y el uso, y a la falta de normas analíticas”, pues entran en el mercado muchas sustancias con propiedades fisicoquímicas, metabólicas y hormonales desconocidas.
También es cierto que a los médicos y epidemiólogos nos preocupan especialmente los niños y niñas, al igual que las embarazadas, las personas inmunodeprimidas, las ancianas, o las que sufren patologías concomitantes (varias enfermedades crónicas a la vez).
Claro que el número de productos analizados es bajo en el conjunto de los que hay en el mercado, pero el esfuerzo de los investigadores es encomiable. Y nada indica que la muestra de productos esté sesgada hacia unos más contaminados. Hallaríamos muchos otros productos contaminados por las mismas sustancias.
Las técnicas de laboratorio no las puedo juzgar, aunque creo que son laboratorios bien acreditados. Los análisis de los datos son correctos.
El “susto” o alarma que pueda sentir un ciudadano ante estos hallazgos me parece lógico y natural. Hay que entenderlo y superarlo. Podemos informarnos más e intentar elegir mejor lo que compramos. Pero no podemos estar todo el día asustados como si viviésemos “solos ante el peligro”: tenemos instituciones que deben velar mejor por nuestra salud. En la UE tenemos agencias como la ECHA y el programa REACH: hacen bastante y pueden hacer más si tienen más apoyo ciudadano y político.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
Xia, Diamond, Peaslee et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares