Al menos dos especies de homínidos –Homo erectus y Paranthropus boisei– coexistieron en la cuenca del Turkana en Kenia hace aproximadamente 1,5 millones de años, según confirma un estudio publicado en Science. Los autores describen las primeras pruebas físicas de esta coexistencia en forma de huellas, encontradas en varios yacimientos de la zona.
En este montaje la fotografía de la izquierda correspondería a una huella creada por un individuo Homo erectus, mientras que la de la derecha sería la huella creada por un individuo Paranthropus boisei. Crédito: Kevin Hatala/Chatham University.
Juan Luis Arsuaga - huellas Kenia
Juan Luis Arsuaga
Paleontólogo y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos
El artículo me parece muy interesante en dos aspectos diferentes. Demuestra la simpatría [cuando dos especies viven en la misma área y se encuentran] de dos especies de homínidos (presumiblemente Paranthropus boisei y Homo erectus) e indica que una de ellas (P. boisei) tenía un dedo gordo [del pie] más móvil y divergente –es decir, un bipedismo más primitivo y menos eficiente– que la otra (H. erectus, mejor diseñada para caminar y correr largas distancias). ¡Se lo explicaré a mis estudiantes! Este trabajo representa un gran paso adelante.
Gema Chacón - huellas Kenia
M. Gema Chacón
Investigadora del IPHES-CERCA en Tarragona, profesora asociada en la Universitat Rovira i Virgili e investigadora asociada en el Muséum National d’Histoire Naturelle (París, Francia)
El artículo de Hatala et al. aporta una contribución significativa al campo de la paleoantropología al proporcionar evidencia directa de la coexistencia de diferentes especies de homininos en el Pleistoceno temprano, un fenómeno que hasta ahora se había inferido únicamente a partir de datos fósiles dispersos. Las conclusiones del estudio se basan en análisis detallados de huellas fosilizadas en el yacimiento FE22 de Koobi Fora (Kenia), respaldados por métodos sólidos que incluyen la comparación con otros conjuntos de huellas de edad similar, con las de humanos modernos y de chimpancés. La identificación de dos patrones distintos de bipedalismo atribuibles a Homo erectus y Paranthropus boisei sugiere una diversidad locomotora más amplia de lo que se pensaba previamente, abriendo nuevas perspectivas sobre las interacciones ecológicas entre estas especies.
Este trabajo se alinea con estudios previos sobre diversidad hominina en el Pleistoceno, pero aporta la novedad de documentar patrones locomotores divergentes en una misma superficie de huellas. Este hallazgo sugiere no solo la coexistencia de estas especies, sino también la posibilidad de estrategias ecológicas diferenciadas que permitieron compartir un mismo hábitat lacustre.
En términos de implicaciones, este trabajo subraya la importancia de considerar la diversidad comportamental y locomotora en modelos de evolución humana. Las diferencias en el bipedalismo podrían reflejar adaptaciones ecológicas específicas, reduciendo potencialmente la competencia directa y favoreciendo la coexistencia. Estos resultados invitan a futuras investigaciones que combinen el análisis de huellas fosilizadas con otras líneas de evidencia, como fósiles humanos y materiales arqueológicos, para comprender de manera más integral cómo las dinámicas ecológicas y comportamentales influyeron en los procesos evolutivos del Pleistoceno.
Ana Marín - huellas Kenia
Ana B. Marín Arroyo
Profesora titular de Prehistoria y directora del Grupo EvoAdapta en la Universidad de Cantabria
El estudio de las huellas de homininos encontradas en Kenia proporciona una ventana única a las primeras fases de la evolución humana. La evidencia de especiación simpátrica y las diferencias en la biomecánica del pie encontradas en este yacimiento, llamado FE-22, sugieren que la historia evolutiva de los homínidos es mucho más compleja de lo que pensábamos.
Este trabajo proporciona el hallazgo excepcional de huellas realizadas por dos homínidos con cinemáticas del pie diferentes en un momento y lugar muy concretos y que no es frecuente hallar en contextos fósiles tan antiguos.
El estudio de estas huellas has llevado a proponer a los investigadores que se trata de las pisadas de dos homininos diferentes: Homo erectus y Paranthropus boisei. Este hallazgo proporciona, por primera vez, evidencias directas de dos taxones de homínidos coexistiendo e interactuando potencialmente entre sí en ambientes al margen de lago Turkana durante hace 1,5 millones de años, algo que podíamos presuponer, pero que con las escalas temporales que manejamos no nos permitían precisar si realmente llegaron a darse en el mismo espacio-tiempo.
Las conclusiones del estudio están bien respaldadas por las diferentes evidencias materiales que no solo incluyen el análisis de las huellas de homininos, sino también los restos fósiles de homínidos encontrados en el entorno, el detallado estudio geológico del yacimiento y huellas de otros animales, como aves y bóvidos, que ofrecen información relevante sobre los ecosistemas que estos homínidos habitaban y explotaban para su subsistencia.
Futuras investigaciones, que incluyan el descubrimiento y análisis de otros yacimientos con nuevas huellas, así como una mejor comprensión del contexto ambiental y la variación intraespecífica, ayudarán a responder a cuestiones aún abiertas sobre las interacciones entre los homininos del Pleistoceno inicial.
Adrián Pablos - huellas Kenia
Adrián Pablos
Profesor de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) e investigador afiliado en el CENIEH
Kevin Hatala y colaboradores han encontrado una serie de rastros de huellas indudablemente humanas y con una locomoción bípeda, junto con huellas de fauna al borde de un paleolago con una cronología de unos 1,5 millones de años. Se trata de, al menos, un rastro de algo más de diez huellas y otras huellas aisladas.
La principal novedad de este artículo (aparte de que son huellas hasta ahora desconocidas) es que entre esos rastros se observan dos patrones cinéticos de bipedismo diferentes. Es decir, dos formas diferentes de pisar. Ambas son bípedas con el dedo gordo del pie aducido típico del bipedismo y diferente de la pisada de los chimpancés. Esto les hace plantearse que pueden pertenecer a dos taxones diferentes con una biomecánica de la pisada diferente. Comparan con otras huellas del registro fósil africano de cronologías similares y observan que también existen dos patrones de pisada en diferentes yacimientos. Pero esta sería la primera vez que se observan ambos patrones en un mismo yacimiento.
Aquí viene la mayor limitación a la hora de estudiar huellas en yacimientos arqueológicos: es la de saber quién hizo esas huellas. En este caso, en el este de África se encuentran representados al menos dos taxones de humanos u homininos (H. ergaster/erectus y Paranthropus boisei). Homo ergaster es una especie de cuerpo más grande que los parantropos, que se asemejan a los australopitecos en cuanto al tamaño del cuerpo. Ambos grupos poblacionales habitan en la región en estas cronologías. El estudio cinemático y de tamaño de las huellas de este yacimiento del miembro KBS les permite asociarlo posiblemente a estos dos grupos. Cuando se echa un ojo al registro fósil de Homo erectus y Paranthropus boisei de la región en esas cronologías, curiosamente se observa que también hay dos morfologías diferentes en los diferentes huesos del pie. Por tanto, en Koobi Fora, alrededor de un lago hace 1,5 millones de años, tenemos dos tipos de huellas (en cuanto a cinética/biomecánica de la pisada y en cuanto al tamaño general). En la misma región hay al menos dos morfologías del pie de homininos diferentes que corresponden con una especie de cuerpo grande (H. erectus) y una especie de cuerpo pequeño (P. boisei). Lo más probable entonces es que ambos tipos de pisada estén hechos por estos dos tipos de homininos, lo que nos indica que ambos grupos humanos coexisten con requerimientos ecológicos y ambientales ligeramente diferentes. Los autores proponen en este punto una posible baja competitividad ecológica entre Paranthropus boisei y Homo erectus.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
Kevin G. Hatala et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares