La maduración cerebral se mide por el grosor del córtex. Se sabe que el estrés acelera el adelgazamiento cortical, lo que se asocia a un mayor riesgo de desarrollar trastornos neuropsiquiátricos. Un estudio publicado en PNAS analiza los datos de resonancia magnética recogidos de 160 adolescentes antes de la covid-19 y de 130 de ellos después de las medidas aplicadas durante la pandemia. La comparación de la estructura cerebral antes y después revela un adelgazamiento acelerado del córtex que, medido en términos de años equivalentes de desarrollo cerebral, fue de 4,2 años en las chicas y de 1,4 años en los chicos.
Ignacio Morgado Bernal - aislamiento pandemia y maduración cerebro adolescente
Ignacio Morgado
Catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona
El estudio y sus resultados son de especial interés, no solo porque ponen de manifiesto un proceso de aceleración de la maduración cerebral por la covid, especialmente en las chicas, donde ese proceso ya es normalmente más acelerado que en los chicos, sino porque abre la puerta a considerar e investigar posibles factores ambientales, incluyendo procesos de enfermedad, que pudieran modificar la velocidad de maduración del cerebro en los adolescentes.
Derek Hill - aislamiento pandemia y maduración cerebro adolescente
Derek Hill
Profesor de Ciencia de Imágenes Médicas y Salud Digital en University College London (UCL).
Es importante estudiar rigurosamente el impacto de la pandemia de covid-19 en la salud de los adolescentes y este estudio es una contribución útil. Sin embargo, es importante no sobreinterpretar los resultados de este artículo por las siguientes razones:
- Están midiendo el grosor de la materia gris en el borde del cerebro a partir de escáneres de resonancia magnética. Estos escáneres no miden realmente el número de células cerebrales ni sus conexiones, ni se vinculan directamente con ningún síntoma cerebral. Por lo tanto, la observación de que hay un 'adelgazamiento cortical acelerado' no nos dice necesariamente que haya algún daño a largo plazo en los adolescentes.
- Aunque el número total de escáneres cerebrales es razonable (160 antes de la pandemia y 130 después de la pandemia), estos se subdividen en conjuntos para entrenar el modelo, validarlo y luego probarlo para medir el efecto. Además, el análisis se divide entre sujetos masculinos y femeninos. Como resultado, solo hay 29 sujetos masculinos y 25 femeninos en el grupo de prueba, divididos en 3 grupos de edad (por ejemplo, solo 10 hombres y 8 mujeres de 16 años). Que el número de sujetos sea relativamente pequeño hace que la confianza que podemos tener en las conclusiones sea menor.
- Los autores separaron sus datos en entrenamiento y validación para construir su modelo de desarrollo cerebral normal en adolescentes. Sin embargo, no utilizaron conjuntos de datos verdaderamente independientes para probar y validar su modelo. Cuando un conjunto de validación no es verdaderamente independiente, hay riesgo de que los resultados de validación exageren el rendimiento del modelo.
- Parece muy probable que los adolescentes estudiados tuvieran diferentes experiencias de confinamiento, y que, después de la pandemia, el impacto en su salud y vidas también fuese diferente. Este estudio no tiene en cuenta el aislamiento individual durante el confinamiento ni ningún síntoma psicológico posterior, por lo que la relación entre el adelgazamiento cortical acelerado y el posible daño a la salud mental que proponen no se deriva de los datos de este estudio, sino de referencias a otros estudios.
- El estudio no informa sobre el adelgazamiento cortical individual de los sujetos basado en un análisis de las exploraciones cerebrales de cada sujeto antes y después de la pandemia. En su lugar, utiliza un modelo para estimar el envejecimiento cerebral acelerado. Esto hace que sus resultados sean sensibles a cualquier limitación del modelo.
Aunque los autores proponen que existe la necesidad de ‘monitoreo continuo y apoyo a las personas que eran adolescentes durante la pandemia de covid-19', su artículo no demuestra que los escáneres cerebrales y el modelo utilizado en este estudio puedan tener un uso clínico en ese monitoreo, por lo que este artículo no respalda la realización de escáneres cerebrales a adolescentes que experimentaron el confinamiento
Derek Hill no tiene relación directa con los autores o financiadores de esta investigación. Sin embargo, es cofundador y asesor de ixico plc, que ofrece soluciones de análisis de imágenes a empresas farmacéuticas. Es cofundador y empleado de Panoramic Digital Health, que presta servicios a empresas farmacéuticas, incluidos los relacionados con la imagen. Es consultor del Critical Path Institute, que dirige consorcios científicos reguladores precompetitivos, entre otras cosas sobre imágenes cerebrales.
Iroise Dumontheil - aislamiento pandemia y maduración cerebro adolescente
Iroise Dumontheil
Profesora de Psicología y miembro ARC Future, Escuela de Ciencias Psicológicas, Universidad de Melbourne.
Investigar el impacto de la pandemia de covid-19 en el desarrollo cerebral de los adolescentes es una investigación valiosa. Sin embargo, este estudio tiene varias limitaciones. Específicamente, la investigación sobre el cerebro adolescente ha mostrado que se necesitan datos longitudinales (donde se sigue al mismo niño a lo largo del tiempo) para evaluar las trayectorias de desarrollo, que hay diferencias individuales relacionadas con el desarrollo puberal, y que las mujeres muestran una maduración (adelgazamiento) cortical más temprana. Este estudio de PNAS tiene un tamaño de muestra pequeño, las trayectorias de desarrollo se evalúan de manera transversal, el rango de edad es diferente para la creación del modelo antes de COVID y en la muestra post-covid, y no se tiene en cuenta la pubertad. Creo que todos estos factores debilitan la evidencia de un vínculo específico entre la pandemia de COVID y el adelgazamiento acelerado observado en las adolescentes.
Richard Bethlehem - aislamiento pandemia y maduración cerebro adolescente
Richard Bethlehem
Profesor Asistente de Neuroinformática en la Universidad de Cambridge.
Se debe felicitar a los autores por reunir una muestra tan compleja en circunstancias tan desafiantes durante la pandemia. Este es potencialmente un artículo interesante como prueba de concepto sobre cómo cambiaron los cerebros de los adolescentes durante el confinamiento por la covid, pero hay algunas limitaciones clave a tener en cuenta.
En primer lugar, las muestras son bastante pequeñas, por lo que debemos ser cautelosos al no generalizar estos hallazgos a todos los adolescentes.
En segundo lugar, no hay una gran cantidad de información sobre estas muestras más allá del hecho de que fueron recogidas en diferentes momentos durante la pandemia, por lo que no podemos asumir que definitivamente es el confinamiento la causa de estos cambios reportados en el cerebro. Por ejemplo, muchas otras cosas pudieron haber ocurrido durante el período de la pandemia, como la infección por covid o una serie de infecciones. Hay muchos factores que no están modelados o documentados en este estudio que podrían explicar potencialmente estos hallazgos más allá de los confinamientos en sí mismos.
En tercer lugar, también es interesante la elección de los métodos para separar completamente las diferentes muestras y usar el enfoque de modelado normativo sin observar las trayectorias a nivel individual (es decir, no usar las fortalezas inherentes de la muestra longitudinal, sino en su lugar tomar una división pre y posconfinamiento).
Sabemos por gran parte del trabajo sobre cambios normativos en estas trayectorias que hay una variación considerable a nivel individual que puede no ser capturada en los análisis transversales. Como es claro en los modelos generales de crecimiento (y también en el enfoque de prueba-repetición en este estudio), los modelos normativos permiten cierta variación a lo largo del tiempo que aún está dentro del rango normal (y también en este estudio, la validación parece variar bastante ampliamente, entre aproximadamente 0,013 y 0,78, lo que indicaría que las puntuaciones normativas estimadas en la muestra posconfinamiento a partir de esos modelos probablemente tienen una incertidumbre muy amplia).
Es difícil determinar si la diferencia observada entre el pre y posconfinamiento cae dentro de estos niveles normales de variación individual a lo largo del tiempo (o si, de hecho, está dentro del rango de 'fiabilidad' del modelo normativo en sí).
Aumentar la certeza sobre cuán generalizable es el modelo normativo ayudaría, pero dado que se basa en una muestra pequeña, nuevamente es difícil decir cuán fuertes son realmente estos efectos. Esto se basa puramente en la metodología.
Los resultados necesitan ser establecidos de manera más firme y generalizable antes de que podamos concluir que los cerebros de los adolescentes cambiaron más allá de los cambios morfológicos normales durante la pandemia. E incluso si estos cambios se establecen en estudios posteriores, se necesita más trabajo para evaluar qué factores durante la pandemia son responsables de estos cambios, ya que hay muchos factores más allá del confinamiento que también necesitarían ser considerados y estudiados.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Humanos
- Modelización
Neva M. Corrigan et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Humanos
- Modelización