Según un metaanálisis publicado en Nature Human Behaviour, el uso generalizado de la tecnología digital puede estar asociado a menores tasas de deterioro cognitivo en personas mayores de 50 años. Los resultados del estudio –que analizó 57 trabajos en los que participaron más de 400.000 personas con una edad media de 69 años– parecen contradecir la hipótesis de que el uso cotidiano de la tecnología debilita la capacidad cognitiva.

Lucrecia Moreno Royo - tecnología
Lucrecia Moreno Royo
Catedrática en el departamento de Farmacia de la Universidad CEU Cardenal Herrera
Se trata de un metaanálisis y revisión sistemática de estudios que exploran la relación entre el uso de tecnología digital y el envejecimiento cognitivo en adultos mayores de 50 años. Este tipo de estudios son los de mayor evidencia científica. Además, está publicado en una revista de muy alto índice de impacto.
Los hallazgos indican que un mayor uso de tecnologías digitales se vinculó con un menor riesgo de deterioro cognitivo y tasas más lentas de declive, incluso después de considerar diversos factores. El estudio sugiere que la interacción con la tecnología podría beneficiar la cognición a medida que envejecemos, aunque se necesitan más investigaciones para comprender los mecanismos causales y los tipos específicos de exposición tecnológica. Está totalmente alineado con un artículo que publicamos nosotros en 2021 y que es uno de los que el metaanálisis ha utilizado para realizar el estudio.
Las implicaciones para el mundo real pasan por el uso de la tecnología como estimulación cognitiva, claramente.
Diego Redolar - tecnología envejecimiento
Diego Redolar Ripoll
Profesor de Psicobiología y Neurociencia en la facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
La sociedad en la que vivimos se encuentra inmersa en la utilización de las denominadas tecnologías digitales para múltiples ámbitos y entornos. El empleo del teléfono móvil, el ordenador o los dispositivos de vídeo e imagen son acciones que llevamos a cabo en numerosas ocasiones a lo largo de la vida. ¿Este uso de las tecnologías digitales está modificando nuestro cerebro de algún modo y, por ende, nuestras capacidades cognitivas?
Por otro lado, un determinado daño cerebral puede causar déficits cognitivos en una persona, pero en otra no. Este concepto puede aplicarse a cualquier situación clínica siempre que no exista una correspondencia directa entre determinado cambio cerebral y la función cognitiva. El concepto de “reserva cognitiva” surgió para explicar la falta de correspondencia directa entre un grado de lesión cerebral y las manifestaciones clínicas o cognitivas asociadas, es decir, entre tener las lesiones de una enfermedad y desarrollar sus síntomas. La capacidad del cerebro para contrarrestar los efectos nocivos del envejecimiento o la enfermedad se asocia con la exposición a variables ambientales o estilos de vida como los que hemos estado comentando: los entornos cognitivamente estimulantes, el sueño, la actividad física, la reducción del estrés y la socialización, entre otros.
En este contexto, cabría preguntarse si la exposición a lo largo de nuestra vida a las tecnologías digitales podría afectar a nuestra reserva cognitiva y, por lo tanto, disminuir nuestras capacidades cognitivas, o bien la relación iría en el sentido opuesto en el que la tecnología promoviera comportamientos que fomentaran la reserva cognitiva y una mejor cognición.
Para intentar contestar a esta pregunta, los autores de este trabajo analizaron 57 investigaciones llevadas a cabo con una totalidad de 411.430 personas. Repitieron los análisis de su trabajo limitándolo a las investigaciones de mayor calidad metodológica. En ambos análisis encontraron que el utilizar las tecnologías digitales a lo largo de nuestra vida se relaciona con un menor riesgo de deterioro cognitivo. Teniendo en cuenta los resultados de forma global podríamos incluir el uso de las tecnologías digitales como otro de los factores que podrían ayudar a contrarrestar los efectos deletéreos del envejecimiento o incluso de ciertas enfermedades, contribuyendo a un aumento de la mejora cognitiva.
Esto podría tener un gran calado para una sociedad en la que las tecnologías digitales están transformando profundamente la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
Nota del autor: para más información, consultar Redolar, D. (2024). La mujer ciega que podía ver con la lengua. Barcelona, Grijalbo.
No declara conflictos de interés.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Metaanálisis
- Humanos
Benge et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Metaanálisis
- Humanos