Los desastres por incendios se intensifican desde 2015

La frecuencia de desastres vinculados a incendios aumentó considerablemente a partir de 2015, según un estudio que analiza datos de empresas reaseguradoras entre 1980 y 2023. Un 43 % de los 200 eventos más dañinos, tanto por daños humanos como económicos, ocurrieron en la última década, calculan los autores en la revista Science. Los riesgos fueron más altos en el Mediterráneo y en biomas de coníferas templadas, y su frecuencia coincide con condiciones climáticas cada vez más extremas, añaden.  

02/10/2025 - 20:00 CEST
Reacciones

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Eduardo Rojas Briales

Profesor de la Universitat Politècnica de València y exsubdirector general de la FAO

Science Media Centre España

¿El estudio se apoya en datos y métodos sólidos? 

“En parte sí. No obstante, incluye regiones con climas muy dispares (bosques de coníferas boreales o templados, bosques mediterráneos, subtropicales/Australia…) como también otros factores socioeconómicos que pueden enmascarar los resultados, por ejemplo, densidad de población (California o Grecia vs. las zonas interior Norte de Portugal en 2017 o en 2025, junto a las del interior noroeste de España en 2025). La comparativa con el daño económico tiene un sesgo muy urbano e incluso coyuntural, dada la fluctuación del mercado inmobiliario. En general, se trata de un artículo muy norteamericano cuyas conclusiones son discutibles en otras partes del mundo. 

No cita el hecho que la estadística internacional de incendios forestales confirma un descenso del área quemada global que contradice este estudio, si bien esa reducción se produce en países en vías de desarrollo”. 

¿Cómo encaja con trabajos previos? ¿Qué novedades aporta? 

“El aspecto más innovador del artículo es el uso de fuentes de información muy variadas como los daños de las aseguradoras e inmobiliarios, intentando vincularlos a los cambios del clima y la gravedad de los incendios. 

Cita en un caso la paradoja de la extinción que fue identificada hace 20 años en el marco de un proyecto de investigación europeo (FIREPARADOX) según la cual cuanto más se invierte en extinción, al poco tiempo serán más graves serán los incendios debido al incontrolado crecimiento de la biomasa forestal y su continuidad horizontal y vertical. Recuerda el sabio uso de los pueblos indígenas tanto norteamericanos y australianos del fuego controlado”. 

¿Hay limitaciones importantes que haya que tener en cuenta? 

“Los incendios de la interfaz urbano-forestal (WUI en el artículo) tienen unas especificidades que requieren ser analizados separadamente de los que ocurren en zonas mucho menos pobladas. Intentar un análisis juntándolas genera un alto grado de confusión y enmascaramiento. Incide por ejemplo también el tipo de material con el que se construyen las casas, que es muy diferente entre USA y el Mediterráneo”. 

¿Qué relevancia tiene este estudio en la práctica en España? 

“Olvida un factor clave en las condiciones mediterráneas que es determinante, y que desde la perspectiva ambiental se suele obviar, que es el abandono del territorio y de su gestión —sea agrícola, ganadera o forestal— junto al hundimiento de amplias zonas rurales en términos demográficos. El abandono rural dramático que se ha vivido en el Mediterráneo norte no queda reflejado de forma clara en ‘cambios en la gestión de la tierra’. Tampoco la referencia al uso de especies exóticas aporta mucho en el caso del Mediterráneo europeo, y carece además de evidencia científica. Aquí hablar del fuego indígena no es tampoco correcto, aunque sí de su recuperación. 

La frase (pág. 56) que indica que los desastres suelen ocurrir más en zonas altamente pobladas y ricas no coincide con la experiencia en la península ibérica pese a citarse esta con frecuencia en el artículo, especialmente en los peores años recientes (2017, 2022, 2025). 

Otro aspecto adicional es la normativa ambiental expresa y la percepción social contraria a cortar árboles, ejecutar desbroces o realizar quemas controladas por una población mayoritariamente urbana y crecientemente también por el sector turístico —que frecuentemente es la última actividad que resiste en las zonas despobladas—, lo que acaba exacerbando el abandono rural. Como se indicaba más arriba, analizar con la misma metodología zonas altamente despobladas y otras netamente periurbanas no es aconsejable para extraer conclusiones sólidas”.

Declara no tener conflicto de interés
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Víctor Fernández-García

Profesor en el departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Universidad de León

Science Media Centre España

Los científicos ya habíamos demostrado que la severidad y la intensidad de los incendios aumentan a nivel mundial. También que el cambio climático crea condiciones más propicias para los incendios extremos. Sin embargo, las evidencias sobre la evolución de los impactos del fuego en vidas humanas y en la generación de perdidas socioeconómicas a nivel global eran más limitadas debido a limitaciones en los datos disponibles.  

El estudio de Cunningham y colaboradores aborda esta cuestión en un trabajo excelente y muy pertinente. Estos autores, de gran prestigio a nivel internacional en el campo de la pirogeografía, demuestran como la frecuencia de incendios catastróficos ha aumentado. Para ello han utilizado una completa base de datos compuesta por información de pérdidas de vidas y de pérdidas económicas, con información procedente de [empresas] reaseguradoras y de datos públicos. 

A nivel mundial, los resultados mostrados en el estudio son contundentes: los incendios causantes de 10 o más muertes se han multiplicado por 3,1 desde 1980 hasta 2023, un cambio muy superior al del aumento poblacional. Para ese mismo periodo, la frecuencia de incendios causantes de grandes pérdidas económicas se ha multiplicado por 4,4.  

El estudio también muestra cómo las pérdidas económicas y de vidas se concentran desproporcionadamente en algunas zonas del planeta. En los modelos de riesgo destaca la Península Ibérica como una de las zonas más susceptibles a padecer este tipo de desastres debido a factores climáticos, económicos, demográficos y de intensidad de los incendios. Otras regiones de clima mediterráneo también presentan un riesgo alto. Es el caso del resto de países alrededor del mar Mediterráneo, así como de California, de la región del Cabo en Sudáfrica, o de partes de Chile central y del sur de Australia. 

Los autores hacen hincapié en la relación de estos grandes desastres con el cambio climático, mostrando una relación clara de los mismos. Para ello han utilizado índices de sequía y de riesgo meteorológico de incendios, que han aumentado significativamente durante las últimas dos décadas. 

El trabajo aporta otra evidencia más de que los riesgos asociados a los incendios están aumentando drásticamente en algunas zonas. Esto debería tener consecuencias en el desarrollo de políticas de prevención y en la gestión del paisaje, promoviendo estrategias de mitigación de los riesgos sociales, ecológicos y económicos asociados a los incendios extremos.

No declara conflicto de interés
ES
Publicaciones
Climate-­linked escalation of societally disastrous wildfires
    • Artículo de investigación
    • Revisado por pares
Revista
Science
Fecha de publicación
Autores

Calum X. Cunningham et al. 

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
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