Las terapias con células CAR-T pueden producir, en algunos casos, tumores secundarios al tratamiento. Hace unos meses, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) comunicó que estaba evaluando este riesgo. Ahora, un estudio realizado en el Centro Médico de la Universidad de Stanford (EE.UU.) ha seguido la evolución de 724 pacientes que recibieron este tipo de tratamientos desde el año 2016. De ellos, 14 desarrollaron otro tumor de la sangre, pero solo uno fue un linfoma de células T que podría ser consecuencia directa de la terapia. Además, los análisis posteriores descartaron esta relación. Los resultados se publican en la revista NEJM.
Joaquín - CART NEJM
Joaquín Martínez López
Jefe del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre
Se trata de un trabajo retrospectivo con las limitaciones que ello conlleva. Confirma los datos ya presentados previamente por la Universidad de Pensilvania. Sin embargo, el estudio molecular realizado a los dos tumores es de gran calidad.
Aunque el seguimiento debe ser más prolongado, constata que la terapia CAR-T por el momento no desarrolla linfomas T secundarios a la misma, sino que son eventos diferentes. El beneficio de estos tratamientos es mucho mayor que el riesgo.
La principal limitación del estudio es que el tiempo de seguimiento para este tipo de terapias es corto.
Melero - CART NEJM
Ignacio Melero
Catedrático de Inmunología de la Universidad de Navarra, investigador del CIMA y codirector del departamento de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra
Se trata de un estudio retrospectivo de los pacientes tratados con células CAR-T (CAR19) para el tratamiento de linfomas. En una serie de más de 700 pacientes solamente detectaron un linfoma secundario, pero que no está formado por células CAR-T ni tiene mutagénesis insercional (por inserción del gen CAR codificado por el correspondiente vector lentiviral). La causa del segundo linfoma está relacionada con las mutaciones de la hematopoiesis clonal que tenía el paciente como factor de predisposición y muy posiblemente con el virus de Epstein Barr.
Un mensaje importante es que el riesgo de transformación maligna de las células CAR-T no es cero, pero probablemente es muy bajo. El balance riesgo-beneficio es claramente muy favorable si hablamos de tratar leucemias, linfomas o mielomas, pero podría llegar a ser cuestionable para el tratamiento de enfermedades autoinmunes, sobre todo infantiles, tales como el lupus eritematoso sistémico neonatal. Este trabajo apunta a que el riesgo de linfomas T originados en células CAR-T debe de ser muy bajo y posiblemente tolerable en estas indicaciones para enfermedades no malignas.
Este trabajo viene a argumentar en esa dirección y los autores hacen un excelente trabajo de detective molecular para probar, sin lugar a dudas, que el segundo linfoma que aparece en uno de los pacientes no está constituido por las células CAR-T transformadas.
Manel Juan - CART NEJM
Manel Juan
Jefe de Servicio de Inmunología
Es un trabajo científicamente impecable que pone negro sobre blanco lo que ya otros han mostrado: las preocupaciones no son más que esto y los eventos secundarios no dependen de manera clarísima de la propia terapia CAR-T.
Más que muy novedoso, presenta datos bien elaborados y analizados.
Siempre hay limitaciones, pero se disipan de manera global en una evaluación del riesgo-beneficio.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos
Hamilton et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos