Un ensayo clínico en fase 2 ha probado en 174 pacientes la eficacia y seguridad de un dispositivo de estimulación magnética transcraneal usado en casa para tratar la depresión mayor. Tras dividirlos en dos grupos, uno de ellos recibió el tratamiento y el otro un procedimiento placebo. Después de diez semanas, ambos grupos habían mejorado sus síntomas, pero la mejora en el grupo de tratamiento activo fue 0,4 puntos mayor en la escala de depresión de Hamilton. Según los autores, que publican los resultados en la revista Nature Medicine, “potencialmente podría servir como tratamiento de primera línea en la depresión mayor”.
Joaquim Raduà - estimulación depresión casa
Joaquim Raduà
Psiquiatra y responsable del grupo de investigación Imagen de los trastornos relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad de IDIBAPS
Se trata de un estudio de buena calidad en el que los investigadores asignaron aleatoriamente a los participantes a dos grupos: uno recibió un dispositivo activo y el otro un dispositivo inactivo. Los participantes desconocían a qué grupo pertenecían, para evitar que sus expectativas influyeran en los resultados. Los análisis estadísticos fueron rigurosos. El estudio mostró que ambos grupos experimentaron una mejora en los síntomas de depresión, algo esperable en este tipo de ensayos. Sin embargo, el grupo que utilizó el dispositivo activo mostró una mayor mejoría. El tamaño de este efecto fue de 0,4, un valor comparable al observado con los antidepresivos.
Este resultado es alentador, ya que sugiere que este dispositivo podría convertirse en una alternativa más dentro del abanico de tratamientos disponibles para la depresión, como son los fármacos como los antidepresivos, psicoterapias como la terapia cognitivo-conductual o el ejercicio físico, entre otros. Dado que cada persona tiene distintas preferencias y responde de manera diferente a los diferentes tratamientos, contar con más opciones podría aumentar las probabilidades de encontrar la intervención más adecuada para cada persona.
Jose García Valdecasas - estimulación depresión casa
José García-Valdecasas
Psiquiatra, vicesecretario de la Junta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría
Estamos ante un estudio sobre un tratamiento con estimulación magnética transcraneal aplicada en domicilio, que compara dicho tratamiento con una estimulación simulada como placebo. Usando la escala de depresión de Hamilton, de uso habitual en estudios de este tipo, encuentran que la mejora con el tratamiento es de unos 9 puntos y con el placebo de unos 7. Aunque dicha diferencia alcance significación estadística, no considero que tenga ninguna relevancia clínica. Hay estudios que valoran que una diferencia de 2 puntos en la escala de Hamilton no es apreciable en una entrevista clínica, es decir, no tiene relevancia para el paciente.
Los efectos secundarios son escasos y leves, pero mayores en el grupo de tratamiento, lo que también debe ser tenido en cuenta.
De nuevo, y como es tristemente frecuente, no hay comparación con otro tratamiento activo, lo que sería de utilidad para los clínicos a la hora de valorar la pertinencia de este tratamiento.
En esta época de énfasis global en la salud mental son muchas las apuestas por nuevos tratamientos que van apareciendo (con sus intereses económicos detrás, evidentemente), pero este que nos ocupa hoy no parece presentar, con los datos del estudio en la mano, ningún avance en el tratamiento de la depresión.
Conflicto de interés: “Carezco, desde hace unos 15 años, de ningún tipo de conflictos de interés con empresas farmacéuticas o de dispositivos sanitarios”.
Alberto Ortiz Lobo - estimulación depresión casa
Alberto Ortiz Lobo
Doctor en Medicina y psiquiatra del Hospital de Día Carlos III - Hospital Universitario La Paz (Madrid)
La investigación mide el efecto en la reducción de la puntuación en una escala de depresión que produce una estimulación transcraneal de corriente continua autoaplicada en domicilio, con la asistencia online de un profesional, frente a una estimulación simulada. Los resultados del estudio al cabo de diez semanas (un periodo muy breve para evaluar el verdadero impacto de la intervención a medio y largo plazo) indican que los dos grupos redujeron su puntuación, tanto aquellos que se autoaplicaron una estimulación auténtica como la simulada, pero que los primeros puntuaron significativamente menos que los segundos.
Estos resultados dan cuenta del efecto placebo que sucede en los estudios de eficacia. En este caso, tener un aparato de alta tecnología que se aplica en la cabeza y que está monitorizado por un profesional en cada sesión, genera esperanzas y mejorías a corto plazo (no sabemos qué sucede más allá de las diez semanas), incluso si el tratamiento es simulado. Cabe preguntarse cuánta de la diferencia significativa estadísticamente se debe a que muchos participantes podían intuir si estaban en el grupo del tratamiento o la simulación por los efectos colaterales que se anticipaban a los participantes: por ejemplo, el 63,5 % de los que recibieron la estimulación transcraneal presentaron un enrojecimiento de la piel donde se ponían los electrodos (indicativo de que estaban en el grupo de tratamiento), y solo el 18 % de los que recibieron la simulación reportaron este efecto.
La extensa declaración de conflictos de intereses de los investigadores es preocupante por la vinculación financiera de muchos de ellos a compañías biomédicas dedicadas a comercializar tratamientos, y el segundo firmante declara trabajar a tiempo completo para una empresa de estas características. Este estudio es también la muestra constante de cómo la investigación en salud mental y su difusión está determinada por las grandes compañías que venden medicaciones y otros productos tecnológicos, lo que supone que el discurso hegemónico sobre el sufrimiento mental y su abordaje se reduzca al individuo y su cerebro, desconsiderando los factores sociales, biográficos y el contexto en general de las vidas de las personas.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Ensayo clínico
- Humanos
Woodham et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Ensayo clínico
- Humanos