En los últimos días varios países han modificado los tiempos de las cuarentenas de contactos estrechos y los aislamientos de infectados, mientras que otros ya lo estudian. España ha anunciado que reducirá a 7 día estos periodos, tanto para personas que hayan dado positivo en un test como para contactos estrechos que requieran cuarentena (en el caso de nuestro país, personas sin vacunar).
Personal sanitario realiza pruebas PCR en el ""covidauto"" del centro de salud del Ventorrillo, en A Coruña. / EFE/Cabalar/Archivo.
Pedro Gullón - aislamientos 7 días
Pedro Gullón
Epidemiólogo social y médico especialista en medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alcalá
Ahora mismo tenemos dos debates con implicaciones muy diferentes en el control de la pandemia.
Por un lado se debate la reducción del periodo de cuarentena (es decir, el periodo en el que un contacto estrecho debe evitar contactos con otras personas porque puede estar desarrollando la enfermedad). Esta reducción está motivada por que algunos datos apuntan a una reducción del periodo de incubación con ómicron. Es decir, el tiempo que se tarda desde que tienes un contacto estrecho hasta que desarrollas síntomas o tienes una PCR positiva. Si ese periodo es más corto, las cuarentenas podrían ser más cortas. El impacto de la reducción del tiempo de cuarentena es menor ya que, al menos en España, las personas vacunadas no realizan cuarentena desde hace unos meses. Por tanto, cambios en el tiempo de cuarentena tendrían impacto sobre todo en familias con hijos pequeños sin vacunar.
Por otro lado, la reducción del periodo de aislamiento (el periodo que una persona con síntomas puede ser contagiosa) puede tener más implicaciones. Sabemos que los primeros días tras la aparición de los síntomas, son los más contagiosos. Pero no existe un corte seguro a partir del cual una persona no vaya a excretar virus con un cien por cien de seguridad. En personas que ya han pasado 5 o 7 días tras el positivo, y que sean totalmente asintomáticas, las probabilidades de que puedan infectar a otros son bajas. No obstante, nunca son cero y se trata de un continuo: a más tiempo, menos probabilidad de transmitir.
Salvador Peiró - aislamientos 7 días
Salvador Peiró
Epidemiólogo, investigador en el Área de Investigación en Servicios de Salud y Farmacoepidemiología de la Fundación para el fomento de la investigación sanitaria y biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO) y director de Gaceta Sanitaria, revista científica de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS)
Es importante distinguir entre aislamiento (para positivos) y cuarentena (para contactos estrechos).
La nueva estrategia de los CDC:
1) Reduce el aislamiento para positivos asintomáticos (sin que esté claro qué es un asintomático porque la covid-19 da muchos casos con síntomas menores), aunque les deja 5 días añadidos de uso rígido de mascarillas, distancia, etc. Los sintomáticos siguen como antes.
2) Reduce el confinamiento para los contactos estrechos. Como en el caso anterior, mantienen las medidas de protección y se recomienda un test el quinto día.
3) Perdona el confinamiento para los contactos estrechos con dosis de refuerzo. También con medidas de protección y recomendación de test el quinto día.
Lo motivan diciendo que "la ciencia demuestra que la mayoría de la transmisión ocurre temprano en el curso de la enfermedad, generalmente en los uno o dos días previos a la aparición de los síntomas y en los dos o tres días posteriores". Aunque eso es verdad para la mayoría de los casos, no tengo ni idea del tamaño de la minoría de casos que continúan transmitiendo al sexto día ni de su importancia en la transmisión. Hasta donde yo conozco, no existen evidencias directas sobre ese tema.
En conjunto la medida me parece sensata y casi necesaria.
Calculo que ómicron va a producir una importante disrupción social (rondamos los 100.000 casos y vamos duplicando cada 5-6 días). En 10 días podríamos tener que aislar a más de 200.000 personas ( y si sumamos cuatro contactos por caso, alcanzamos el millón), y así varios días con 10 días de aislamiento o cuarentena para cada uno. Afectaría a bomberos, policías, trenes, distribución de alimentos, medios de comunicación. Al cabo de 10 días sería casi un confinamiento generalizado, pero a base de aislar y poner en cuarentena de uno en uno durante 10 días. Y la mayoría sin síntomas o con cuadros muy leves. Por otra parte, en contactos estrechos sanitarios ya hacemos una política cercana desde hace tiempo (y sin 5 días, aunque con test).
De todas formas creo que no será suficiente. A este ritmo de contagios y con la estrategia actual agotaremos nuestra capacidad de hacer PCR y cada vez será más difícil obtener reactivos. Gastar pruebas en asintomáticos (y en personas que, muy razonablemente, se quieren ir de cena o de fiesta) nos dificultará disponer de capacidad para profesiones esenciales. Asumiendo que (por lo menos mientras los hospitales no empeoren mucho y salvo alguna CCAA) no se van a adoptar estrategias efectivas de reducción de la transmisión (estrategias de reducción de interacciones entre personas), que sería lo razonable en este momento, hay muchas cosas que podríamos hacer para ganar espacio para la atención más necesaria (pasando a autocuidados para los casos leves y algunas cosas más) y reducir en lo posible la disrupción social.
Aunque se oye mucho decir en positivo que la ola será rápida, rápido en esto no es nada bueno. Son todos los casos a la vez. De hecho, el objetivo de reducir interacciones ahora sería ralentizar la progresión de ómicron para extender la ola y ganar tiempo para las terceras dosis.
El problema de todo esto es que expertos y administraciones han generado mucha confusión y desconfianza estos días con medidas de nula utilidad muy contestadas en todos los medios por los expertos, con los test para reuniones, con la apuesta de que no vamos a tener tantas hospitalizaciones (que depende de la relación entre la reducción de la gravedad y el incremento de casos), con el recurso a la levedad de la infección o el ahora es un catarro (que puede ser verdad mayoritariamente, pero no en agregado) y hasta con el final de la pandemia.
Con ese recelo de base las medidas de este tipo se percibirán como abandono (como recortes: ya ni nos hacen pruebas, y sueltan a los contagiados para que trabajen aunque contagien). Crearan malestar social. Y mucho en grupos concretos de corte funcionarial. Tengo la impresión de que la pésima comunicación de estas semanas ha creado una situación muy inmanejable para el empleo de medidas racionales que adicionalmente requieren una excelente comunicación a la población (autocuidados) y una buena aceptación social.
Óscar Zurriaga - aislamientos 7 días
Óscar Zurriaga
Epidemiólogo, investigador del departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal, Universitat de València y presidente de la Sociedad Española de Epidemiología
Se trata de un tema difícil porque no tiene una respuesta única.
La cuarentena de los contactos estrechos es una medida fundamental para tratar de controlar la transmisión del virus. Pero para ello es también crucial que se haga de la manera apropiada. No solo es el tiempo: también es la limitación de contacto con otras personas.
En una situación de amplia transmisión comunitaria es posible reducir ese periodo, siempre y cuando durante el resto del tiempo hasta completar los 10 días exista también una limitación en las actividades (de manera que se evite estar con muchas personas, o en lugares de alta concurrencia) y se mantengan estrictas medidas de protección personal (mascarilla siempre, distancia física, ventilación, evitar lugares cerrados).
Adrián Aginagalde - aislamientos 7 días
Adrian Hugo Aginagalde
Portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud pública y Gestión sanitaria (SEMPSPGS), jefe de servicio de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica e Información Sanitaria de Gipuzkoa y, anteriormente, jefe de servicio de la Unidad de Programas de Cribado Poblacional en el Ministerio de Sanidad
En estos momentos no ha llegado a transcurrir un periodo de transmisión y otro de incubación (10+10 días) desde la primera generación de casos de la variante ómicron, de forma que resulta muy complicado evaluar con los programas de rastreo si hay transmisión a partir del día 5.
Además, la mayor parte de los contactos estrechos se identifican en los primeros días de síntomas, de forma que resulta aún más complicado evaluar empíricamente si hay o no transmisión.
A pesar de ello, tomando de referencia la variante delta, el porcentaje de casos secundarios que podrían escaparse parece bajo.
Disponer de un consenso europeo según la guía del ECDC parece un imperativo para mantener unas actuaciones comunes.