Se trata de un estudio que analiza los cambios en la estructura de la personalidad de una muestra relativamente amplia de población general de Estados Unidos antes y después de la pandemia. El estudio tiene cierta validez, pero también limitaciones, especialmente al hacer atribuciones a la pandemia, ya que los cambios pueden ser debidos a otros factores. Además, los resultados no pueden generalizarse a otros países con políticas muy distintas respecto a las medidas tomadas para combatir la pandemia, que han sido muy distintas según países o incluso estados dentro de USA.  

Los resultados muestran cambios bastante pequeños cuyo significado práctico es difícil de adivinar. Es cierto que la pandemia, y especialmente las medidas tomadas por cada país para combatirla, han tenido efectos sobre la salud mental. Pero la personalidad es una cualidad relativamente estable de los individuos y los cambios detectados en el estudio parecen los esperables en un contexto de estrés importante como el que se vivió en ciertos períodos de 2020 y 2021, y que encajarían con el aumento detectado de problemas de salud mental (conducta alimentaria, autolesiones, etc.) observado en la población más joven. 

Las pruebas de personalidad valoran la tendencia de una persona a mostrar comportamientos parecidos en diferentes contextos. Por ejemplo, para medir tu "extraversión" te preguntan si tiendes a hablar con los demás en la mayoría de las situaciones, si eres habitualmente sociable, etc. Todos podemos sentirnos más habladores un día y más reservados otro. Pero una persona con extraversión elevada tiende a ser habladora o sociable la mayoría de las veces. 

Por lo tanto, los resultados de este estudio, en caso de que se repliquen, podrían indicar que con la pandemia las personas cambiaron algunos de sus comportamientos habituales. Visto así, los posibles cambios de personalidad quizás no resulten tan sorprendentes. La pandemia fue suficientemente larga para que muchos de nuestros comportamientos habituales cambiaran. 

Será muy interesante ver si, dentro de un tiempo, las personas mantienen estos cambios en sus comportamientos o, por el contrario, vuelven los comportamientos que antes de la pandemia eran más habituales.