El estudio evalúa la asociación entre la exposición a pesticidas y el desarrollo de la pubertad en niños y niñas (7-11 años) de áreas rurales de España, a la vez que examina como el índice de masa corporal puede modificar dicho efecto. Se  analizaron los metabolitos de los pesticidas no persistentes más ampliamente utilizados —cuyo potencial de disrupción endocrina ha sido demostrado— en más de 1.500 muestras de orina de la conocida cohorte Española INMA. Los investigadores aplicaron diferentes modelos estadísticos para explorar dicha asociación. Los resultados son muy interesantes: las niñas expuestas en mayor medida a algunos pesticidas (organofosforados) y un fungicida (etileno-bis-ditiocarbamato) presentaban un mayor desarrollo de la pubertad, a la vez que el último compuesto se asoció con un mayor desarrollo del pecho, particularmente en niñas con bajo o normopeso. En niños, las exposiciones al cloropirifós y piretroides se asociaron con un mayor desarrollo genital, siendo el último en niños con sobrepeso/obesidad. Además, el fungicida etileno-bis-ditiocarbamato se asoció con un mayor desarrollo genital en niños con bajo peso/normopeso, a la vez que una mayor exposición a diazinon con menor pubertad en niños con sobrepeso/obesidad. 

La exposición a sustancias químicas cuyo efecto de disrupción endocrina ha sido demostrado debe limitarse y reducirse al mínimo, particularmente en los grupos de población más sensibles como son los niños y las mujeres embarazadas. Un desarrollo temprano de la pubertad es uno de los muchos efectos que pueden causar dichas sustancias a corto, medio y largo plazo.