El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) notificó ayer que el pasado mes de febrero Alemania comunicó dos casos de dengue (uno confirmado y uno probable), junto con cuatro casos compatibles con vínculos epidemiológicos, en residentes en Alemania que habían viajado a Ibiza durante el periodo de incubación. Uno de los vectores potenciales del dengue es el mosquito Aedes albopictus, que en Ibiza se detectó por primera vez en 2014. Según el CCAES, el riesgo de que aparezcan nuevos casos autóctonos en Ibiza, “en este momento de baja actividad vectorial, se considera bajo”.
Jacob Lorenzo Morales - casos dengue Ibiza
Jacob Lorenzo-Morales
Profesor Titular Área de Parasitología, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna e investigador de CIBERINFEC
La alerta de salud pública relativa dos brotes de dengue en Ibiza iniciada a principios de febrero de 2023 está relacionada con la transmisión de este virus en la isla gracias a la existencia de un vector competente, Aedes albopictus.
El origen de estos brotes ha sido atribuido a la existencia de un caso índice que se alojó en la misma zona de la isla que los turistas alemanes, y con alta probabilidad la presencia del vector y la suficiente viremia del caso índice favorecieron estos casos de transmisión autóctona detectados.
Cabe destacar que la especie de mosquito invasor mencionada se detectó por primera vez en la isla en 2014 y ahora ya está asentada en la región.
La península ibérica y Baleares reúnen las condiciones necesarias para que se produzca la circulación del virus y, por lo tanto, la aparición de casos autóctonos de dengue: presencia de un vector competente (Ae. albopictus) y flujo importante de viajeros procedentes de zonas endémicas o con transmisión activa de dengue que puedan introducir el virus. Esto hace que el riesgo de aparición de nuevos casos autóctonos sea moderado entre los meses de mayo y noviembre. Por ello es importante la vigilancia entomológica constante y reforzada en épocas de mayor actividad del mosquito vector.
La mayoría de los casos de dengue cursan de forma asintomática, si bien se requieren estrictas medidas para aquellos casos que cursen con gravedad (menos del 5 %). Por otro lado, eventos de este tipo apoyan la necesidad de estrictas medidas de vigilancia y control entomológico en el país y de concienciación de la población sobre medidas individuales de protección para evitar picaduras, sobre todo en regiones donde aún no se han asentado especies de mosquitos invasores tales como A. albopictus o A. aegypti.
Eventos de este tipo pueden afectar a la economía de la región (turismo) además de a la salud pública y cabe destacar que, pese a que en estos momentos el riesgo de nuevos casos en Ibiza es bajo, en los próximos meses (mayo a noviembre) se iniciará el periodo de mayor actividad del mosquito vector. Estos eventos deben de tenerse muy en cuenta para evitar sucesos de transmisión de mayor gravedad y sobre todo proteger aquellas regiones donde aún estos mosquitos invasores no se han asentado, tales como Canarias.
Consuelo Giménez Pardo - dengue Ibiza
Consuelo Giménez Pardo
Profesora Titular del Área de Parasitología de la Universidad de Alcalá (UAH) y directora del Master Universitario en Acción Humanitaria Sanitaria (UAH-Médicos del Mundo)
Tras muchos años de ausencia, el dengue ha resurgido en la región europea tanto a través de casos esporádicos de transmisión local, impulsado por la introducción de personas infectadas con el virus, como por la invasión de las especies de mosquitos vectores Aedes aegypti y Aedes albopictus. El brote ocurrido en Madeira en 2012, además del impacto producido en la salud de la población local, en los servicios de salud y en la economía, reveló lo difícil que puede ser controlar la circulación de arbovirus patógenos, especialmente teniendo en cuenta que Europa ya está parcialmente colonizada por el díptero vector Aedes albopictus, introducido en los países mediterráneos. Si bien es cierto que los modelos de transmisión del dengue sugieren un riesgo bajo en Europa, estos modelos rara vez incluyen la transmisión por A. albopictus.
Durante el brote de dengue en Madeira, se implementaron de manera efectiva las medidas apropiadas para el control de los mosquitos. La eficacia de estas medidas, en cuanto a reducción del número de criaderos, aplicación de pesticidas e insecticidas y educación en salud pública, funcionó ampliamente. Sin vacuna profiláctica o terapias específicas disponibles, el control de vectores sigue siendo la mejor alternativa para restringir la circulación del virus. De hecho, muchos países europeos han implementado ya medidas de vigilancia y control de mosquitos invasores, si bien solo unos pocos incluyen la vigilancia del dengue.
La vigilancia constante es imprescindible. La iniciada en Cataluña en 2015 con el fin de monitorizar los casos importados y detectar posibles transmisiones locales de arbovirus valoró la importancia de realizar vigilancia entomológica alrededor de viajeros virémicos, pudiendo ser efectiva para la detección temprana del virus del dengue en mosquitos y, por lo tanto, capaz de ayudar a prevenir una posible transmisión autóctona.
Teniendo en cuenta la frecuencia creciente de las epidemias de dengue en todo el mundo y el movimiento de huéspedes virémicos, se espera que en el futuro se produzcan nuevos casos en Europa, como el detectado en Francia en 2022, con 65 casos autóctonos, seis de los cuales ocurrieron en departamentos que nunca habían experimentado transmisión autóctona de dengue, o el actual, en 2023, detectado en Ibiza, España, ampliamente recogido por la prensa.
Todos los requisitos previos para la transmisión autóctona del virus del dengue, vectores, viajeros virémicos que regresan y condiciones climáticas, están presentes en Europa. El establecimiento de poblaciones de vectores en entornos periurbanos une a humanos y virus, abriendo la posibilidad de que se produzcan brotes inesperados. Con seguridad habrá más casos y mientras no se disponga de profilaxis o tratamientos específicos para el dengue, el manejo integrado de vectores es la opción de control más sostenible.
Ana Vázquez - dengue Ibiza
Ana Vázquez González
Científica Titular del Instituto de Salud Carlos III
El dengue es una de las enfermedades transmitidas por vectores cuya incidencia ha aumentado más rápidamente en las últimas décadas, con una estimación de entre 100 y 400 millones de infecciones cada año, siendo aproximadamente el 80 % de ellas leves y/o asintomáticas. Actualmente, está distribuido en extensas zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo, sobre todo en regiones urbanas y semiurbanas, afectando a más de 120 países y estando más afectadas por la enfermedad América, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.
Además de la carga de enfermedad producida en regiones donde el virus está presente, el dengue representa un riesgo para la salud pública de territorios no endémicos en los que están presentes mosquitos del género Aedes (que actúan como vector transmisor) como es el caso de España, donde Ae. albopictus está establecido desde el año 2004 y en expansión. En Europa, el virus dengue produjo epidemias importantes el siglo pasado hasta el fin de la década de los años 20, siendo el vector implicado Ae. aegypti, pero tras la erradicación del mismo, todos los casos descritos han sido casos importados en viajeros procedentes de zonas endémicas. Sin embargo, desde 2010 se han descrito casos de dengue de transmisión autóctona en diferentes países europeos asociados la mayoría a la presencia de Ae. albopictus como Croacia, Francia, Portugal (Madeira, un brote de más de 2000 casos asociado a Ae. aegypti), Alemania e Italia. En España los primeros casos se registraron en 2018 y 2019. La restricción de viajes en 2020 favoreció la no aparición de nuevos casos.
La noticia de la detección en Alemania de dos casos autóctonos de dengue (uno confirmado y otro probable) en viajeros procedentes de Ibiza, isla con presencia de Ae albopictus desde 2014, nos reafirma en la necesidad de vigilancia de la enfermedad en los meses de máxima circulación del vector en todas aquellas zonas en la que está presente Ae. albopictus. La detección temprana de los casos importados resulta clave para el control de la enfermedad pues facilita la puesta en marcha de las medidas de prevención, siendo importantes en este aspecto el establecimiento de un control vectorial (eliminación de criaderos, fumigaciones…) y la protección personal contra las picaduras (repelentes, mosquiteras…).