El cambio climático está incrementando los cambios bruscos de temperatura

Un equipo internacional ha analizado los cambios bruscos de temperatura que se dieron en el mundo entre 1961 y 2023. Sus conclusiones son que más del 60 % de las regiones incluidas en el análisis —entre ellas, Europa occidental— han experimentado un aumento de la frecuencia e intensidad de estos cambios repentinos, que pueden poner en peligro la salud, la agricultura o las infraestructuras. Además, la tendencia seguirá al alza como consecuencia del cambio climático. Los resultados se publican en la revista Nature Communications.

22/04/2025 - 17:00 CEST
Reacciones

Rodó - Cambios

Xavier Rodó

Profesor de investigación ICREA y responsable del programa Clima y Salud de ISGlobal

Science Media Centre España

Es un estudio interesante, metodológicamente correcto y bien desarrollado por un grupo de investigadores que en algún caso ha trabajado extensamente en el ámbito de la dinámica y la simulación climática global. Las técnicas son consistentes y los datos utilizados adecuados, con resultados claros y sólidos y que constituyen un notable avance, ya que esta aproximación a los cambios bruscos es novedosa. 

Más que los cambios en la temperatura media y las tendencias de las variables, la información más relevante por su inmediatez y su potencial efecto en términos de impactos sobre los ecosistemas y la salud humana son aquellos cambios que tienen relación con el comportamiento de los extremos climáticos, es decir, fases de sequías, inundaciones, olas de calor o gotas frías, por ejemplo.  

Este estudio muestra claramente con datos observacionales de alta resolución cómo, tanto a nivel global como regionalmente, más del 60 % de todas las regiones estudiadas han experimentado unos cambios claros y drásticos en términos del incremento de la frecuencia en la transición de estos extremos climáticos en pocos días. Es decir, se pasa a fases frías desde días cálidos más a menudo y con mayor intensidad y con un menor tiempo entre extremos. Este hecho puede tener efectos claros y más acusados en la supervivencia por ejemplo de ecosistemas (pensemos, por ejemplo, en las sequías sucesivas en regiones de Brasil en los recientes años, que motivaron mayor mortalidad de árboles que eventos individuales mucho más intensos). Parece claro que la vegetación, por ejemplo, está menos adaptada a aguantar eventos secos o húmedos repetidos que uno solo más intenso, porque la vegetación tiene menos tiempo para recuperarse. 

Del mismo modo se prevén efectos negativos sobre la salud humana, aunque el estudio hace solo inferencias aproximadas sobre ello, pero claramente este es un ámbito que merecerá mayor atención en un futuro. 

Las limitaciones del estudio básicamente van relacionadas a las simulaciones de los extremos en escenarios futuros, para los cuáles los modelos climáticos no están tan preparados como para simular el comportamiento medio del clima. En este sentido, utilizar las simulaciones de CMIP6 para inferir cambios diarios en escalas de décadas me parece que conlleva notables incertidumbres que quizás se deberían haber puesto de manifiesto en este estudio. Los efectos directos sobre la salud humana tampoco se estudian con el detalle y la aproximación que requeriría, aunque entiendo que se dejan para estudios posteriores.  

En resumen, un estudio interesante y que aporta información clara sobre una aparente discrepancia respecto a los efectos del calentamiento global, ya que este incremento de frecuencia puede llevar acompañado un impacto mayor no solo en fases cálidas (esperable), sino también asociado a extremos fríos, lo cual es novedoso.

Declara no tener conflicto de interés
ES

Ernesto - Cambios

Ernesto Rodríguez Camino

Meteorólogo Superior del Estado y miembro de la Asociación Meteorológica Española

Science Media Centre España

Se viene hablando recientemente del incremento en la frecuencia de las transiciones rápidas entre situaciones con extremos de temperatura y precipitación opuestos en un contexto de calentamiento global. En el caso de precipitación, ya se ha estudiado en otros trabajos el aumento en la frecuencia en la que situaciones de sequía finalizan con lluvias intensas y viceversa. En el caso de este trabajo referido a temperatura, se demuestra que ha aumentado desde el año 1961 la frecuencia, la intensidad y la velocidad de las transiciones rápidas entre una situación de temperatura alta extrema a otra de temperatura baja extrema y viceversa. Este comportamiento se ha demostrado sobre más del 60 % de las regiones estudiadas, siendo Europa occidental una de las regiones más afectadas. Los autores también han estimado cuánto crecerá este efecto en situaciones de altas emisiones durante el siglo XXI y la población que potencialmente se verá afectada.  

Este aumento de cambios bruscos entre extremos de temperatura constituye un desafío adicional a la adaptación, ya que los efectos son claramente más negativos cuando el calentamiento muestra adicionalmente fuertes oscilaciones entre temperaturas extremas. Especialmente afectados pueden ser los ecosistemas y sectores más vulnerables a estas fuertes oscilaciones de temperatura que dejan muy poco margen para la adaptación. Un ejemplo de esto puede ser unas más frecuentes pérdidas de cosechas por heladas tras un periodo cálido que ha dado lugar a una floración o fructificación temprana.   

Desde el punto de vista de la comunicación del cambio climático, estos cambios bruscos entre temperaturas extremas que se superponen a la tendencia general al calentamiento pueden ser utilizados para poner en duda el cambio climático, cuando en realidad es un efecto adicional negativo que se superpone a la tendencia de fondo al calentamiento.

No declara conflicto de interés
ES

Resco - Cambios

Víctor Resco de Dios

Profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida

Science Media Centre España

”El tiempo está loco” es una frase que casi todos hemos pronunciado cuando pasamos bruscamente del calor al frío, o viceversa. El nuevo estudio demuestra científicamente cómo, efectivamente, el tiempo está cada vez más loco, y que el cambio climático está detrás de dicha locura creciente.  

Cuando hablamos de cambio climático no nos estamos refiriendo únicamente a que haga más calor de media, sino a una desestabilización más general del sistema climático: más olas de calor (y de frío en algunos casos), más fenómenos extremos y una mayor volatilidad climática (o un tiempo cada vez más loco). Este año ha sido un buen ejemplo de este último caso, ya que hemos visto oscilaciones rápidas entre temperaturas primaverales e invernales. Esta volatilidad climática es un proceso al que no se le ha prestado demasiada atención hasta ahora y el estudio publicado es de los primeros que aborda la influencia del cambio climático sobre este fenómeno a nivel global. 

El estudio muestra cómo la volatilidad climática irá en aumento como consecuencia del cambio climático. Las consecuencias para la agricultura pueden ser dramáticas, porque unos días de calor anticipado en invierno pueden favorecer la floración de muchas especies que, tras el regreso de las temperaturas gélidas unos días después, pueden destrozar la cosecha de ese año. Estos cambios bruscos de temperatura también tienen efectos graves para las infraestructuras, por la rápida dilatación y contracción en respuesta a estos cambios de temperaturas. La salud humana también puede sufrir por estos cambios bruscos en la temperatura, sobre todo en los grupos más vulnerables.

No declara conflicto de interés
ES
Publicaciones
Rapid flips between warm and cold extremes in a warming world
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
Revista
Nature Communications
Fecha de publicación
Autores

Wu et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
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